El cambio a la energía eléctrica parece haberse convertido en la única forma de alcanzar los objetivos medioambientales de la Unión Europea. No obstante, aunque todos los fabricantes de automóviles están comprometidos con esta transición, también analizan otras variables de futuro, como los combustibles limpios y renovables.

Está claro que no podemos decir adiós de la noche a la mañana a los motores de combustión, por lo que hay que seguir dándoles una utilidad sin que suponga un perjuicio para la ecología.

Galería: Prueba Porsche 911 Targa 4S 2021

Uno de los fabricantes más activos en este sentido es Porsche. De hecho, la compañía de Stuttgart ha puesto en marcha una planta con Siemens en la Patagonia chilena para producir eFuel a partir de hidrógeno, que utilizará para impulsar sus coches de competición a partir de este año.

El proceso, que se calcula que producirá unos 130.000 litros de gasolina sostenible de forma anual, es totalmente ecológico, ya que utiliza la electricidad generada por los aerogeneradores para el proceso de división del agua de la que se obtiene el hidrógeno, su transformación en metanol y, finalmente, su refinado.

Porsche 718 Cayman GT4 RS Clubsport 2022

Y eso no es todo: Porsche ha probado recientemente un biocombustible derivado de los residuos del procesado de alimentos en un 718 Cayman GT4 RS, lo que representa una oportunidad más para optimizar los recursos y controlar las emisiones.

Este tipo de combustible, así como el biogás y el biometano (del que Volkswagen es especialmente partidario), obtenidos a partir de plantas y materiales de desecho orgánico, tienen la ventaja de que sus emisiones se compensan en gran medida en origen por el CO2 absorbido en el ciclo de vida de las plantas.

Estos últimos, a su vez, tienen una cadena de suministro más respetuosa con el medio ambiente que la extracción y el procesamiento de los combustibles fósiles, así como una combustión que produce menos emisiones contaminantes.

BMW M8 Competition Gran Coupé 2022

En un balance medioambiental que tiene cada vez más en cuenta todo el proceso de producción, y no solo las emisiones directas de los vehículos, estos procesos son ahora, según diversos estudios, incluso más respetuosos con el medio ambiente que la cadena eléctrica.

Por supuesto, no es el único ejemplo reciente. BMW ya ha dicho que no está dispuesto a abandonar los motores de combustión en pocos años. Además, en otoño de 2021, Bentley realizó un experimento llevando al nuevo Flying Spur Hybrid a un viaje de más de 700 kilómetros por Islandia, uno de los países más a la vanguardia de las energías limpias, con un suministro de combustible 'mixto' 100% renovable.

Esta prueba demuestra cómo es posible imaginar un escenario de electrificación parcial, más práctico que la electrificación total, y sobre todo contribuir a la reducción de la contaminación a escala mundial, incluso allí donde la movilidad eléctrica tardaría más en extenderse. Además de salvaguardar casi 150 años de historia y tradición automovilística...

Como señaló el famoso piloto de carreras Walter Röhrl sobre la iniciativa de Porsche: "Una de mis grandes esperanzas es que en el futuro pueda conducir un coche clásico sin tener ningún remordimiento por el medio ambiente, ya que estoy utilizando eFuel. Llenar de eFuel el depósito de un coche de 50 años es un signo de verdadera sostenibilidad".

Volviendo a Bentley, la empresa con sede en Crewe ya ha integrado los biocombustibles en su programa Beyond100 también en sus procesos de fábrica, utilizándolos a partir de finales de 2021 para alimentar los vehículos de logística en la planta de fabricación adyacente a su sede.

A principios de ese año, Mazda se convirtió en el primer fabricante de automóviles en adherirse a la Alianza eFuel, que reúne a empresas de distintos ámbitos interesadas en promover y apoyar el desarrollo de energías sostenibles, desde el hidrógeno hasta los biocombustibles. En fin, ojalá que los motores de combustión tengan una vida aún muy larga...