Cuando hablamos de modelos 'youngtimers' o 'clásicos jóvenes', rápidamente pensamos en modelos alemanes de Audi, BMW, Mercedes-Benz o Volkswagen, o en coches de Ford, Opel o de los fabricantes franceses o japoneses, pero nunca pensamos en Escandinavia.

Para muchos aficionados, el Saab 900 Cabriolet es un modelo de verdadero culto, convertido ya en un clásico con todas las letras, pero la segunda generación del modelo, nacida a principios de los años noventa, suscitó muchas críticas en su lanzamiento, ya que era considerado por muchos un simple "Opel Vectra recarrozado". 

Saab 900 II (1993-1998)

Lo cierto es que este Saab 900 II contaba con mucha tecnología de General Motors y Opel, ya que en el año 2000 el gigante americano se había hecho con el 100% del accionariado de Saab, pero la marca sueca hizo un importante esfuerzo para 'cocinar' algo nuevo con los ingredientes de los que disponía, y es que sin GM quizá no habría existido un segundo 900.

Tal y como escribía Martin Gollnick en 'Saab 99, 90 & 900', Saab se planteó durante un tiempo limitar su gama de modelos al 9000, de mayor tamaño, pero el vetusto 900 seguía siendo popular, por lo que en el año 1985 lanzaron el proyecto "X 67" sobre la base del 9000, aunque el resultado no convenció, resultaba caro y el futuro 900 acabó descarrilando por completo.

Saab 900 II (1993-1998)

A finales de 1989, Saab-Scania escindió su división de automoción, de la que General Motors se hizo con el 50%, y por fin la marca dispuso de la plataforma adecuada para que el nuevo proyecto 104 se convirtiera finalmente en el Saab 900 II en el verano de 1993, recurrido eso sí a componentes del Opel Vectra.

No obstante, Saab fue lo suficientemente inteligente como para no hacer que estos ingredientes comunes fueran demasiado evidentes. En términos de diseño, el Saab 900 II (denominado internamente NG) se parecía a su predecesor, incluido el morro inclinado.

El aspecto general del nuevo 900, que era incluso ligeramente más corto, con 4,64 metros, era más contemporáneo y redondeado, con una batalla 8 centímetros mayor. Pero incluso 30 años después, la serie de modelos parece moderna, casi atemporal.

Saab 900 II (1993-1998)

En el interior, el Saab era más elegante que el Opel y compañía, y contaba con una escala especial para el velocímetro, al estilo de un avión, con números grandes hasta 140 km/h y pequeños a partir de entonces. Además, los indicadores podían atenuarse en modo 'nocturno', excepto el velocímetro.

Y, por supuesto, la cerradura de contacto permanecía en el centro entre los asientos. La llave solo podía extraerse cuando se engranaba la marcha atrás. Los propulsores eran un cuatro cilindros atmosférico de 2,0 litros y 133 CV, más tarde con 130 CV, así como un 2,3 litros atmosférico con 150 CV. El 2.0 turbo con 185 CV y hasta 263 Nm de par desde 2.100 rpm era la única versión auténtica para los amantes de Saab.

Saab 900 II (1993-1998)
Saab 900 II (1993-1998)
Saab 900 II (1993-1998)

General Motors y Opel añadieron al catálogo un bloque V6 de 2,5 litros y 170 CV, cuyo par motor era inferior al del cuatro cilindros turbo. Por cierto, era el único motor con correa de distribución en el 900 II.

Esto fue posible gracias a la instalación transversal de los motores, pero el V6 no brillaba en casi ningún aspecto, salvo en consumo de combustible. Curiosamente, en 1995 la Asociación Alemana del Automóvil (ADAC) le concedió más mérito por su suavidad de marcha que a los motores de cuatro cilindros, "bastante toscos", pero consideró que el V6 era más difícil de conducir debido a su mayor peso.

Saab 900 II (1993-1998)

En general, el V6 siguió siendo poco común, al igual que el cambio automático de cuatro velocidades. Por cierto, el Saan 900 II no iba a tener un diésel en la oferta hasta que se convirtió en el Saab 9-3 en 1998, aunque de esto hablaremos más adelante.

Gracias al gran portón trasero, los modelos de tres y cinco puertas ofrecían 510 litros de maletero. Ya en 1993, de la fábrica de Valmet, en Finlandia, salió el nuevo 900 Cabriolet, una versión importante para el mercado estadounidense.

Saab 900 II (1993-1998)

Y aunque hoy todo el mundo rinde homenaje al primer 900 descapotable, su sucesor era mucho más elegante, porque aquí el descapotable formó parte del desarrollo desde el principio. 

El Saab 900 II fue sin duda un éxito. Según Martin Gollnick, se recibieron más de 3.000 pedidos en los diez primeros días tras el estreno, el 23 de julio de 1993. Hasta 1998 se construyeron exactamente 273.568 unidades, una cifra notable.

Entonces Saab lanzó el 9-3, visualmente muy similar. Supuestamente se habían realizado más de 1.000 cambios, y fue más exitoso que el 900, con 326.370 unidades en sólo cinco años, hasta 2003.

Galería: Saab 900 II (1993-1998)