Si pensamos en coches muy rápidos y de altas prestaciones, lo lógico para la mayoría es imaginar modelos equipados con motores de gasolina, de gran potencia y capaces de subir mucho de vueltas, pero lo cierto es que, a lo largo de los años, algunos fabricantes también han recurrido a motores de gasóleo para coches de alta gama.
Hoy queremos repasar algunos de los motores diésel más potentes e impresionantes de las últimas décadas, todos ellos utilizados en modelos de producción en serie. Auténticas bestias atiborradas de par motor, con potencias que no tienen nada que envidiar a bloques de gasolina y, en algunos casos, con un sonido incluso interesante.
En concreto hemos elegido las cinco motorizaciones más icónicas que se hayan montado nunca en coches de calle.
1. Mercedes 30 CDI
Puede que no sea el motor de ciclo diésel más potente de la lista, pero merece ser mencionado. Con el restyling de la segunda generación del Clase C, en el año 2004, Mercedes-Benz decidió lanzar en el mercado el primer y último AMG de la historia equipado con un motor diésel: el C30 CDI AMG.
Aquel modelo escondía un bloque de 3,0 litros y cinco cilindros, derivado del montado en el C 270 CDI, capaz de ofrecer una potencia de 231 CV a 3.800 rpm y un par motor máximo de 540 Nm entre 2.000 y 2.500 vueltas. Esta versión estuvo disponible en carrocerías berlina, familiar y coupé, aunque no tuvo demasiado éxito y finalmente fue descatalogada tres años después, en 2007.
2. BMW B57S

El bloque B57S de BMW, que dejó de producirse en septiembre de 2020, fue equipado en modelos como el X5, el X6 y el X7, en sus versiones M50d. Es conocido por ser el motor diésel de cuatro turbos de la casa bávara, derivado del N57S.
Con 3,0 litros y seis cilindros en línea, ofrecía una potencia máxima de 410 CV y un par motor de 800 Nm, de los cuales 450 Nm estaban ya disponibles desde apenas 1.000 rpm. Uno de los rasgos más peculiares de este motor es que solo tres turbos funcionaban de forma permanente, ya que uno de los dos compresores grandes solo se activaba al superar las 2.500 rpm.
3. Audi 6.0 V12 TDI quattro Tiptronic

En 2007, Audi lanzó el primer motor V12 diésel en un coche de producción: el SUV Audi SQ7. Era un 6,0 litros con un ángulo de 60 grados, capaz de ofrecer una potencia máxima de 500 CV y un exagerado par de 1.000 Nm, disponible a partir de 1.750 rpm. Se derivó del motor utilizado en los R8 TDI que dominaron las carreras de resistencia de aquellos años, incluyendo las 24 horas de Le Mans.
En el SQ7, el bloque V12 se combinaba con la tracción total quattro y con un cambio automático tiptronic de 6 velocidades, con convertidor de par. La segunda generación del Q7 prescindió de este bloque, aunque estrenó un 3.0 TDI V6 híbrido enchufable, con 374 CV y 700 Nm.
4. Volkswagen 5.0 V10 TDI DPF R50

No podía faltar en esta selección el motor de diez cilindros de Volkswagen. Hablamos de un 5,0 litros V10 equipado en el Volkswagen Touareg, entre 2008 y 2010, que llegó a alcanzar los 353 CV de potencia.
Por su parte, el par motor máximo ascendía a 860 Nm, aunque la segunda generación del SUV de la casa prescindió del V10, a favor de un algo más comedido 4,2 litros TDI V8, con 340 CV y 880 Nm.

5. Bentley 4.0 V8
El más reciente de todos los bloques de la lista es el motor 4,0 litros V8 turbodiésel del Bentley Bentayga, que gracias a dos turbos y a un compresor eléctrico, ofrecía 435 CV y 900 Nm. Esta versión del SUV de Crewe ya no se comercializa en Europa, desde hace unos años.