Desde hace unos 40 años, el nombre de Arna despierta una mezcla de malestar y decepción entre los 'alfistas' más puristas. Según una encuesta realizada en 2008 (no sin ironía) por el periódico Il Sole 24 Ore, es incluso "el coche más feo" de la historia.
Fabricado durante pocos años, de 1983 a 1987, y en poco más de 50.000 ejemplares, el Alfa Romeo Arna nació en realidad de una necesidad precisa y de un diseño razonado. Sin embargo, la aprobación de la crítica y del público no cumplió las expectativas.
Galería: Alfa Romeo Arna (1983-1987)
El Golf en el punto de mira
Las razones que llevaron al nacimiento del Arna se encuentran principalmente en la llegada de una generación de exitosos coches compactos que habían centrado la atención de una buena parte del público desde mediados de los años 70, como el Volkswagen Golf y, mirando a Italia, el Fiat Ritmo.
Alfa Romeo, que por aquel entonces todavía era propiedad del Istituto per la Ricostruzioni Indistriale (IRI), construyó el Alfasud en Pomigliano d'Arco, un coche con un diseño atractivo, pero con enormes problemas de calidad.
Los máximos responsables de la empresa estaban ansiosos por encontrar una respuesta adecuada a los coches que inundaban el mercado, pero al no poder desarrollar un nuevo coche que fuera fiable y también asequible a corto plazo, decidieron aliarse con la japonesa Nissan.

El resultado fue una empresa conjunta que, en su momento, representó una auténtica novedad en el ámbito de las estrategias industriales de los fabricantes de automóviles, bautizada como Alfa Romeo Nissan Automobili S.p.A, de ahí el acrónimo Arna.
Comienzan los problemas
El acuerdo, firmado a bombo y platillo en Tokio en el otoño de 1980, también dio lugar a la construcción de una nueva fábrica en Pratola Serra, en la provincia de Avellino. La asociación con el fabricante japonés se definió de la siguiente manera: Alfa Romeo utilizaría la carrocería del Nissan Cherry (conocido en Japón como Pulsar) y le montaría suspensiones, cajas de cambio y motores derivados del Alfasud.

La idea, en sí misma, podría haber sido un éxito, pero a medida que se desarrollaba el modelo, comenzaron los problemas. De hecho, la mecánica del Alfasud requirió en la práctica modificaciones en el chasis que no estaban previstas inicialmente y un trabajo 'invasivo' en la carrocería desde Japón, lo que dificultó la realización del proyecto, tal y como estaba concebido inicialmente.
Expectativas traicionadas
Los inconvenientes fueron tales que la firma de Arese se vio obligada a posponer la presentación del coche varios meses. El Arna, que debía salir a la venta en 1982, no se mostró al público hasta 1983, durante el Salón de Fráncfort, y llegó a los concesionarios en 1984, con una tibia acogida.

En realidad, el modelo compacto no tenía nada que ver con la tradición de la marca del Biscione: líneas cuadradas, formas excesivamente sencillas y, por si fuera poco, las diferencias estéticas con el Nissan Cherry se concentraban solo en el frontal, donde aparecía el clásico escudo, y en la aplicación de la insignia de Alfa Romeo tanto dentro como fuera del habitáculo. También por esta razón, el público y los iniciados no lo apreciaron.
Con una longitud de 4,0 metros, una anchura de 1,65 metros, una altura de 1,37 metros y un peso de 850 kilos, estaba disponible con carrocería de tres o cinco puertas, identificada con los distintivos 'L' y 'SL', así como con dos motores.

En el momento de su estreno comercial en 1984, se podía elegir entre el 1.2 de 63 CV (L o SL) o el 1.3 Ti de 86 CV (solo L). Este último permaneció en la oferta comercial durante la (corta) vida del modelo, mientras que el primero se actualizó al cabo de un año y, a partir de 1985, pasó a tener 68 CV.
Jubilación anticipada
Sin embargo, a pesar de todo, el Arna también tenía sus méritos. Era fiable y estaba bien construido, gracias al origen japonés de la carrocería que ni siquiera sufría los problemas congénitos de oxidación del también polémico Alfasud.
Por supuesto, esto no fue suficiente y tampoco lo fue el eslogan "Arna, y eres un Alfista de inmediato", que acompañó el lanzamiento comercial del compacto milanés, cuyas ventas nunca despegaron.

Ofrecido desde 9.980.000 liras para el tres puertas y desde 10.730.000 liras para el cinco puertas, el Arna debería haber alcanzado las 60.000 unidades vendidas solo en el primer año, pero en 1984 se detuvo en la mitad de esa cifra, 31.066.
Peor todavía fue 1985, cuando los volúmenes del coche apenas alcanzaron 10.976 matriculaciones. IRI se dio cuenta de que tenía que hacer algo al respecto y durante un tiempo se planteó un restyling prematuro para hacer el coche más atractivo.

En cambio, en 1986, cuando Alfa Romeo pasó a estar bajo control de Fiat, se decidió detener el proyecto, en parte debido al tipo de cambio cada vez más desfavorable con respecto al yen, que hacía aumentar los costes de producción.

Así pues, el Alfa Romeo Arna se retiró definitivamente en 1987 con el triste resultado de 53.047 ejemplares totales producidos (y ni siquiera todos vendidos). En la actualidad tiene poco interés entre los coleccionistas, pero todavía se pueden encontrar algunos ejemplares a la venta a precios asequibles, entre 3.000 y 5.000 euros.