Si hay algo que distingue a MINI como marca, sin duda, es su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos, por encima de cualquier tendencia, exigencia o dificultad.
¿Que hubo que volver a lanzar la marca, con un espíritu deportivo y desenfadado? Se hizo ¿Que había que competir en el WRC? Por qué no. ¿Que hacía falta un SUV en la gama? Diseñamos el Countryman. ¿Que hay que entrar en el mundo electrificado? Pues lanzamos distintas opciones.
Y es esa última variable, donde entra en juego el MINI Cooper SE 2021 que ponemos a prueba. Porque es cierto, desde hace años MINI ofrecía un híbrido enchufable, con el Countryman Cooper SE, pero el paso a la electrificación total viene dado por nuestro protagonista.
Galería: Prueba MINI Cooper SE 2021
Es cierto, es cierto, no se me ha olvidado: allá por el año 2009, ya existió un primer MINI 100% eléctrico, el MINI E. Aunque en ese caso, más que de un modelo de producción como tal, hablamos de un 'experimento' de movilidad, que se tradujo en la fabricación de 500 coches.
La misión de esa exclusiva serie de fabricación limitada no fue otra que rodar por Estados Unidos, recopilando datos y sirviendo de base para la futura estrategia eléctrica del Grupo BMW (y por supuesto, de la propia MINI).
Pero volviendo al modelo de 2021, hablamos de un utilitario mucho más convencional y práctico, que estéticamente es muy parecido a cualquier otro MINI de tres puertas que puedas ver por la calle.
Eso sí, como buen eléctrico, el MINI Cooper SE 2021 se distingue por algún que otro rasgo exclusivo. Me refiero, por ejemplo, a la parrilla frontal cerrada, dado que no se necesita esa refrigeración en el vano motor, o a la siempre llamativa ausencia de las salidas de escape.
¿Más cosas? Bueno, también son específicas unas curiosas llantas de aleación asimétricas, de 17 pulgadas (que esta unidad no equipa, por cierto). Además, aparecen los logos que identifican a esta versión, distintos detalles en color amarillo o la toma de carga en la parte trasera derecha del coche (que incluye conexiones de Tipo 2 y Tipo 3 CSS).
Además del diseño, lo que también sigue siendo puramente MINI es su tamaño. De hecho, se construye sobre la misma plataforma que cualquier otro MINI de tres puertas y se mantiene en los 3,85 metros de largo.
Eso sí, esta variante eléctrica tiene algunas particularidades, como una altura libre al suelo que crece en 18 milímetros, para 'proteger' a la batería (que se ubica bajo el piso del coche) y un peso que crece notablemente, unos 145 kilos, para anunciar una cifra en la báscula de 1.365 kilos.

De acuerdo, el exterior está bien resuelto. Pero... ¿qué pasa con el interior? Pues que es exactamente igual al de cualquier otro modelo de la gama. Eso sí, el MINI Cooper SE puede apuntarse el 'tanto' de haber estrenado una instrumentación digital de 5,5 pulgadas, que ya han incluido otros modelos de la gama.
Eso sí, tiene una particularidad importante, como es la de dividir la información esencial del coche en tres grandes bloques: a la izquierda, se aprecia un potenciómetro; en el centro, va el velocímetro; y a la derecha, se muestra el indicador de carga de la batería.

Antes de ponernos en marcha, hay que hacer un breve apunte sobre la habitabilidad. A fin de cuentas, el MINI Cooper SE de esta prueba no es un coche familiar, pero tampoco resulta menos aprovechable de lo habitual.
Antes te hablaba de que la batería iba repartida a lo largo del suelo del vehículo. Lo que no te comenté, es que se coloca en forma de T, por lo que el espacio disponible en el interior y la capacidad del maletero (211 litros) no se reducen frente a un MINI de tres puertas y motor de combustión.
Además, que vaya así colocada también ayuda a rebajar el centro de gravedad y a que el reparto de pesos del conjunto sea algo mejor, con un 59% en el eje delantero y un 41% en el trasero.


Pasando a la parte mecánica, el MINI Cooper SE opta por un único motor eléctrico, de ubicación delantera, que entrega 134 kW o 184 CV (muy cerca de los 192 CV del Cooper S). Así que parece que la potencia no es un problema, como tampoco lo es el par máximo, cifrado en 270 Nm y que se envía de manera meteórica a las 'sufridas' ruedas delanteras.
Más allá de su buen rendimiento, tanto de la ciudad como fuera de ella, durante la primera presentación del coche descubrimos que su peso es de unos 49 kilogramos y que su unidad de control, sumamente avanzada, es similar a la que emplea el BMW i3S (eso sí, adaptada a la arquitectura de tracción delantera).

Vale, ya sabemos cómo es el motor. Pero... ¿cómo es su batería? Pues se recurre a una unidad de iones de litio de 32,6 kWh, con 12 módulos de celdas y ocho pilas cada uno, para sumar un total de 96. ¿Y su capacidad? Pues asegura una autonomía de 234 kilómetros, acorde al ciclo de homologación WLTP (que en condiciones 'reales', siempre es algo inferior).
Según nos contaban los especialistas de la marca, durante nuestra primera toma de contacto, en el momento de su lanzamiento era totalmente nueva y ningún modelo del Grupo BMW la había utilizado antes.
Como curiosidad, diremos que cuenta con una centralita en cada módulo (más una de control global) y que es capaz de funcionar entre los -40 y los 55 ºC... aunque el rango óptimo está entre los 25 y los 40 ºC.

Dejando a un lado el área más técnica, desde un punto de vista más práctico, debemos decir que la batería tiene una garantía de ocho años o 160.000 kilómetros. Además, en caso de avería en alguno de los módulos, se puede sustituir de forma individual.
Otro aspecto importante son los tiempos de recarga. Según la marca, para obtener el 80% de la batería se necesitan 35 minutos en una toma rápida de 50 kW, dos horas y media en un wallbox de 11 kW, 3,2 horas si se recurre a un punto de 7,4 kW y unas doce horas, en una toma doméstica.
En líneas generales, en marcha, el MINI se muestra un poco más pesado que de costumbre, algo que por otra parte es lógico, teniendo en cuenta su mayor masa. Sin embargo, es difícil ponerle un solo 'pero' a su comportamiento, ya que sigue siendo un modelo ágil y divertido de conducir, con el plus añadido de la gran aceleración que asegura la mecánica eléctrica.
De hecho, le bastan apenas 7,3 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado, mientras que la velocidad máxima está limitada a 150 km/h, algo bastante habitual en los coches eléctricos. ¿Y el consumo? Pues durante nuestra prueba, nos hemos movido en el entorno de los 16,5-17 kWh/100 km (el dato homologado es de 15,5 kWh/100 km).
Dicho esto, las reacciones del modelo siguen siendo bastante directas, aunque todo parece un poco más suave que en un Cooper S (desde las suspensiones hasta la dirección). Desde luego, en este sentido, podríamos decir que resulta un poco más confortable, sobre todo en el ámbito urbano.
Antes de acabar, hay un aspecto importante con el que cerrar la prueba. El usuario tiene a su disposición cuatro modos de conducción, llamados Mid, Sport, Sport+ y Green, pero también dos programas para gestionar la regeneración del sistema eléctrico.
En el más fuerte de ambos, se ofrece una conducción de tipo 'one pedal', en la que basta levantar el pie del acelerador para que el coche comience a frenar. De hecho, como la deceleración llega a alcanzar los 0,19 G, es obligatorio que se enciendan las luces de freno.
Disponible en los acabados, S, M, L y XL (que se distinguen por el equipamiento disponible), el MINI Cooper SE 2021 tiene un precio oficial desde 33.950 euros, que en el caso de esta variante XL, ascienden hasta los 41.000 euros.
MINI Cooper SE XL