Allá por la primavera de 2012, cuando DS aún no había conseguido la 'independencia total' de Citroën, conocíamos las imágenes de este llamativo 'prototipo olvidado'. Un modelo que se dejó ver ante en el gran público en el salón de Pekín de aquel año, con el nombre de Citroën Numéro 9 Concept.

Desde luego, la intención era clara: imaginar el futuro tope de la gama de esta nueva línea de productos, de cierto aire Premium, llamados a ofrecer un mayor lujo a los conductores. Todo, en una temporada en la que la nueva familia de modelos exclusivos incluía a los Citroën DS3, DS4 y DS5.

Apenas ocho años después, las cosas han cambiado mucho. Es cierto, en aquel momento, los revitalizados modelos DS habían conseguido vender 200.000 unidades en apenas dos años de vida. Sin embargo, actualmente, DS está establecida como una sólida marca propia, con una fuerte presencia en Europa y China.

De hecho, ya existe un DS 7 CROSSBACK, cumpliendo la labor del necesario SUV de la marca, e incluso un modelo eléctrico, el DS 3 CROSSBACK E-TENSE, y un DS 9, como buque insignia de la marca. Ahora bien... ¿cómo era el Citroën Numéro 9 Concept?

En esencia, hablamos de un 'aparatoso' shooting brake, con ciertos rasgos que nos recuerdan al Citroën DS5 de la época, pero dotado de unas dimensiones mucho mayores: 4,93 metros de largo, 1,94 de ancho y apenas 1,27 de alto, combinadas con una batalla de 3,0 metros.

Estéticamente hablando, además de buscar rendir homenaje al Citroën DS 'Tiburón', el máximo referente clásico de la joven marca, también se trataba de analizar hasta qué punto resultaba atractivo el ejercicio de estilo, ante la inminente llegada de modelos DS al mercado chino, uno de sus actuales bastiones de ventas.

Para ello, no dudaba en recurrir a unas llantas de aleación de 21 pulgadas, faros con tecnología de tipo LED, un curioso techo acristalado, una parrilla delantera de efecto tridimensional...

Citroen Numero 9 concept (2012 )

Mecánicamente hablando, optaba por un sistema de propulsión híbrido enchufable, con una potencia máxima combinada de 295 CV y una autonomía libre de emisiones de 50 kilómetros.

Para ello, recurría a un propulsor turboalimentado de gasolina de la familia THP, con 1,6 litros y cuatro cilindros, que entregaba 225 CV de potencia y 275 Nm de par máximo. Trabajando sobre el eje trasero, encontrábamos una unidad eléctrica de 70 CV, que aseguraba un esquema de tracción total. Respecto al tiempo de recarga, en la época, se hablaba de unas tres horas y media.

Grandes datos para un modelo que también cumplía en términos de prestaciones, ya que alcanzaba los 244 km/h de velocidad máxima, aceleraba de 0 a 100 en 5,4 segundos y anunciaba un consumo medio oficial de 1,7 litros cada 100 kilómetros. Sin duda, un prototipo prometedor que ya forma parte de la historia de la marca.