Entre las importantes novedades que Kia está mostrando últimamente, como los nuevos EV6, Sportage y Niro, así como el facelift del Ceed, no nos debemos olvidar del restyling de su utilitario, el Kia Rio 2021, que acabamos de someter a una prueba.
Como ya os comentamos en la toma de contacto, el coche resulta más completo en términos de mecánicas, equipamiento y tecnología. Incluso incorpora un sistema de hibridación ligera, con el que logra la etiqueta Eco de la DGT, tal y como sucede en esta unidad analizada.
Galería: Prueba Kia Rio 1.0 T-GDi MHEV iMT 120 CV GT Line
Se trata de la versión más exclusiva de la gama, si exceptuamos la opción equivalente con la transmisión automática de doble embrague DCT, con siete velocidades. En este caso, el Rio monta el conocido propulsor turbo de gasolina 1.0 T-GDi con 120 CV, asociado al sistema 'mild-hybrid' y a la caja manual iMT de seis velocidades.
Por si aún no lo sabes, este cambio 'by wire' carece de conexión física y está controlado electrónicamente, lo que permite disponer de navegación a vela como en los coches automáticos. Para lograrlo, el modo de conducción seleccionado debe ser el Eco (hay dos más, Normal y Sport) y debemos encontrarnos en una carretera llana sin pisar el acelerador. En ese momento, la aguja del cuentarrevoluciones cae a 1.000 rpm y avanzamos por inercia, sin apoyo mecánico, para consumir menos.
El propulsor tricilíndrico se muestra muy suelto en este coche, hasta el punto de lograr unas prestaciones bastante solventes, incluso para todo tipo de trayectos interurbanos: aceleración de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos y velocidad máxima de 190 km/h. Todo, homologando 5,5 litros de consumo medio, que fueron 6,0 durante la prueba. Sin embargo, con una conducción suave y en terreno favorable fuera de la ciudad, marcamos tan solo 4,7 litros en un trayecto.
Los desarrollos del cambio no son especialmente largos, ya que a 120 km/h se circula a 2.750 rpm con la sexta marcha engranada. Esta es una de las claves de la 'alegría' mostrada por el propulsor, junto con un peso en vacío que apenas llega a 1.130 kilos.
El acabado GT Line personaliza con acierto y buen gusto el modelo coreano. Los paragolpes exclusivos, así como la doble salida de escape cromada y las llantas de aleación de 17 pulgadas (con neumáticos 205/45), le sientan como anillo al dedo. También son un acierto los detalles en color negro, como las cubiertas de los retrovisores o el spoiler trasero.
Por su parte, en el interior destacan el volante específico, ligeramente achatada por la parte inferior, así como la tapicería formada por tela y piel sintética, además de los pedales deportivos.
Nos hubieran gustado unos asientos más 'trabajados', con algo más de apoyo lumbar y sujeción lateral, además de regulación por rueda y no por puntos. Si te agradan las modernas instrumentaciones digitales configurables, debemos advertirte de que el Rio sigue apostando por una analógica, con una pequeña pantalla central de 4,2 pulgadas. Asimismo, el freno de estacionamiento sigue siendo por palanca.
Entre los puntos mejorables, hay que citar algunos mandos que no se iluminan y un ligero abuso de plásticos duros, si bien ofrecen una calidad visual más que suficiente y están bien ensamblados para soportar el paso del tiempo.
En cuanto al espacio, es el normal en un vehículo del segmento B con algo más de 4,0 metros de longitud: cuatro adultos de talla media pueden desplazarse con una buena dosis de confort. Por cierto, detrás hay una práctica toma USB. Por su parte, el maletero ofrece 325 litros, un volumen que, sin ser referencia, está cerca, por ejemplo, del SEAT Ibiza, con 355. No hay una rueda de repuesto de emergencia, sino un kit antipinchazos.
En un modelo como el Kia Rio 2021 para gente joven, no puede faltar un completo equipamiento multimedia, con un sistema compatible con Android Auto y Apple CarPlay, además de navegador UVO Connect con servicios conectados de información en tiempo real. Todo de serie en el acabado GT Line a través de una pantalla táctil de 8,0 pulgadas, con prácticos mandos físicos de acceso a los diferentes submenús.
Si seguimos hablando de equipamiento, nuestra unidad de pruebas incluía el único paquete opcional disponible en esta versión. Se llama Pack Premium, cuesta 770 euros e incluye faros LED, detector de vehículos en el ángulo muerto y reconocimiento de señales de tráfico.
Una vez que nos ponemos en marcha, el Kia Rio se muestra equilibrado desde los primeros compases. El acabado GT Line no conlleva una suspensión más firme, pero tampoco creemos que le haga falta para tener dosis suficientes de efectividad.
El coche presenta un aplomo suficiente a velocidades de crucero y no se filtran excesivos ruidos al interior, sin olvidarnos de que la mecánica ofrece un empuje muy grato en una horquilla muy amplia de revoluciones. Además, con la etiqueta Eco, la movilidad urbana tiene menos cortapisas.
El tacto de frenada es bueno. No en vano, el coche pesa poco y viene con discos ventilados delante y macizos detrás. En el apartado ergonómico, nos parece un acierto que la climatización automática continúe gobernándose con diales giratorios. Por el contrario, desactivar el mantenimiento de carril es un proceso algo engorroso que hay que realizar a través de la pantalla central.
Según el configurador de Kia, el precio "orientativo" del Rio 1.0 T-GDi MHEV 120 CV iMT GT Line (así de larga es la denominación, sí) es de 18.403 euros, con descuentos incluidos, ya que el coste sin campañas asciende a 23.200 euros.
No es una mala tarifa, teniendo en cuenta lo bien equipado que va el coche y la potencia que ofrece. En este punto, quizá el mayor enemigo lo tenga en su propia casa, pues la versión equivalente del SUV urbano Kia Stonic, recientemente renovado, se comercializa por 20.073 euros, es decir, por tan solo 1.670 euros de diferencia.
Kia Rio 1.0 T-GDi MHEV 120 CV iMT GT Line