Allá por los años 60, el Ford GT40 era una auténtica nave espacial. Concebido para competir contra Ferrari en las 24 Horas de Le Mans, el superdeportivo de Ford se convirtió con el tiempo en una leyenda de la automoción estadounidense, hasta el punto de ser tomado como inspiración por numerosos modelos en las décadas siguientes.
El GT40 también ha tenido herederos, como la segunda generación, presentada en 2004, y la tercera, en 2016. Antes, sin embargo, vieron la luz el GT80 y el GT90, dos extravagantes prototipos que nunca llegaron a fabricarse en serie.
La génesis del Ford GT80
El GT80 fue uno de los Ford más extravagantes jamás imaginados. El prototipo que se ve en la foto es obra de Luigi Colani, a la vez ingeniero aerodinámico, artista y escultor.
Una combinación un tanto particular para el diseñador (también conocido por su trabajo con BMW y Volkswagen en los años 80), que creó un concept decididamente exagerado.
Ford GT80 Concept (1978)
A lo largo de su carrera, Colani siempre se decantó por los coches con formas extremadamente aerodinámicas y, a menudo, se inspiró en el mundo de las carreras y la aviación.
Esto es particularmente evidente en el GT80, cuya distintiva parte trasera recuerda al Lotus 80 de Fórmula 1 y al Chapparal 2K de Indy Car. Incluso la forma del GT80 está patentada, ya que Colani registró el nombre 'C-Form' en 1967.
Presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1980, el GT80 fue el resultado de años de estudio y desarrollo aerodinámico, que empezaron en 1973 y no terminaron hasta 1978.
El apoyo de Ford
El GT80 era más caro que un Rolls-Royce de la época porque, según Colani, en su construcción se habían utilizado los mejores materiales. El prototipo presentado en Frankfurt se equipó con el motor Ford Cosworth V6 de 3,4 litros con 24 válvulas y 405 CV a 10.500 rpm.
El chasis del Ford GT80 Concept
El material de prensa del GT80 en el Salón de Frankfurt fue producido por Ford Europa, pero todo el proyecto fue financiado por el propio Colani. El coche de exhibición tenía llantas y neumáticos de Fórmula 1, mientras que la caja de cambios era manual, de cinco velocidades y origen ZF.
Entre otras cosas, ZF también ayudó a diseñar algunos componentes electrónicos para el GT80, como un dispositivo automático de detección de carga aerodinámica para ajustar el alerón delantero. Esto permitía reducir la resistencia al aire durante la conducción a alta velocidad y producir más carga aerodinámica en las curvas.
También se incorporó un airbag en el volante, una característica única en 1980. El nivel de ruido del coche de producción habría sido muy bajo, gracias a una 'pared' de 20 cm de material aislante entre el motor y los asientos, pero el coche nunca entró en producción y siguió siendo un puro ejercicio de ingeniería y estilo.