Sin duda, el Volkswagen Scirocco es uno de los modelos más reconocidos del fabricante alemán en nuestro mercado. Sin llegar al nivel del Golf, el coupé alemán consiguió conquistar el corazón de muchos jóvenes aficionados.

Pero hagamos un pequeño inciso, ya que nuestro modelo fotográfico nos desconcierta. En la matrícula se lee '77', lo que indica el año de matriculación, que además coincide con la primera actualización. Para ello, se plastificaron los paragolpes y se alargaron hasta los pasos de rueda, se agrandaron los intermitentes delanteros y se pintaron de negro el pilar B y las carcasas de los retrovisores.

Pero las atrevidas franjas embellecedoras y la abreviatura 'SL', propia de Mercedes-Benz, requieren otra puntualización. En 1980, poco antes de que apareciera la segunda generación del Scirocco, Volkswagen sacó su SL como modelo especial con un toque deportivo.

El volante al estilo GTI y los característicos asientos eran las principales señas de identidad. Sin embargo, el motor de 110 CV del Golf GTI no estaba disponible; el SL se conformaba con 85 CV bajo el capó.

Galería: Volkswagen Scirocco GL (1977)

Pero vayamos por partes. Ya en 1971, la dirección de Volkswagen decidió dotar al compacto, más tarde conocido como Golf, de un elegante coupé que lo acompañara. Ambos modelos fueron diseñados por Giorgetto Giugiaro, dando como resultado un diseño anguloso pero casi atemporal.

VW Scirocco SL (1980)
VW Scirocco SL (1980)
VW Scirocco SL (1980)

El Type 53, como se denominó internamente al Scirocco posteriormente, debutó en el salón de Ginebra, en marzo de 1974, y salió al mercado antes que el Golf I. Esto dio a la empresa la oportunidad de solucionar los problemas iniciales (que aún eran bastantes) y probar la respuesta del público.

Al fin y al cabo, el sucesor del Karmann-Ghia era completamente diferente a pesar del mismo lugar de producción: carrocería con líneas rectas, motor delante en lugar de detrás y refrigeración por agua en lugar de por aire.

Supuestamente, el nombre Scirocco estaba previsto para el Golf, y el Scirocco habría sido el Scirocco Coupé. Por cierto, Scirocco es el nombre de un viento cálido procedente del desierto, que sopla desde el Sáhara hacia el Mediterráneo. 

VW Scirocco SL (1980)
VW Scirocco SL (1980)

Y qué mejor forma de conocer un clásico, que sentarse al volante para conducirlo durante unos kilómetros. Lo primero que noto es que paso calor en el Scirocco sobre todo por el sol, que azota el coche sin aire acondicionado. Y golpea los asientos poco transpirables.

Su llamativa combinación de colores es casi lo más excitante del interior. El puesto de conducción no me plantea ningún problema; al fin y al cabo, no hay mucho que manejar. Tampoco hay dirección asistida.

Volkswagen Scirocco GL (1977)

Así que lo mejor es cerrar la ventanilla delantera triangular y ¡a la pista! El motor EA 827 de 1,6 litros produce un sonido típico. Con 10,8 segundos para alcanzar los 100 km/h, el Scirocco ni siquiera es lento; después de todo, sólo mide 3,88 metros y pesa apenas 800 kilogramos.

¿Y qué más? Buen manejo, gran visibilidad, pero con una transmisión con una palanca de cambios no demasiado precisa con sólo cuatro marchas. A más de 500.000 clientes no les importó durante los primeros seis años de vida del modelo original.

Volkswagen Scirocco GL (1977)

Después de tres generaciones (y una larga pausa entre la segunda y la tercera edición), el Scirocco dejó de fabricarse en 2017. En la actualidad, si quieres un pequeño Volkswagen deportivo, tienes que ir a por el Polo GTI. Pero si tuviéramos que formular un deseo al jefe de la marca, Schäfer, sería un ID. Scirocco con diseño retro, ¡por favor!