Si este modelo es el reflejo de lo que va a ser la nueva Opel, desde luego, parece que nos lo vamos a pasar bien. Porque con el Opel Mokka 2021, el último lanzamiento de la única firma alemana de Stellantis, ponemos a prueba un coche que parece venir directo del futuro.
Y no lo digo solo por el sistema de propulsión 100% eléctrico que equipa, y que ya hemos visto en otros modelos de Peugeot, Citroën, DS Automobiles y Opel (con el Corsa-e). Más bien, por lo revolucionario de su diseño, que no deja indiferente.
Y es ese frontal, el conocido como Opel Vizor, inspirado en un clásico como el Manta, el que empieza a marcar las diferencias, con ese característico acabado en policarbonato oscurecido, al que se suman unos faros LED (IntelliLux LED, en algunas versiones) y el nuevo logo de la marca.
Galería: Opel Mokka-e 2020
Pero que estemos probando la versión 100% eléctrica no significa que sea la única disponible, ni mucho menos. A fin de cuentas, al igual que sucede con el Corsa, el Opel Mokka 2021 recurre a la plataforma CMP, cuya inclusión se traduce en un producto multienergía, cuyas distintas opciones se pueden ensamblar en una única línea de montaje.
Así las cosas, hay un propulsor turboalimentado de gasolina (del que hablaremos en una segunda prueba), con 100 o 130 CV de potencia, así como un representante turbodiésel, con 110 CV.
Según la versión escogida, hay variantes con cambio manual, de seis marchas, o automático con convertidor de par, de ocho. Lo que nunca cambia es la tracción, que siempre recae sobre el eje delantero.
Centrándonos de nuevo en la prueba del Mokka-e, el sistema de propulsión eléctrico es similar al del Corsa-e, lo que se traduce en una mecánica de 100 kW (136 CV) y 260 Nm de par máximo (e inmediato). Todo, sustentado en una batería de 50 kW de capacidad.
Del mismo modo, para adaptarse a las necesidades de cada momento, se ofrecen tres modos de conducción, Sport, Normal y Eco, con los que se gestionan la potencia, el par, la dirección y la respuesta del acelerador.
Así las cosas, dependiendo del escogido y de lo cuidadosos que seamos con el pie derecho, será más sencillo acercarse a la autonomía oficial homologada por el modelo, que asciende a 324 kilómetros, en el ciclo WLTP.

Dicho esto, el SUV alemán es compatible con todo tipo de cargas, incluyendo las rápidas de 100 kW. En este supuesto, el más favorable de todos, se puede tener listo el 80% de la batería en apenas 30 minutos.
¿Y las prestaciones? Pues la velocidad máxima del coche está limitada a 150 km/h, la prueba de aceleración de 0 a 100 se cubre en 9,0 segundos y el consumo homologado está cifrado en 17,4 kWh cada 100 kilómetros (unos 19,5 kWh/100 km, durante nuestra prueba).

Antes de ponernos en marcha, toca hacer un repaso al habitáculo, empezando por el puesto de conducción. En él, encontramos una interesante mezcla de mandos físicos (¡bien por Opel!) y un entorno de pantallas completamente digital, tanto para la de la instrumentación (hasta 12,0 pulgadas) como para la del sistema multimedia (10,0 pulgadas).
Además, el Mokka cuenta con los protocolos de conectividad Apple CarPlay y Android Auto, al tiempo que no faltan otros detalles prácticos como un cargador inalámbrico mediante inducción para el smartphone o la aplicación MyOpel (que permite, entre otras cosas, preclimatizar el habitáculo o programar las recargas).
Por lo demás, el modelo experimenta un cambio importante en las dimensiones, empezando por una longitud que se reduce en 12,4 centímetros, para quedarse en los 4,15 metros de largo.
Eso sí, es más ancho y cuenta con más distancia entre ejes que el modelo precedente, por lo que la habitabilidad es correcta para cuatro. Respecto al maletero, anuncia 310 litros, frente a los 350 de los que presumen las versiones de combustión.

Antes de pasar a la parte mecánica, hay algunos datos que son dignos de análisis y en los que el Opel Mokka 2021 marca distancias frente al modelo precedente (el Mokka X). Por ejemplo, una reducción del peso de hasta 120 kilos, un aumento de la rigidez estructural de hasta el 15% y un coeficiente aerodinámico Cx mejorado (0,32 frente a 0,35).
En marcha, lo primero que llama la atención es lo bien aislado que está el habitáculo. Y más allá de las ventajas obvias que implica recurrir a un motor eléctrico, lo cierto es que se ha trabajado mucho en la insonorización del interior.
La respuesta del motor varía mucho en función del modo de conducción escogido (nada menos que entre 60 y 100 kW de potencia). Y, aunque el Eco es más recomendable para la ciudad y el Normal cumple bien en todos los escenarios, no hemos podido resistirnos a exprimir el programa Sport.

Con él seleccionado, la entrega del par es inmediata y contundente, permitiendo al conjunto acelerar con gran brío, sobre todo a bajas velocidades. A fin de cuentas, cuanto más elevada es la velocidad, más se difumina ese 'punch' eléctrico.
En cualquier caso, su rendimiento es satisfactorio, como también lo es el comportamiento dinámico. Es cierto que no es un modelo especialmente ligero, con una cifra en vacío de 1.523 kilos, pero sí que se percibe que el peso está bien repartido. En este sentido, que la batería vaya colocada en la parte baja del coche, reduciendo el centro de gravedad, es algo que se agradece.
De hecho, dinámicamente hablando, el coche es bastante neutro. Y, salvo que aceleres a fondo con el volante demasiado girado, en algún cruce o curva muy lenta, sus reacciones son nobles y predecibles.
¿Y el precio? Pues la gama eléctrica del Mokka tiene un precio de partida de 35.400 euros, aunque la marca ha comunicado una cifra desde 26.200 euros, aplicando campañas y descuentos.
Opel Mokka-e Ultimate