La presentación del Volkswagen ID.2all concept nos ha hecho pararnos a pensar en la estrategia de electrificación de Volkswagen. Más allá de que pudiera resultar algo precipitado, el salto de la marca alemana hacia la movilidad eléctrica supuso una rotura total con lo que estaba haciendo hasta ese momento.
Y como todo proceso disruptivo que se hace con cierta premura, tal vez, los primeros productos de la transformación hacia una gama de producto libre de emisiones no resultaron del todo 'redondos'.
Viniendo de coches de combustión reconvertidos a eléctricos (algo habitual entre los EV de primera generación), como los e-up! o e-Golf, la llegada del Volkswagen ID.3 supuso un importante 'shock'. Y no solo por el radical cambio de diseño en una marca tan conservadora como Volkswagen, sino también, por la presencia de algunos detalles mejorables, como las calidades de realización o la ausencia de ciertos mandos físicos 'esenciales' en el interior.
Tras él, llegó el ID.4 y, bajo mi punto de vista, los dos modelos más acertados de esta nueva familia eléctrica, como son el ID.5 y el ID. Buzz. Sin embargo, esta semana hemos conocido el nuevo ID.2all concept, un prototipo que adelanta el futuro ID.2. O lo que es lo mismo, un modelo que parece dar 'marcha atrás' en varias de las líneas que estaba siguiendo Volkswagen y que promete poder comprarse por un precio barato.
Volkswagen ID.2, el coche eléctrico de los 25.000 euros
En el buen sentido de la palabra, este nuevo ID.2, que se fabricará en España, por cierto, parece una 'recogida de cable' en toda regla por parte de la firma de Wolfsburgo. Porque en esencia, vuelve a la filosofía de lo que han ofrecido siempre los Polo y Golf.
Galería: Volkswagen ID. 2all concept
¿Primer acierto? Alejarse del formato SUV, ofrecer unas medidas 'lógicas' y reducir el peso. Porque si el objetivo primordial de un coche eléctrico es moverse por la ciudad y sus alrededores, ¿por qué crear un todocamino de dos toneladas?
De hecho, desarrollado sobre la nueva plataforma MEB Entry, el modelo de producción promete ser tan espacioso como un Golf actual, a pesar de que se quedará en unos 4,0 metros de longitud.
Y es que, a pesar de anunciar 4,05 metros de largo, 1,81 de ancho y 1,53 de alto, es su batalla de 2,6 metros la que le permitirá ofrecer las cotas interiores propias de un compacto. ¿Maletero? 490 litros de capacidad, que puede crecer hasta un máximo de 1.330 litros, con los respaldos de los asientos traseros abatidos. Recordemos que, un ID.3, se queda en los 385.
Otro punto clave del modelo es el diseño, más convencional y, tal vez, cercano a los gustos de los clientes clásicos de Volkswagen, aunque es cierto que pierde parte del enfoque vanguardista de los miembros actuales de la familia ID. De hecho, parece que el formato del ID. Life se ha abandonado... salvo que se recupere para un coche todavía de corte más urbano. Aunque de eso, hablaremos más tarde.
En cualquier caso, sus formas y líneas podrían ser las que hubiéramos imaginado para un futuro Volkswagen Golf de novena generación, a excepción de la zaga, ya que en ella introduce unos pilotos unidos por una franja luminosa (algo que nunca hemos visto en el compacto).

En el interior, continúan las buenas noticias, ya que además de transmitir una mayor sensación de calidad (al menos, en imagen), se solucionan algunos de los puntos más criticados del ID.3.
Por ejemplo, la pantalla de la instrumentación es mucho más grande y ofrece más información, al tiempo que aparecen mandos físicos para el volumen del sistema multimedia y un bloque independiente para la climatización (también con botones). Y sí, en el panel de la puerta delantera izquierda, ¡vuelve a haber mandos para los elevalunas traseros!

Más allá del precio de partida anunciado por debajo de los 25.000 euros, que habrá que ver si se convierte en realidad, otro punto a favor del modelo lo encontramos en el sistema de propulsión eléctrico, de motor y tracción en el eje delantero. Y no tanto por su buen rendimiento (226 CV y 7,0 segundos en el 0 a 100 km/h), sino por su alcance.
En ciclo WLTP, la autonomía homologada está en el entorno de los 450 km, pero si en condiciones 'reales' urbanas ofrece unos 380-400 km, ya será un gran dato. Además, se ofrece recarga rápida, permitiendo pasar del 10 al 80% de la batería en tan solo 20 minutos.
En fin, estamos deseando conocer en directo este nuevo ID.2 y, sobre todo, lo que vendrá después. Ya que, según parece, la ofensiva de Volkswagen entre los eléctricos pequeños continuará con un modelo aún más urbano, que debería tener un precio en el entorno de los 20.000 euros.