Bentley, como el resto de fabricantes de automóviles en la actualidad, no es una excepción en cuanto a tomar medidas medioambientales. Es por ello que los ingleses anunciaron un plan para la electrificación de sus modelos.
Mientras que esperamos el primer ejemplar totalmente eléctrico de los de Crewe, que promete ser tan potente como lujoso, la marca ha apostado por un híbrido enchufable, el Flying Spur.
Se trata del segundo modelo PHEV de los británicos, tras el Bentayga Hybrid. El hecho de no poseer un W12 o un V8 no lo hace menos Bentley, y han optado por el famoso bloque V6 biturbo de 2,9 litros fabricado dentro del Grupo Volkswagen.

Este motor lo equipan otros vehículos de altas prestaciones, como el Audi RS 4 Avant, los RS 5 Coupé y Sportback, el Porsche Cayenne o el Panamera. En total, este V6 entrega 416 CV de potencia y 550 Nm de par motor máximo, pero se combina con un motor eléctrico para sumar la friolera de 544 CV y 750 Nm.
La potencia llega a las ruedas a través de un sistema de tracción total, que se combina con una transmisión automática de ocho velocidades. Bentley ha asegurado que gracias a la instalación de una pequeña batería de 14,1 kWh de capacidad, situada en el eje trasero, el equilibrio del peso es cercano al 50/50, como sucede en el modelo V8.



En cuanto a la aceleración, el Flying Spur enchufable es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en solo 4,3 segundos, lo que se traduce en una mejora de 0,2 segundos con respecto a la versión V8 de 550 CV. Esta mejora se consigue incluso a pesar de sus 200 kilogramos de sobrepeso, con un total de 2.500 kilos en vacío.
Según el ciclo WLTP, el vehículo puede hacer más de 40 kilómetros solo en modo eléctrico, aunque el conductor dispone de tres modos de funcionamiento, denominados Híbrido (el predeterminado), E (eléctrico) y Hold (mantiene la batería cargada), además de los programas Confort y Deportivo.
Galería: Bentley Flying Spur Hybrid
Para encontrar diferencias respecto al resto de versiones sin mirar el motor, hay que ir a la tapa de carga en la zona de la aleta trasera izquierda, o bien a las insignias en la carrocería que delatan su naturaleza híbrida.
Los clientes de Bentley tendrán que esperar hasta finales de año para recibir sus Flying Spur, si bien el fabricante no ha desvelado todavía el precio oficial, aunque se prevé que sea más elevado que el de las versiones convencionales, que rondan los 225.000 euros.