Aunque el Clase A de Mercedes-Benz ha quitado cierto protagonismo al resto de la gama, lo cierto es que el Clase C sigue siendo el modelo al que aspiran muchos clientes. En este caso, el Mercedes Clase C 200 Estate 2019 representa una opción familiar más que adecuada para los que busquen un modelo Premium. Así queda patente en esta prueba

Por dimensiones, se acerca más que nunca al Clase E, ya que declara 4,70 metros de longitud, 1,81 de anchura y 1,45 de altura. A pesar de estas considerables cifras, el coche se encuentra dentro del pelotón, en cuanto a espacio interior y maletero se refiere. De hecho, esta versión declara 440 litros para el equipaje, en lugar de 460, a causa de la batería del pequeño motor eléctrico del sistema EQ Boost.

 

No, no me he equivocado al decir "eléctrico", pues esta variante de gasolina disfruta de un sistema de hibridación ligera, con el que consigue la etiqueta Eco de la DGT. Básicamente, consta de un propulsor de 14 CV, que funciona gracias una red de 48 V y realiza tres funciones: arrancar el propulsor de combustión y apoyarlo en fases de aceleración, así como actuar de generador.

¿Ventajas? Además de la etiqueta antes mencionada, permite reducir el consumo en algunas décimas, aunque no obra 'milagros'. Lo cierto es que, practicando una conducción normal, hemos registrado gastos en el entorno de los 7,5 litros cada 100 kilómetros, la misma cifra que homologa el coche en ciclo WLTP. 

La mecánica de gasolina queda representada por un bloque turboalimentado de 1,5 litros que entrega 184 CV y 280 Nm entre 3.000 y 4.000 rpm. Asociada de serie a la transmisión automática con convertidor de par 9G-TRONIC, de nueve marchas, se muestra suave y, a su vez, con suficiente contundencia a la hora de ganar velocidad. 

La elasticidad del motor resulta bastante elevada y, si añadimos las rápidas inserciones del cambio, obtenemos una conducción placentera con un cariz deportivo muy agradable. A este cóctel debemos sumarle el tren de rodaje AMG, opcional, con una puesta a punto más firme que la suspensión de serie, conocida como AGILITY CONTROL.

En esencia, consta de amortiguadores adaptativos que modifican su dureza automáticamente, sin ninguna intervención por parte del conductor, en función de las irregularidades que presenta el asfalto. Con este esquema, el coche aporta una dosis de efectividad extra en tramos de curvas, complementada a la perfección por el eje posterior motriz. 

Además, los ocupantes no pierden excesivo confort a la hora de realizar largos trayectos, que es el fin principal de este 'wagon'. Sin duda, el Clase C Estate 2019 logra ese ansiado equilibrio dinámico que tantos vehículos buscan y que pocos logran tan brillantemente como él.

Mercedes Clase C 200 Estate 2019: prueba

Es más, el coche muestra diferentes caras gracias al control dinámico de la conducción DYNAMIC SELECT, de serie, que permite elegir entre los programas ECO, COMFORT, SPORT, SPORT+ e INDIVIDUAL, con los que varía la respuesta del motor, la asistencia de la dirección y la permisividad del ESP.

Así, tanto si quieres un desplazamiento tranquilo como 'sacar las cosquillas' al coche, el Mercedes Clase C 200 Estate 2019 siempre tiene la configuración deseada. Por cierto, la postura de conducción me parece muy acertada para mi gusto, ya que permite situarse en una posición baja y con las piernas bien estiradas. 

Mercedes Clase C 200 Estate 2019: prueba
Mercedes Clase C 200 Estate 2019: prueba

Respecto a la berlina, se ganan unos valiosos centímetros extra para las cabezas de los ocupantes traseros, si bien, como he comentado antes, el C Estate no sobresale en este apartado respecto a rivales directos e, incluso, pierde la batalla frente a contrincantes más económicos, como el Volkswagen Passat Variant. Eso sí, el caché lo tienes más que asegurado... 

En cuanto al equipamiento, la dotación de fábrica me parece lo suficientemente completa para justificar los 47.600 euros que Mercedes-Benz pide por esta versión. Al final del texto, tienes detallado muchos de los componentes que entran sin sobrecoste.

Mercedes Clase C 200 Estate 2019: prueba

Ahora bien, la casa de Stuttgart ofrece un descomunal plantel de opciones, con el que, si te 'calientas' mucho, la tarifa final se puede elevar hasta límites insospechados. Ciertamente, hay elementos interesantes, como el paquete AMG Line, una vestimenta deportiva realmente acertada, o la instrumentación 100% digital. Desde luego, si dispones de dinero, Mercedes-Benz tendrá la respuesta a todas tus peticiones.

Equipamiento de serie: airbags frontales, laterales delanteros y traseros, de cortina delanteros y traseros y de rodillas para el conductor, ayuda al arranque en pendiente, cambio automático 9G-TRONIC con levas en el volante, faros con tecnología de tipo LED, control dinámico de la conducción DYNAMIC SELECT, tren de rodaje AGILITY CONTROL, climatizador automático bizona THERMATIC, sensores de alumbrado y lluvia, acceso y arranque sin llave, freno de estacionamiento electromecánico, dirección con desmultiplicación variable y llantas de aleación de 17 pulgadas.     

Opciones: asientos delanteros deportivos (2.892 euros), retrovisores plegables eléctricamente (desde 622 euros), techo panorámico (8.010 euros), instrumentación digital (943 euros), tapicería de cuero (2.270 euros), sistema de sonido Burmester (1.069 euros) y llantas de aleación de 19 pulgadas (1.037 euros).     

Mercedes Clase C 200 Estate 2019

Motor Gasolina, 4 cilindros en línea, turboalimentado, 1.497 cm3
Potencia 184 CV entre 5.800 y 6.100 rpm / 280 Nm entre 3.000 y 4.000 rpm
Caja de cambios Automática con convertidor de par 9G-TRONIC, 9 velocidades
0-100 km/h 7,9 s
Velocidad máxima 235 km/h
Consumo 7,5 l/100 km
Tracción Trasera
Peso en vacío 1.490 kg
Número de asientos 5
Capacidad del maletero 440 l
Precio base 47.300 euros