Aunque ya hemos hablado en alguna ocasión de este híbrido de altas prestaciones, ya que el nuevo Mercedes-AMG C 63 S E Performance se presentó a finales del pasado mes de septiembre, la berlina deportiva y electrificada vuelve a la web y a nuestro canal de YouTube, tras poder ponerlo a prueba por primera vez y disfrutar en carretera y circuito de sus 680 CV de potencia.
Un modelo que pasará a la historia de Mercedes-AMG en general... y del Clase C en particular. ¿No me crees? Pues solo te diré que supone una revolución tan grande que, tarde o temprano, el tiempo acabará dándome la razón.
De hecho, el Mercedes-AMG C 63 S E Performance de esta prueba en vídeo es el mejor ejemplo de cómo ha evolucionado la marca, pero también su actividad deportiva, en los últimos 15 años.
Galería: Prueba Mercedes-AMG C 63 S E Performance 2023
Una nueva era de deportivos híbridos
Viajemos esos 15 años atrás... ¿Qué nos encontramos? El fantástico C 63 AMG con motor 6.2 V8 atmosférico de 457 CV... y su atronador sonido. Un modelo que en 2014, dio el paso al ya célebre motor 4.0 V8 biturbo, con 476 o 510 CV de potencia, según versión.
Y precisamente, en 2014, es cuando comienza la gran revolución. Mercedes-AMG entra de lleno en la era híbrida de la F1, de los motores V6 electrificados que a posteriori dominará con solvencia durante años. Una era que se ha traducido en una nueva mentalidad para sus deportivos de calle: ¡electrificar para asegurar el mayor redimiento y prestaciones!
Dejando a un lado el exclusivo deportivo One de 1.063 CV, con su motor directamente derivado de la F1, este nuevo C 63 S es el tercer modelo E Performance (junto a los AMG GT 63 S y S 63) que se suma a esa máxima de que la electricidad sirva para ser más rápidos, en lugar de para moverse más kilómetros en eléctrico... aunque también puedan hacerlo, como es lógico.
El Mercedes-AMG C 63 S E Performance 2023, en 5 puntos clave
Diseño
Basta un simple vistazo para darnos cuenta de que no nos encontramos ante una berlina deportiva más; a todas luces, se trata de un modelo especial. De hecho, su carrocería es más larga, ancha y musculosa que la de cualquier otro Clase C, mientras que el capó tiene una vistosa toma de aire. Por su parte, la parrilla frontal es activa (se abre y cierra a demanda), mientras que las llantas de aleación son de 19 pulgadas, aunque nuestra unidad luce las opcionales forjadas de 20.
Además, como detalle curioso, debemos permanecer un poco más en la parte frontal, donde, por primera vez en un modelo de la marca, en el capó aparece el escudo de AMG y no la estrella de Mercedes-Benz (que se mantiene en la parrilla, es verdad). Lo que sin duda, es toda una declaración de intenciones.
¿Más detalles destacados? En la parte trasera, no faltan un difusor, que cumple una importante función aerodinámica, las salidas del sistema de escape deportivo o un discreto spoiler integrado en la tapa del maletero. Y todo, rematado con una impresionante pintura en acabado mate.
Interior
Por dentro, cuesta responder a la pregunta de si el habitáculo es más moderno o más deportivo, porque ambas cualidades se esfuerzan por estar bien presentes en él.
Por un lado, la modernidad queda representada por su líneas, acabados y materiales, por la configuración de doble pantalla con gráficos exclusivos y por el volante multifunción de última generación.
De hecho, merece la pena detenerse en estos dos últimos elementos. En el caso del sistema multimedia MBUX, más que en las utilidades que suele ofrecer este sistema en el resto de modelos, me gustaría centrarme en la aplicación Track Pace.
Decir que es una función de telemetría sería quedarse corto, ya que permite descargarse el circuito en el que vayamos a rodar (Ascari, en este caso) y ayudarnos a gestionar de la manera más efectiva toda la potencia y rendimiento del conjunto, acorde al trazado. Incluso, al igual que sucede en la F1, en un par de puntos nos permitirá utilizar un 'boost' eléctrico. En resumen, una auténtica pasada...
Respecto al volante, cuenta con un montón de controles hápticos y, en cierto modo, requiere de cierto periodo de adaptación para manejarlo. Pero más allá de eso, me parecen especialmente destacables los dos selectores circulares que incluye.
Desde el derecho, se pueden gestionar los ocho modos de conducción del coche (Electric, Comfort, Battery Hold, Sport, Sport+, Race, Slippery e Individual) y los cuatro programas de regeneración (0, 1, 2 y 3), que llega a frenar mucho en el más elevado, pero sin permitir llevar a cabo una conducción de tipo 'one pedal' del todo. Desde el izquierdo, se pueden configurar todo tipo de parámetros, desde la suspensión adaptativa hasta el umbral de actuación del control de estabilidad.
¿Y la habitabilidad? Bueno, no te voy a engañar, mi prioridad en este coche fue disfrutar de las plazas delanteras, pero a decir verdad, las traseras son cómodas para dos adultos, mientras que el maletero parece perder algo de capacidad, aunque no hay un dato oficial al respecto.
Mecánica
Bien, llegamos al aspecto más interesante del coche: su sistema híbrido con tecnología de F1. De hecho, esa experiencia en la máxima categoría se emplea en el turbocompresor eléctrico o en una batería de pequeña capacidad, 6,1 kWh y apenas 13 km de autonomía eléctrica, pensada para entregar energía al sistema casi tan rápido como para regenerarla.
Sin embargo, el verdadero protagonista es el propulsor, una evolución del bloque M139, de 2,0 litros y turboalimentado, que se convierte en el motor tetracilíndrico más potente del mundo, con 476 CV y 545 Nm de par máximo. O lo que es lo mismo, con una relación de 238 CV/l. ¡De locos!
Por su parte, el motor eléctrico principal se integra en el eje trasero, junto al diferencial autoblocante, ofrece un máximo de 204 CV y 320 Nm de par y se asocia a una transmisión de dos velocidades.
Así las cosas, nos enfrentamos a un sistema híbrido enchufable de 680 CV y 1.020 Nm de par motor, que cuenta con el apoyo del sistema de tracción total 4MATIC+, con reparto selectivo de par y modo drift, así como con la transmisión automática multidisco AMG Speedshift MCT 9G, de nueve marchas.
¿Resultado? 3,4 segundos en el 0 a 100, una velocidad máxima limitada a 250 km/h, ampliable opcionalmente a los 280, y un consumo medio homologado de 6,9 l/100 km, para un modelo que anuncia un peso de 2.111 kg.
En marcha
En líneas generales, en carretera, el C 63 S es un coche extremadamente veloz y estable, al que si le unimos el hecho de lo bien insonorizado que está, te permite hacer viajes a una velocidad de crucero endiablada, legal en ciertos tramos de Alemania, pero que en España acabaría ocasionándote problemas.
En el lado opuesto, en una carretera de curvas, ofrece un comportamiento impropio de su tamaño y peso, con una agilidad que te llega a sorprender y una capacidad de tracción fuera de toda duda. Además, su capacidad de aceleración te dejará sin palabras.
Ahora bien, como todo, gestionando los distintos modos de conducción, el C 63 S E Performance puede convertirse en un coche perfecto para el día a día, con el que moverse por la ciudad, como fue mi caso, con un consumo de 1,5 l/100 km. Eso sí, como dato curioso, debes tener en cuenta que este modelo contará en España con el distintivo ambiental Eco de la DGT, y no con el 0, debido a su escasa autonomía eléctrica.
En un circuito tan técnico como Ascari, el C 63 S E Performance es un modelo verdaderamente rápido, aplomado en curvas rápidas y eficaz en las más lentas, que obedece al milímetro lo que le exige el conductor, tanto a través del pedal del gas como del propio volante.
En este sentido, un elemento clave es la dirección en el eje trasero, que aumenta la agilidad de un conjunto que no es especialmente ligero, reduciendo 'virtualmente' la distancia entre ejes del coche. Otro elemento que marca la diferencia es el sistema eléctrico, que se esfuerza en aportar un 'boost' extra en todo momento. Y como dato curioso, te diré que tras 8 vueltas rápidas en Ascari, al encarar la salida hacia los garajes, el indicador de batería estaba en casi el 75%.
También hay que destacar la caja de cambios, que trabaja con velocidad y te involucra al máximo en la conducción, si decides manejarla con las levas... y lo haces con precisión. Porque si te equivocas y no subes una marcha en el momento exacto, el coche no lo hará por ti.
Especialmente destacable también resulta el equipo de frenos de serie, que se demuestra verdaderamente eficaz, tanto por no perder 'mordida' cuando se le exige a fondo, como por el hecho que el tacto del pedal no empeore. De hecho, las sensaciones en circuito fueron tan buenas que, según acabó mi tanda, lo primero que hice al bajarme del coche fue cerciorar que, verdaderamente, mi unidad no llevaba discos carbocerámicos.
Por lo demás, con el ESP activado la conducción es fluida, sin sufrir constantes interrupciones por parte de la electrónica. Con el ESP en modo Sport, empiezan a aparecer subvirajes en una dosis interesante, que permite seguir teniendo todo bajo control. Y si optamos por el modo drift o por desconectar la electrónica, entonces sí, tendremos que andar rápidos de manos... y cambiar las ruedas traseras con más frecuencia de la deseada.
Equipamiento y precio
Disponible en formato berlina y familiar, con unas primeras entregas previstas para primavera, por ahora Mercedes-AMG no ha dado a conocer ni el precio ni los listados de equipamiento opcional del coche. De hecho, el modelo no está disponible en el configurador de la marca.
Así que, por ahora, nos quedaremos con lo más increíble de este modelo, con el hecho de que se haya conseguido electrificar, mejores las prestaciones y sin conseguir que el peso extra nos prive de disfrutar de unas sensaciones dinámicas fantásticas. Eso sí, el sonido del motor V8 lo seguiremos echando en falta...
Mercedes-AMG C 63 S E Performance