¿Te suenan las formas del prototipo de la foto? Efectivamente, el Volkswagen-Porsche Tapiro ha sido la inspiración de muchos modelos a lo largo de los años.
Presentado en 1970, el Tapiro fue la 'musa' de coches como el Maserati Boomerang o el Lotus Esprit, aunque al ver el prototipo muchos habréis pensado en el DeLorean DMC-12, el mítico protagonista de la saga 'Regreso al futuro'. Pero, ¿cómo llegó este Volkswagen a ser tan importante? He aquí su historia.
Las directrices
A finales de los años 60, Porsche se puso en contacto con Italdesign, fundada por Giorgetto Giugiaro y Aldo Mantovani apenas dos años antes, para desarrollar un prototipo basado en el Porsche 914. La petición de los alemanes era crear un coche con cuatro puertas, manteniendo los rasgos distintivos de los modelos de la compañía de aquellos años, es decir, el motor bóxer central trasero y la propulsión trasera.
Volkswagen-Porsche Tapiro Concept (1970)
Aunque la base era la del 914, los diseñadores se fijaron en las líneas del De Tomaso Mangusta. Además del estilo diferente, el chasis también se rediseñó por completo: la longitud aumentó 8 cm hasta los 4,06 metros, mientras que la anchura creció 10 cm hasta los 1,76 metros.
La altura se redujo a sólo 1,11 metros, acentuando aún más la silueta deportiva del coche. Pero lo que hacía único a este Porsche eran las cuatro puertas de ala de gaviota, dos de las cuales daban acceso al maletero trasero. El uso de plexiglás, que también cubría la parte superior de las puertas delanteras y traseras, añadía un toque vanguardista al diseño.
El motor central permanece intacto
El motor del Porsche Tapiro se mantuvo fiel a la tradición de la marca de Stuttgart. A diferencia del 914, propulsado por un motor de 1,7 litros, el Tapiro estaba equipado con un motor bóxer de seis cilindros y 2,4 litros capaz de producir 220 CV a 7.800 rpm. Esto permitía al coche alcanzar una velocidad máxima de 245 km/h, gracias también a la caja de cambios manual de cinco velocidades.
Volkswagen-Porsche Tapiro Concept, frontal
Tras su presentación en Turín, Porsche lo exhibió en Estados Unidos en 1971, en el 5º Salón Anual de Automóviles Importados y Deportivos de Los Ángeles. En 1972, un industrial español compró el único ejemplar existente, pero pocos meses después el coche pasó a manos del compositor argentino Waldo de los Ríos.
Sin embargo, durante un viaje a Madrid, el coche se incendió, con la parte trasera gravemente dañada, mientras que la delantera permaneció casi intacta. Tras la trágica muerte del compositor en 1977, el coche quedó abandonado en un cobertizo durante unos 20 años, hasta que un coleccionista lo redescubrió.
Tras el hallazgo, Italdesign recuperó el Tapiro y lo expuso en su museo de Moncalieri, conservándolo en el estado en que fue encontrado. Aunque se baraja la hipótesis de una restauración, Giugiaro decidió dejarlo tal cual, como testimonio de una época y del valor de experimentar nuevas soluciones en el diseño de automóviles.