Después de conocerlo al dedillo, aunque solo fuera de forma estática, hace tres meses en Londres, teníamos muchas ganas de ponernos al volante del Ford Focus 2018. Algo lógico, ya que además de ser un modelo tecnológicamente avanzado, prometía un elevado dinamismo, siguiendo la acertada filosofía de la marca estadounidense con casi toda su gama, desde hace varios años. Como todo llega, por fin te podemos contar nuestra primera prueba del coche.
Antes de meternos en materia, déjame recordarte algunas de las múltiples cualidades de la cuarta generación del compacto. La primera es que se ha creado a partir de la nueva plataforma C2, con la que se han logrado unas mayores cotas interiores, principalmente en las plazas traseras, y, a su vez, un peso más contenido, cuya 'dieta' máxima alcanza los 88 kilos.

Ford Focus 2018, ¡vaya generalista!
Otros puntos destacables son la rigidez torsional del chasis, que se incrementa un 20%, y el completísimo listado de ayudas electrónicas a la conducción disponibles. Además de las habituales, se incluyen, opcionalmente, unos faros adaptativos con tecnología de tipo LED, que modifican el haz de luz en determinadas circunstancias, como por ejemplo antes de llegar a una rotonda, o en función del tipo de vía por el que se circula.
También con sobreprecio, se dispone de un asistente que interviene en la dirección asistida a la hora de realizar una maniobra de esquiva, con el fin de evitar un accidente por alcance. Leyendo esto, ¿quién podría decir que nos estamos refiriendo a un compacto generalista?
En fin, un compendio de argumentos muy destacado, que puedes conocer a fondo en el enlace que tienes a continuación y que convierten al Focus 2018 en el "mejor Ford jamás desarrollado", según la propia marca. Además, para compararlo con sus antecesores, en el segundo enlace tienes toda la historia del modelo.
Como también te comentamos en abril, la gama del Focus 2018 comprende dos carrocerías, la Berlina de cinco puertas, con un maletero de 375 litros, y la familiar Sportbreak, cuyo destacado volumen de carga asciende a 608 litros. Con la primera, hay seis acabados disponibles: Trend, Trend Edition, Trend+, ST-Line, Titanium y Vignale. Si se escoge el segundo formato, la gama comienza a partir del Trend Edition.
No me he olvidado del Active, de aspecto campero, que llegará a finales de año para ambos modelos. Junto con el lujoso Vignale, son las dos primicias en este área y sirven para incrementar el abanico de posibles clientes del coche.

Motores turboalimentados, entre 95 y 182 CV
En cuanto a la gama mecánica, ya te informamos de que el Ford Focus 2018 dispone de cuatro motores de gasolina y tres de ciclo diésel, todos turboalimentados. Los primeros, tricilíndricos e integrantes de la familia EcoBoost, se desglosan en un bloque de 1,0 litros, con 100 y 125 CV, y en otro de 1,5 litros, con 150 y 182 CV, similar al que emplea el Fiesta ST (con 200 CV, eso sí).
Por su parte, las mecánicas de gasóleo, denominadas EcoBlue, son un bloque de 1,5 litros de 95 y 120 CV, y un nuevo 2.0 de 150 CV. Todos los propulsores se asocian, de serie, a un cambio manual de seis velocidades, mientras que los EcoBoost de 125 y 150 CV, así como el EcoBlue de 120 CV, pueden vincularse, opcionalmente, a la nueva transmisión automática con convertidor de par, de ocho marchas.


Control dinámico de la conducción, de serie
El Ford Focus 2018 dispone, de serie en todos los acabados, de un control dinámico de la conducción, con los programas Eco, Normal y Deportivo.
Según el elegido, varían el tacto del acelerador y de la dirección, así como la gestión del cambio automático, el funcionamiento de los controles de tracción y de velocidad de crucero adaptativo con Stop & Go y, por último, la puesta a punto de la suspensión adaptativa Continuously Controlled Damping (CCD), opcional, con amortiguadores de dureza variable. Con este último componente, se añaden dos programas más a elegir: Confort y Eco-confort.
Un último aspecto a destacar, antes de hablar de sensaciones, es que el compacto estadounidense recurre a dos tipos de suspensión trasera. La de acceso está conformada por un eje torsional y se monta con las mecánicas 1.0 EcoBoost y 1.5 EcoBlue. La más avanzada, de tipo multibrazo, se incluye de serie en los Focus de, como mínimo, 150 CV.

Estable y muy agradable en curvas
En nuestra prueba dinámica hemos podido analizar los motores 1.5 EcoBlue de 120 CV y 1.0 EcoBoost de 125 CV. En ambos casos, la carrocería era la de cinco puertas; el acabado, Titanium; y la suspensión, la estándar, con eje torsional trasero.
Tras recorrer kilómetros de autovía, puertos ratoneros y secundarias con curvas rápidas, en general, el coche transmite muy gratas sensaciones y una notable sensación de seguridad.
Desde luego, nos esperábamos un coche virtuoso en el apartado dinámico y a fe que no decepciona. La dirección presenta un gran tacto y transmite de forma fidedigna el contacto de las ruedas con el asfalto. Junto a ella, la suspensión trabaja eficazmente para sujetar la carrocería, sin que se produzca una pérdida de confort al pasar por irregularidades u otros tipos de baches.



El Ford Focus 2018 merece los calificativos de ágil y estable. Reacciona con rapidez a las órdenes del conductor y sin movimientos aparatosos. Además, el tren delantero resulta bastante efectivo y no es perezoso, incluso al abordar curvas lentas.
Tampoco hay que olvidar que el coche goza de un aplomo perfecto a velocidades de crucero, lo que le convierte en un gran rodador. En este sentido, nos ha sorprendido lo bien aislado que está el habitáculo de los ruidos aerodinámicos y de rodadura.
El motor turbodiésel EcoBlue rinde acorde a la potencia declarada y, junto con el cambio automático, forman un binomio interesante. La transmisión, que incluye levas tras el volante, ofrece diferentes gestiones, en función del programa elegido. En el modo Sport, apura más la marcha engranada, para que el motor trabaje siempre a partir de regímenes intermedios.
Eso sí, el hecho de que disponga de ocho velocidades, implica más cambios de los que habitualmente hacemos con una caja manual. No obstante, es cuestión de acostumbrarse.
En cuanto a la mecánica EcoBoost, en comparación con la turbodiésel, hay que estar más pendiente de que gire por encima de las 2.000 vueltas, para obtener el empuje deseado. A cambio, en marcha, no se nota su arquitectura de tres cilindros, ya que no transmite ningún tipo de vibración parásita. Como gran aliado, el cambio manual de seis velocidades se maneja con precisión, algo siempre de agradecer en zonas lentas y puertos de montaña.
Cuando podamos probar el Ford Focus 2018 con más detenimiento, obtendremos más conclusiones. De momento, te recuerdo que el coche ya está a la venta: desde 19.575 euros, el cinco puertas, y a partir de 22.500 euros, el Sportbreak. A cambio, te llevarás un compacto sin fisuras, que responde a todo tipo de gustos y necesidades. Parece que viene de camino un superventas...
Ford Focus Berlina Titanium 1.5 EcoBlue 120 CV Aut.