Para muchos aficionados al mundo del automóvil, Alfa Romeo es uno de los fabricantes que más joyas ha lanzado a lo largo de su historia, aunque es cierto que también hubo muchos otros modelos que no hicieron demasiado por la reputación de la casa.
Durante los primeros años tras la adquisición de la marca por parte de Fiat, los amantes de Alfa Romeo se enfrentaron a una verdadera tortura: el paso de la propulsión trasera a la delantera, tecnología aburrida de Fiat y diseños algo anodinos. Quizá el mejor ejemplo de todo esto fue el Alfa Romeo 155, aparecido hace ya 30 años.
Galería: Alfa Romeo 155 (1992-1998)
Plataforma Fiat
Bajo la carrocería del Alfa Romeo 155 se escondía la plataforma del primer Fiat Tipo, pero el diseño corrió a cargo de Ercole Spada, autor de algunos Alfa Romeo previos y también del BMW Serie 5 E34.
Para los Alfistas, el 155 estaba en tierra de nadie: su predecesor, el Alfa 75, impresionó técnicamente y gozaba de propulsión, mientras que el sucesor, el 156, sorprendió a nivel estético. ¿Qué ventajas tenía el 155 frente al 75? Pues, básicamente, una mayor habitabilidad, gracias a sus 10 centímetros extra de longitud exterior y 3 de batalla.

En enero de 1992, el Alfa 155 se lanzó con dos motores Twin-Spark de gasolina, de cuatro cilindros. El primero era un 1,8 litros de 129 CV, y el segundo un 2,0 litros de 144 CV. Además, se ofreció un V6 de 2,5 litros y 165 CV.
Ya en otoño de 1992, la marca introdujo el 155 Q4, que estrenó la tracción total permanente, con tres diferenciales, junto a un motor 2.0 turboalimentado de cuatro cilindros y 16 válvulas. Derivada del Lancia Delta Integrale, esta motorización ofrecía 190 CV de potencia.

A partir de abril de 1993, Alfa Romeo comenzó a ofrecer motores Twin-Spark de menor cilindrada, en concreto un 1,7 litros de 116 CV, y también dos bloques turbodiésel de 90 y 125 CV.
Ya en 1994, Franco Sbarro recibió el encargo de diseñar una versión con carrocería familiar del 155. El 'Sport Wagon' se basaba en la versión Q4, equipada con un kit de carrocería Zender. Fue presentado en el salón del automóvil de Ginebra de aquel año, pero el coche no pasó de la fase de concept car.

Después de tres años, en marzo de 1995, se llevó a cabo una ligera actualización del modelo, con aletas más anchas y un frontal modificado. También era nuevo un 2.0 litros 16V Twin-Spark de 150 CV. Al año siguiente, se sustituyeron los bloques 1.7 y 1.8 por bloques de cuatro válvulas, 1,6 y 1,8 litros, con 120 y 140 CV, respectivamente. El V6 finalmente se descatalogó, sin remplazo a la vista.

El sucesor del Alfa Romeo 155, denominado 156, se lanzó en 1997. La producción del primero concluyó a principios de 1998, tras 195.526 coches fabricados, de los cuales unos 5.500 acabaron en manos de la 'Polizia' italiana.
Además, el 155 se convirtió en toda una leyenda del automovilismo, concretamente en el campeonato de turismos alemán o DTM, donde Nicola Larini ganó el título en 1993, aunque es cierto que el coche no tenía demasiado que ver con el de serie. En todo caso, los aficionados de los años 90 siguen recordando los famosos duelos con el Opel Calibra o el Mercedes-Benz Clase C.