Aunque los gobiernos y la mayoría de los fabricantes de automóviles parecen precipitarse por la senda del 'todo eléctrico', son muchas las voces que intentan dar sentido al hecho de que el futuro del automóvil no pasa únicamente por los coches alimentados con electricidad.

Por supuesto, es necesario un enfoque tecnológicamente neutro para conseguir esa transición ecológica y alcanzar el objetivo de la neutralidad climática. Pero hay alternativas, como la iniciada por Porsche, que también reducirían drásticamente las emisiones de CO2. ¡Y todo ello manteniendo los motores de combustión!

Galería: Prueba Porsche 911 GT3

Se trata, pues, de dar cabida y fomentar estudios alejados del mundo de la electricidad, pero que, sin embargo, son importantes para reducir las emisiones de dióxido de carbono. Porsche sigue un camino similar y ya dispone de una fábrica para producir eFuel, la 'gasolina sintética' que promete reducir la contaminación en un 90% en comparación con los combustibles fósiles tradicionales.

Salvar el futuro preservando el pasado

La planta piloto se encuentra en Punta Arenas, en la Patagonia chilena, y tendrá una capacidad de producción de 130.000 litros de eFuel para este mismo 2022. En los años siguientes, sin embargo, la producción aumentará drásticamente, ya que Porsche prevé alcanzar los 55 millones de litros en 2024 y los 550 millones en 2026.

Prueba Porsche 911 GT3

La planta es fruto de la colaboración, fundamentalmente, de Porsche y Siemens Energy, así como con la aportación de numerosas empresas internacionales atraídas por el potencial económico del proyecto.

Michael Steiner, miembro del Consejo de Administración responsable de la investigación y el desarrollo, se encarga de coordinar y dirigir este proyecto en Porsche y afirma sobre el proyecto de carburante sintético:

"Este es un paso importante en nuestra estrategia de sostenibilidad. Este proyecto permitirá a Porsche alcanzar el nivel cero de emisiones de carbono en 2030. Los combustibles producidos a partir de energías renovables son especialmente adecuados para el 911, pero también para todos los modelos del pasado".

El objetivo de la empresa es adaptar el combustible para que pueda utilizarse también en todos sus coches históricos. Mientras tanto, ya en 2022, los coches de la Supercopa Porsche Mobil 1 serán los primeros en funcionar con eFuel.

Prueba Porsche 911 GT3

Un laboratorio natural

Chile no es una elección elegida al azar por Porsche. En primer lugar, la Patagonia tiene las condiciones naturales perfectas para el uso de energías renovables. El punto de partida del combustible sintético es la energía eólica. Se utiliza en el proceso de electrólisis para separar las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno.

El hidrógeno 'verde' que se obtiene de esta reacción se combina con el CO2 del aire para producir metanol sintético, que luego se convierte en eFuel. Además, la propia administración política chilena está decidida a apostar fuertemente por las energías renovables.

Con la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde, Chile se ha propuesto convertirse en el país más barato del mundo para 'fabricar' hidrógeno verde. En concreto, la capacidad del país para producir este verdadero combustible pasará de 5 gigawatios en 2025 a 25 gigawatios en 2030.

Prueba Porsche 911 GT3

La revancha del diésel

Volkswagen es otra marca muy interesada en los combustibles verdes. El grupo está trabajando en algunos de sus motores de cuatro cilindros para hacerlos compatibles con el gasóleo ecológico. Fabricado con aceites vegetales o incluso con serrín, podría reducir las emisiones de CO2 entre un 70 y un 95% en comparación con un motor diésel convencional, según el fabricante alemán.

Además, el grupo está trabajando en combustibles electrónicos llamados "PtL" (Power-to-Liquid). Estos carburantes especiales también prometen unas emisiones de gases nocivos significativamente menores que las alternativas actuales y ayudarán a Volkswagen a conseguir la neutralidad en carbono para 2050.