Hace ya meses que el fabricante alemán Mercedes-Benz ofrece en sus concesionarios un SUV completamente eléctrico, el Mercedes-Benz EQC, y también el monovolumen EQV que se fabrica en Vitoria, pero hay más modelos en camino, como el más pequeño EQA (el GLA eléctrico) o el lujoso e imponente EQS, que será el Clase S de los eléctricos de la firma alemana.

Es precisamente el SUV de cero emisiones emparentado con el GLC el que acabamos de probar. Un modelo del que se matricularon 47 unidades en España durante el pasado 2019 y que parte de 77.245 euros. No es un eléctrico asequible, desde luego, pero sí uno de altos vuelos, tanto por potencia como por el lujo y el refinamiento que ofrece. Vamos a verlo en profundidad.

En el plano estético, este Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC se diferencia notablemente de su hermano, el GLC, ya que la marca ha querido distinguir claramente su gama de modelos eléctricos (este es solo el comienzo) del resto de las opciones de su catálogo.

Luce una gran parrilla, unos interesantes faros unidos visualmente mediante una línea lumínica en el espacio que queda entre la parrilla y el capó, una oferta de llantas de llamativo diseño (de 19 pulgadas en este caso, aunque hay de hasta 21 pulgadas) o una zaga también muy particular.

Un interior de primera

El habitáculo del EQC cuenta con diversos detalles específicos, como los difusores de aire en color cobrizo o molduras decorativas metálicas, aunque sigue la línea del resto de modelos de la familia. Tampoco faltan materiales de calidad, agradables a la vista y al tacto, como aluminio, cuero sintético o microfibra Dinamica (parecida al ante o el tejido Alcantara).

Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba

Los asientos resultan cómodos y recogen bien el cuerpo (el ajuste eléctrico o la climatización son opcionales), y el espacio interior es correcto para un todocamino de su clase, también en las plazas traseras, si bien el quinto ocupante tiene el inconveniente del túnel central. El maletero ofrece 500 litros de volumen, una cifra notablemente inferior a la del más grande Audi e-tron (660 litros), pero casi idéntica a la del Jaguar I-PACE (505 litros).

Las dos pantallas principales, de 10,25 pulgadas cada una, conforman un módulo único, aunque la de la izquierda hace las veces de cuadro de instrumentos y la de la derecha, más centrada en el salpicadero, es la pantalla dedicada al sistema multimedia, el navegador y demás funciones del vehículo.

El sistema multimedia MBUX, que se puede controlar mediante el mando táctil de la consola o bien mediante las superficies también táctiles del volante, tiene una interfaz muy intuitiva y goza de gráficos de gran calidad. Incorpora funciones como el asistente virtual 'Hola Mercedes' (por voz), además de búsqueda de puntos de recarga, diseño de rutas teniendo en cuenta los tiempos de carga o un sistema de preclimatización para el habitáculo.

Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba

En la lista de opcionales destacan el Head-Up Display (1.197 euros), los asientos delanteros climatizados (1.440 euros), el techo eléctrico de cristal (1.397 euros), el sistema de realidad aumentada para el navegador (302 euros), un cargador inalámbrico para smartphones (242 euros) o la cámara de 360 grados (611 euros), entre otras cosas.

Dos motores eléctricos y 408 CV

El primer cero emisiones de producción de Mercedes-Benz (antes hubo modelos un poco más especiales como el SLS AMG Electric Drive o el Clase B Electric Drive), incorpora dos motores eléctricos asíncronos o de inducción, uno en cada eje, para una potencia combinada de 408 CV y, sobre todo, un par motor máximo de 760 Nm. La batería de iones de litio, por su parte, tiene una capacidad útil de 80 kWh.

A pesar del peso del conjunto, de casi 2,5 toneladas (652 kg corresponden a la batería), el Mercedes-Benz EQC despacha el 0 a 100 km/h en 5,1 segundos, mientras que su velocidad máxima está limitada a 180 km/h. En todo caso, goza de una transmisión automática de una única velocidad y de tracción a las cuatro ruedas 4MATIC, aunque se trata de un sistema diferente al de cualquier otro de la marca, ya que está basado en el hecho de tener un motor eléctrico en cada eje.

Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba

Y, ¿el consumo energético? Homologa 22,5 kWh cada 100 kilómetros, cifra que se puede conseguir en recorridos a baja velocidad, si bien durante nuestra prueba en su totalidad no hemos sido capaces de rebajar la barrera de los 26 kWh, a pesar de haber intentado llevar una conducción lo más eficiente posible. Así pues, en un uso real, su autonomía se acerca más a los 300 kilómetros que a los 416 que anuncia en ciclo WLTP.

El cargador integrado del modelo permite la recarga (el cable es CCS) a un máximo de 7,4 kW con corriente alterna (AC), si bien en estaciones de carga rápida de corriente continua (DC) soporta hasta 110 kW. El tiempo de recarga (del 10 al 100%) es de 11 horas en un wallbox de 7,4 kW, si bien mediante carga rápida se reduce hasta los 40 minutos para pasar del 10 al 80% de la carga de la batería.

En todo caso, hablamos de una batería bastante grande que, lógicamente, requiere que tengamos la posibilidad de cargar a una potencia decente, ya que de otra manera el proceso resulta eterno (incluso varios días en un enchufe doméstico).

Además de los diferentes modos de conducción disponibles (Comfort, Eco, Sport, Max Range e Individual), el EQC cuenta con diversos niveles de recuperación de energía (Auto, D--, D-, D y D+), que podemos seleccionar mediante las levas integradas en el volante, eligiendo si queremos que el coche mantenga su inercia al máximo (y la mantiene enormemente en D+) o bien retenga tanto como para no necesitar recurrir al pedal de freno.

Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba

En este último modo, denominado D--, se puede llevar a cabo una conducción de pedal único, ya que incluso podemos conducir utilizando solamente el acelerador y las levas, cambiando el nivel de recuperación (más retención con la leva izquierda y menos con la derecha) de manera que no nos haga falta prácticamente pisar el freno. 

Cabe apuntar que en el modo Max Range, que limita mucho la aceleración del vehículo en pro de apurar al máximo la autonomía, resulta interesante la funcionalidad del pedal háptico, que se endurece para indicar el punto del que no deberíamos pasar a la hora de acelerar. Digamos que el pedal marca el límite a partir del cual diremos adiós a la conducción eficiente, aunque lógicamente podemos sobrepasar dicha 'barrera' y pisar todavía más el pedal. Además, si por ejemplo nos acercamos a una limitación de velocidad, el asistente 'Eco' también utiliza el pedal (empujando levemente en sentido contrario) para invitarnos a levantar el pie del acelerador.

Cómodo, suave y también pesado

Al volante, el EQC destaca por lo refinado que resulta: presume de suavidad de marcha, es muy cómodo en vías rápidas y también resulta muy silencioso, tanto por el sistema de propulsión eléctrico como por la buena insonorización del habitáculo. Además, en ciudad resulta ideal, ya que, a pesar de sus dimensiones (mide 4,76 metros de largo), se maniobra con facilidad y afronta badenes o resaltos con gran solvencia. A la hora de aparcar, desde luego los sensores y cámaras son de gran ayuda. 

Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba
Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC, prueba

Como en todos los eléctricos de gran potencia, su capacidad de aceleración es impresionante, más todavía en un coche de su tamaño y peso. Ahora bien, si abusamos constantemente del acelerador (algo que además apetece, dado el ímpetu con que gana velocidad), el consumo se dispara y la autonomía se resiente de manera importante. Si queremos exprimir al máximo la batería y recorrer más de 300 kilómetros por carga, estaremos obligados a llevar una conducción lo más eficiente posible, aprovechando siempre la inercia del vehículo y recuperando energía.

El tacto del pedal de freno es quizá uno de los aspectos más controvertidos del modelo, ya que al contar con regeneración de energía, al pisarlo resulta algo esponjoso y para dosificar bien la frenada hay que acostumbrarse a él. Al levantar el pie del freno existe un leve retardo, como si el sistema de regeneración de energía funcionara todavía durante unas décimas de segundo.

Debido a su tamaño y, sobre todo, a su peso, no es un coche especialmente ágil en zonas de curvas, y desde luego al volante es evidente su enorme masa, pero en cualquier caso, no es un coche que se haga incómodo de conducir en carreteras reviradas.

En definitiva, el Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC es un SUV eléctrico que destaca por su suavidad, por la calidad general, por el silencio que ofrece a sus ocupantes y por unas prestaciones de primer nivel, si bien tiene un consumo energético elevado y un dinamismo acorde a su peso y tamaño.

Mercedes-Benz EQC 400 4MATIC

Motor Dos propulsores eléctricos asíncronos
Potencia 408 CV / 760 Nm
Caja de cambios Transmisión directa, 1 velocidad
Batería 80 kWh
Autonomía eléctrica 416 km
0-100 km/h 5,1 segundos
Velocidad máxima 180 km/h
Consumo 22,5 kWh/100 km
Tracción Tracción total
Peso en vacío 2.495 kg
Número de asientos 5
Capacidad del maletero 500 litros
Precio base 77.425 euros