Es habitual que hablemos recurrentemente de modelos camper, ya que están bastante de moda hoy en día, pero hace cinco décadas ya había fabricantes pensando precisamente en este mismo aspecto para sus modelos. Un buen ejemplo es el prototipo de las imágenes, el Toyota RV-2, presentado en el salón de Tokio de 1972.
Se trata de un estrambótico concept car que, a buen seguro, revolucionó la cita japonesa con sus formas y, sobre todo, por el propio concepto del modelo. El nombre, RV-2, hace referencia a 'Recreational Vehicle' o vehículo recreacional, que es como llaman los angloparlantes a las autocaravanas.
Este protototipo medía 4,73 metros de largo, 1,79 de ancho y 1,33 de alto, y gozaba de una batalla de 2,73 metros. Por tanto, era un coche grande (aunque por entonces pudiera resultar incluso pequeño), sobre todo en longitud, si bien sus formas recuerdan más a un modelo italiano de la época que a uno japonés.
Este concepto de vivienda móvil, que se presentó primero en Tokio y, después, se volvió a mostrar al año siguiente, en el salón del automóvil de Nueva York de 1973, permitía convertir el habitáculo trasero del coche en un dormitorio para cuatro ocupantes. Como una furgoneta camper, pero en formato turismo, de corte familiar.

Como su propio nombre indica, este RV-2 fue el segundo intento de Toyota de producir un modelo capaz de ofrecer la versatilidad y comodidad de un hogar sobre ruedas, para cuatro adultos. A diferencia del RV-1, que contaba con un remolque multifunción, tipo 'carro-tienda', esta segunda iteración prescindía de él y llevaba dichas soluciones al propio habitáculo del coche.
Por tanto, en este modelo, cuyo aspecto recuerda ligeramente a un Aston Martin Lagonda, dos adultos pueden acomodarse en los asientos delanteros, que se reclinan a modo de cama, y otros dos pueden hacer lo propio en las plazas traseras. El habitáculo, no obstante, no se ve muy moderno que digamos, al menos en la actualidad.

Lo más interesante del RV-2 es que la parte trasera del habitáculo se convertía en una espaciosa y acogedora caravana. En unos pocos minutos, los paneles y ventanillas laterales se abrían, de manera que el habitáculo trasero crecía en volumen y se podía desplegar una lona sobre la carrocería, como se aprecia en algunas de las imágenes y dibujos del modelo.
A nivel técnico tampoco había ninguna novedad importante, más allá de los refuerzos de carrocería y chasis que fueron necesarios para crear este RV-2 y del citado mecanismo para convertir la parte trasera en una especie de tienda de campaña. Además, los elementos del interior eran extraíbles, de manera que servían también como asientos o mesas, tipo picnic.



Para la fabricación del prototipo, Toyota utilizó componentes de sus modelos de serie, como el Crown o el Mark II. El motor, por ejemplo, era un seis cilindros en línea de gasolina, con 2,6 litros de cilindrada y una potencia bastante modesta, de 130 CV, que no obstante permitía al RV-2 alcanzar los 190 km/h, a pesar de que no debía ser precisamente un peso pluma.
Con este prototipo, Toyota sondeó el mercado de Estados Unidos, para comprobar si existía una demanda en este tipo de vehículo, al estilo camper, pero la falta de interés fue casi total y el curioso concept nunca llegó a producción, si bien antes de ello ganó algo de fama, ya que en agosto de 1973 posó para la revista Penthouse.