No está en mi mano juzgar a nadie. Mucho menos, cuando el mercado apoya las tesis de la mayoría, con las cifras en la mano. Pero en un mundo dominado por los SUV (también para los que nos dedicamos a probar coches) no está mal salir de esa burbuja... y conducir.
Algo para lo que el Hyundai i30 N 2019 que hoy pongo a prueba se posiciona como una opción idónea. Un compacto deportivo al uso, sin florituras ni excesos, que cuenta con un motor potente, una caja de cambios manual, un diferencial autoblocante y un precio que no exige hipotecarse. ¿Se puede pedir más?
Desde luego, el estreno del departamento N de Hyundai no podía ser más prometedor. Sobre todo, porque obtiene una muy buena nota, en una categoría donde las marcas tienen, todavía, margen para salirse de lo común. Y, sobre todo, en la que la calidad y cantidad de los contendientes es sobresaliente.
Hyundai i30 N 2019: estética diferenciada... pero sin excesos
Desarrollado en el Hyundai Motor Europe's Technical Center de la firma, ubicado en el circuito de Nürburgring, el compacto oriental integra una serie de elementos distintivos, bastante apropiados.
Además de una aerodinámica específica, visible sobre todo en la parte frontal, integra llantas de aleación de 19 pulgadas, pasos de rueda ensanchados, taloneras laterales, un elemento que simula un difusor trasero y, sobre todo, un llamativo alerón con una tercera luz de freno de forma triangular.
Respecto a la pintura que luce la carrocería, recibe la denominación de Engine Red y no tiene coste adicional. Es cierto, puede que potencie el dinamismo del conjunto, pero, en mi caso, apostaría por el corporativo de Hyundai N: el Performance Blue, que cuesta 470 euros.
Con dos niveles de potencia
El Hyundai i30 N 2019 está disponible en dos configuraciones, con 250 y 275 CV de potencia, desarrolladas a partir de un único motor turboalimentado de gasolina, con 2,0 litros de cilindrada.
Ambas versiones comparten el esquema de tracción delantera y la caja de cambios manual, de seis marchas. Eso sí, la más potente, la que probamos (que se llama N Performance) cuenta con algunas ventajas. Por ejemplo, un equipo de frenos con discos de mayor tamaño y un diferencial autoblocante mecánico, con control electrónico.

Una de las cualidades que llama la atención del motor es la inclusión de la función Overboost. ¿Qué significa este anglicismo? Sin meternos en demasiadas explicaciones técnicas, que el par máximo puede ascender de 353 Nm a 378, de manera puntual.
Si nos centramos en las sensaciones, resulta destacable la virulencia con la que empuja, desde poco más allá de las 1.500 vueltas, estirando sin compasión casi hasta las 6.500. Personalmente, me ha sorprendido cómo rinde a bajo régimen y cómo estira en la zona media-alta.
¿Y las prestaciones? Pues anuncia una velocidad máxima de 250 km/h (autolimitada) y una aceleración de 0 a 100 en 6,1 segundos. Eso sí, el consumo no está de su lado, ya que se trata de una mecánica sedienta. El consumo medio está cifrado en 8,3 litros cada 100 kilómetros, que pueden ascender hasta los 11,5-12... en un santiamén.

Dinámicamente, en la parte alta de la tabla
Si se selecciona el modo adecuado del control dinámico de la conducción, que recibe el nombre de N Grin y ofrece cinco modos de conducción, el Hyundai i30 N 2019 puede ser un coche perfectamente válido para viajar por autopista o moverse en el día a día.
Sin embargo, centrar su uso en ese hábitat sería un auténtico error. Este compacto deportivo necesita libertad y tramos de curvas para mostrar su mejor cara. La de un coche que hace de la precisión su bandera, a la hora de inscribirse en los virajes, mientras el sistema de escape deportivo atruena sin compasión. Tampoco debemos perder de vista la sensación de aplomo que trasmite, sobre todo, en los cambios de apoyo.
¿Otros puntos a su favor? Tal vez, me centraría en la dirección, muy rápida y directa, y en el tacto de la caja de cambios manual, de seis marchas. Además, este último elemento se complementa con dos aportes interesantes: el control de arrancada Launch Control o la función automática de punta-tacón en reducciones, que recibe el nombre de Rev-matching.
Tampoco se queda atrás el equipo de frenos, con discos de 345 milímetros, delante, y 314, detrás. La sensación es que son bastante resistentes a la fatiga y que el tacto del pedal no empeora.
Por último, la suspensión adaptativa contiene a la perfección el balanceo de la carrocería, aunque en el modo más firme, que recibe el nombre de Sport+, puede llegar a resultar incómoda, si el asfalto no está en perfecto estado.
¿Cuánto hay que pagar por disfrutar del Hyundai i30 N 2019 en su variante Performance? Exactamente, 39.250 euros. Para hacerse una idea, valga como referencia un rival directo como el SEAT León CUPRA, con 290 CV, que parte de los 38.000 euros. Eso sí, el coreano tiene una campaña promocional de 6.000 euros...
Hyundai i30 2.0 T-GDi 275 CV N Performance