Diseño interesante
El Puma, considerado la versión todocamino de la séptima generación del utilitario Ford Fiesta, estrenó un diseño muy particular, con cierto aire musculoso y con una 'mirada' propia y unos pilotos también bastante curiosos. Se trata de un diseño en el que no sirven las medias tintas y, o te gusta, o bien no te hace demasiada gracia, pero en cualquier caso está teniendo éxito.
Esta unidad concreta, un Puma ST Line X y con el color de carrocería Azul Desert Island, incluye unas llantas de aleación de 19 pulgadas que son opcionales, disponibles a través del paquete ST Line Exterior, que también cuenta con un sutil spoiler de techo, por ejemplo.
Interior de calidad
En el habitáculo, el Ford Puma destaca por una buena calidad de materiales y acabados, lo que hace que el modelo sea todavía más atractivo. Hay algunos plásticos duros, pero también otros gomosos, de tacto agradable. En este caso, la tapicería combina tela y cuero sintético, con costuras en color rojo, y los asientos resultan bastante cómodos y sujetan bien el cuerpo.
Como es habitual en casi cualquier modelo de nueva generación, el Puma goza de un cuadro de instrumentos totalmente digital, que además es configurable y cuyo aspecto varía en función del modo de conducción que seleccionemos. Sobre el salpicadero encontramos una pantalla multimedia flotante de 8,0 pulgadas que incluye navegador.
Quizá sean las plazas traseras el punto flaco del modelo, ya que el espacio es justo en todas las cotas (espacio para piernas, cabeza...) y la plaza central es casi testimonial, más apta para un aprieto que para un uso habitual.
Con respecto a otras versiones del Puma, esta variante 1.0 EcoBoost automática de 125 CV, con cambio de doble embrague y siete velocidades, añade levas de cambio integradas en el volante y una palanca selectora específica.
Un SUV muy agradable de conducir
Probablemente lo que más sorprende del Ford Puma son sus buenas maneras, ya que es uno de los SUV más agradables de conducir. En este caso, los acabados ST Line tienen una puesta a punto algo más deportiva, algo que se agradece, y la suspensión es un poco más firme que la de un Fiesta equivalente.
En general, se trata de un coche muy gratificante en el plano dinámico, con un comportamiento que no dista apenas del de un turismo, a pesar de ser un coche un poco más alto de lo habitual. No es un coche especialmente ligero, pero tampoco pesado, con poco más de 1.300 kilogramos en vacío.
El cambio automático de doble embrague y siete marchas es quizá más suave que otros del mismo tipo, sobre todo a la hora de maniobrar o aparcar, ya que no muestra demasiadas brusquedades, pero tampoco es de los más rápidos y eficaces en conducción deportiva.
En lo que a consumo se refiere, este 1.0 EcoBoost automático de 125 CV homologa 6,1 litros cada 100 kilómetros, aunque durante nuestra prueba, combinando carreteras secundarias, vías rápidas y algo de ciudad, nos movimos en el entorno de los 7,0 litros cada 100 kilómetros.
Un maletero muy peculiar
Desde luego uno de los rasgos más distintivos del Ford Puma, al menos en lo que respecta al maletero, es el llamado MegaBox, un compartimento de plástico bajo el suelo que ofrece un espacio de carga adicional (80 litros) y que, además, es impermeable y cuenta con un sumidero con tapón, de manera que podemos meter bártulos mojados o limpiar el propio hueco de forma sencilla, con un manguerazo.
Esta versión EcoBoost sin hibridar ofrece un volumen de carga en el maletero de 456 litros, si bien las variantes microhíbridas ven reducida su capacidad de maletero a poco más de 400 litros.
Entre 120 y 200 CV
La gama del Ford Puma incluye tres versiones de gasolina, todas ellas basadas en bloques de tres cilindros (1.0 de 125 y 155 CV, y un 1.5 de 200 CV), y una única variante turbodiésel, de 1,5 litros, cuatro cilindros y 120 CV. En todos los casos, de serie la caja de cambios es manual de seis velocidades, aunque de forma opcional está disponible la citada transmisión de doble embrague y siete marchas.
Si bien al principio se ofrecían algunas versiones de gasolina sin electrificar, ahora mismo todos los Puma de gasolina gozan de un sistema microhíbrido de 48 V o MHEV, a excepción del Puma ST y del diésel, que no están hibridados.
Por su parte, el catálogo del Puma incorpora seis versiones diferentes, denominadas Titanium, Titanium X, ST Line, ST Line X, ST Line Vignale y ST. Como ya hemos comentado, la gama arranca en 19.475 euros, incluyendo los descuentos que ofrece la marca.