Desde su llegada al mercado, en 2016 y 2017, la nueva generación del Alfa Romeo Giulia y el Stelvio otorgaban una conducción realmente emocional y adictiva, pero no resultaban modelos 'redondos', por algunas lagunas menores en diversos ámbitos. En el mercado Premium, esos puntos débiles decantan la compra, o no, de un vehículo.
Por eso, la firma italiana ha tomado buena nota de ellas en este tiempo y ha puesto solución de manera ejemplar, de tal modo que, ahora, tanto la berlina como el SUV pueden presumir, más que nunca, de estar a la altura de cualquier otro modelo de lujo, incluidos los rivales alemanes que todos tenemos en mente.
Después de analizarlos a conciencia, hace unos meses, en el centro de desarrollo de la casa transalpina, situado en Balocco, nos hemos vuelto a poner al volante de ambos vehículos por el interior de las provincias de Barcelona y Gerona, y hemos comprobado, con agrado, todas las mejoras tecnológicas en esta primera prueba.
Comenzamos por un nuevo sistema de infoentretenimiento, mucho más avanzado que antes, compatible con Android Auto y Apple CarPlay, que se gobierna a través de una pantalla, ahora táctil, con 8,8 pulgadas y una cartografía más completa y atractiva, que forma parte del equipamiento de serie.
Asimismo, el interior gana categoría, a partir de un volante y un pomo rediseñados, así como a través de una consola central remodelada, que integra huecos portaobjetos, cargador por inducción del teléfono móvil y un nuevo mando circular para navegar por el sistema multimedia. También debemos resaltar la pantalla TFT de la instrumentación, con 7,0 pulgadas y nuevos gráficos, situada entre las dos esferas analógicas del velocímetro y el cuentarrevoluciones.
En el apartado de las ayudas electrónicas a la conducción, el listado se completa con los sistemas de detección de fatiga, de reconocimiento de señales de tráfico, de mantenimiento de carril y de alerta por ángulo muerto, así como con el control de velocidad de crucero adaptativo.
Con todas estas tecnologías, los Alfa Romeo Giulia y Stelvio 2020 alcanzan el nivel 2 de conducción autónoma. Eso significa que los coches pueden mantener la trayectoria y la distancia con el vehículo precedente, por sí mismos, en línea recta y en curvas de amplio radio, a una velocidad máxima de 145 km/h, y también en atascos, hasta 60 km/h.
También la conectividad con el exterior gana muchos enteros. Por ejemplo, el conductor dispone de llamada de emergencia automática (My Assistant), conexión wifi para ocho dispositivos (My Wi-Fi) y servicios remotos a través de la aplicación Uconnect para el teléfono móvil. Hablamos, por ejemplo, de aviso ante el robo del vehículo, posibilidad de abrir o cerrar las puertas y opción de mandar una ruta programada, entre otras ofertas prácticas.
En cuanto a la conducción se refiere, antes sí nos chocaban los desagradables rebotes que se producían al avanzar o retroceder, a baja velocidad, si se aplicaba el radio máximo de giro con el volante. Esta inconcebible situación, que se daba por ejemplo en aparcamientos, ha desaparecido por completo.
Además, los habitáculos se han insonorizado con más material aislante ante los ruidos parásitos, algo que se nota viajando a velocidades de crucero, como comentaré más adelante.
En el apartado comercial, Alfa Romeo aplica una nueva política, muy acertada, desdoblando la oferta entre versiones de aspecto deportivo, ya existentes, y de tintes lujosos. Así, de entrada, se encuentra el nivel Super, que se complementa con los acabados Sprint y Veloce, de imagen 'racing', y TI, de líneas más elegantes.
Por supuesto, coronando la gama, se mantiene la variante Quadrifoglio, con 510 CV, fruto de un motor 2.9 V6, biturbo, que llegará a lo largo del año. Si nos centramos en el nivel Veloce, el más exclusivo en la actualidad, es fácilmente distinguible, ya que, en el caso del Stelvio, toda la carrocería luce el mismo color, sin protecciones de material plástico sin pintar, y emplea llantas de aleación de 20 pulgadas.
Con esta nueva fórmula, el objetivo es atraer también al público femenino y, por ende, incrementar ventas.
Como buena actualización, se añaden colores exteriores, divididos en las categorías Competizione, con referencias a la tradición deportiva de la marca; Metal, que enfatiza el alma dinámica del fabricante italiano; Solid, los más sencillos; y Old Timer, que evoca el legado de Alfa Romeo.
La gama mecánica, completamente turboalimentada, continúa sin cambios, con motores de gasolina de 2,0 litros y dos niveles de potencia, 200 y 280 CV, así como con propulsores turbodiésel JTDm, de 2,2 litros y 160, 190 y 210 CV. El cliente puede elegir exclusivamente una transmisión automática con convertidor de par, de ocho relaciones y con manejo manual-secuencial, obra de ZF.
También se mantienen las versiones de propulsión trasera Q2 y de tracción total Q4, mediante un embrague multidisco, que puede enviar hasta el 50 % del par a las ruedas delanteras. El Pack Performance, opcional, suma un diferencial trasero autoblocante con control electrónico, suspensión adaptativa con los programas Normal y Soft (sin mucha diferencia entre ellos) y levas fijas de aluminio detrás del volante.
En esta toma de contacto, nos hemos puesto a los mandos de un Giulia Veloce 2.0 Turbo 280 CV Q4 y un Stelvio 2.2 JTDm 160 CV Q2, por diferentes escenarios. Como sus antecesores, proporcionan unas sensaciones dinámicas muy agradables para todos aquellos que vivan la conducción como algo emotivo.
En el caso de la berlina, la postura al volante es sumamente agradable, con una posición baja del asiento, las piernas bien estiradas y el volante sin ningún tipo de inclinación. A la hora de viajar, la cabina está muy bien insonorizada y la suspensión cuida lo suficiente a los ocupantes.
Además, el propulsor de gasolina muestra garra y poderío prácticamente en cualquier régimen y forma un fantástico binomio con la transmisión automática, que realiza cambios de marcha lógicos, para mantener la mecánica en la 'zona buena'. A velocidades de crucero, hemos obtenido un consumo de 7,8 litros cada 100 kilómetros, durante un recorrido de alrededor de 50 kilómetros por autopista. A fin de cuentas, en octava velocidad, el motor gira a 2.000 rpm a 120 km/h, como si fuera un turbodiésel.
Pero llegan las curvas y el Giulia demuestra que continúa siendo un referente. Fruto de una dirección realmente directa y un chasis perfectamente configurado, el tren delantero resulta muy ligero y se mueve con una agilidad manifiesta; se nota que no está encargado de la motricidad. Por su parte, el eje trasero va muy bien acompasado.
Aunque entremos 'colados' en algún giro, el coche muestra un carácter muy neutro, gracias a la perfecta distribución del peso, el 50% para cada eje. Además, no se producen pérdidas de motricidad, aun sin tener piedad del acelerador, y la frenada es siempre contundente, con el sistema 'by wire' (sin conexión mecánica) que incorpora el coche. En fin, una experiencia sumamente gratificante… tal y como esperábamos.
Prácticamente lo mismo podemos decir del Stelvio, que muestra muy buenas maneras, incluso en concatenación de curvas lentas, la prueba más crítica posible para un SUV. La carrocería oscila muy poco y siempre se mantiene un buen guiado. Incluso se pueden redondear a la perfección los giros, sin tener que realizar cambios de trayectoria. Todo, careciendo de una puesta a punto extrema, lo que también le permite ofrecer un apreciado carácter rutero.
En cuanto al propulsor de gasóleo, lógicamente es menos refinado que el 2.0 Turbo, pero resulta muy elástico gracias a su buena cilindrada y, si realizamos una conducción normal, premia con consumos bastante lógicos, por debajo de los 7,0 litros cada 100 kilómetros.
Por si fuera poco, a través del control dinámico de la conducción Alfa DNA, ambos vehículos muestran caras muy diferentes, según el programa elegido: D (Dynamic), N (Natural) y A (Advanced Efficiency).
En fin, ahora más que nunca, los Alfa Romeo Giulia y Stelvio 2020 nada tienen que envidiar a los contrincantes Premium y se postulan como modelos sumamente divertidos, con muy buena presencia interior y sin lagunas de equipamiento. Suena realmente bien, ¿verdad?
En el caso del Giulia, los precios comienzan en 38.435 euros, si bien quedan reducidos a 27.625 si se aplican las promociones existentes y la oferta por financiación. Por su parte, puedes adquirir el Stelvio desde 46.895 euros, que se quedan en 40.414 con los descuentos.
Por cierto, Alfa Romeo dispone de interesantes fórmulas de renting para particulares, que pueden ser beneficiosas si únicamente demandas un pago por uso. En este caso, déjate asesorar por un concesionario y elige la forma de pago que mejor se adapte a tus condiciones.
Alfa Romeo Giulia Veloce 2.0 Turbo 280 CV Q4 AT8