Alfa Romeo 16C Bimotore
Los aficionados recuerdan este coche por dos razones principales. La primera es obvia, y la segunda es que era una idea de Enzo Ferrari, nacida cuando 'Il Commendatore' no tenía todavía su compañía de fabricación de automóviles, sino un equipo que competía con Alfa Romeo.
Para enfrentarse de forma más pareja a los imbatibles Mercedes y Auto Union, este curioso automóvil recurrió a dos motores sobre un chasis P3, que eran bloques de ocho cilindros sobrealimentados por compresor, uno de los cuales iba montado detrás del habitáculo. La cilindrada total era de 6,4 litros y la potencia rondaba los 550 CV. Aunque había dos ejes de transmisión, el modelo (de propulsión) solo contaba con una caja de cambios.
¿El resultado? Un coche muy poderoso pero ingobernable, que metió en apuros incluso a pilotos tan experimentados como Tazio Nuvolari o Louis Chiron. Actualmente se puede ver una réplica de aquel coche en el Museo Alfa Romeo de Arese, en Italia, que cuenta con dos cubiertas transparentes para poder contemplar su rareza técnica.
Citroën 2CV Sahara
Muy ligero, simple, con una buena distancia libre al suelo y una ingeniosa suspensión, el Citroën 2CV nació con el objetivo concreto de poder hacer malabares en terrenos complicados y sin asfaltar, y en multitud de ocasiones se ha demostrado que no hace falta mucho más.
Sin embargo, en situaciones realmente extremas, hace falta un poco más de potencia, y quizá tracción a las cuatro ruedas. Esta idea la tuvo un cliente que, en los años 50, modificó su 2CV, instalando un motor 'gemelo' de 375 cm3 y 9 CV en la parte trasera del vehículo.
El fabricante galo adoptó esta idea, pensando en un vehículo para uso militar en el Norte de África, y creó una serie de prototipos, antes de que a finales de los años 60, el modelo llegara finalmente a producción. En este caso, los motores eran dos, de 425 cm3 y con 12 CV cada uno, y se podían utilizar de manera independiente, ya que cada uno contaba con su propia caja de cambios. Así pues, podía tener tracción en uno o dos ejes.
Entre los años 1961 y 1966, se fabricaron 700 unidades de este Citroën 2CV Sahara. Una cifra muy considerable, sobre todo, teniendo en cuenta que costaba el doble que un 2CV básico.
Lancia Trevi Bimotore
¿Cómo se convierte una elegante berlina en una "bestia con dos corazones"? En el caso del Lancia Trevi Bimotore, nacido alrededor de 1984, fue el primer intento de la empresa turinesa de realizar un vehículo de tracción a las cuatro ruedas. Una tecnología que la marca no tenía en sus modelos de producción, pero que se estaba imponiendo en las carreras y resultaba necesaria para el sustituto del Lancia 037.
Precisamente de esta necesidad nacieron modelos posteriores tan legendarios como el Lancia Delta S4 de Grupo B, pero en un principio el departamento de competición experimentó con soluciones alocadas, como la utilizada en un Trevi (evolución del Beta Trevi), que al motor sobrealimentado por compresor, se le añadió un segundo propulsor en la parte trasera, con su propia caja de cambios.
Cada uno de los dos motores era un 2.0 de cuatro cilindros, con 150 CV, que después pasaron a ofrecer 165 CV. El coche era reconocible de un vistazo por la presencia de llamativas tomas de aire en las puertas traseras y por el escape del motor delantero 'desviado', que salía por el lado izquierdo del coche.
MINI 'Twini'
Hace muchos años que asociamos la marca MINI al mundo de la competición y las carreras, y aunque este mismo año la marca se ha alzado con la victoria en el Rally Dakar 2020, con Carlos Sainz, los clásicos de la firma británica lograron muchos éxitos en competición también en el pasado, incluidos tres Rally de Montecarlo en los años 60, por ejemplo.
Con motivo de la Targa Florio de 1963, la marca intentó hacer más competitivo su pequeño modelo, y ya puedes imaginar cómo: añadiendo un segundo motor. Así pues, este coche utilizaba dos propulsores Cooper 1000 sincronizados.
Los pilotos Paul Frere y John Withmore descubrieron que el coche tenía muy poco desarrollo detrás y eran evidentes algunos problemas, como el funcionamiento poco sincronizado de los dos motores y la insuficiente refrigeración del propulsor trasero, a pesar de las grandes entradas de aire adicionales.
En aquella Targa Florio de 1963 el MINI 'Twini' acabó en el puesto 27, y como a partir del año siguiente el MINI Cooper S demostró que podía ganar incluso con un único motor, el proyecto de los dos motores no se continuó.
Volkswagen Golf Pikes Peak
Sin lugar a dudas, el ascenso a Pikes Peak es una de las subidas de montaña cronometradas más espectaculares y famosas del planeta, con un recorrido de unos 20 kilómetros, más de 150 curvas y una meta a 4.300 metros de altitud, en las montañas del estado de Colorado, en Estados Unidos. Lógicamente, un reto así requiere coches sobresalientes.
En el año 1987, Volkswagen quiso conquistar la mítica prueba y lo hizo con un prototipo de su exitoso compacto, el Golf de segunda generación, que recurrió a un segundo motor para aumentar su potencia y gozar de tracción total. Este curioso modelo combinaba dos bloques de 1,8 litros y 16 válvulas, como los del GTI, pero con compresor y modificados, capaces de ofrecer 320 CV cada uno. Además, aligerado, el coche apenas pesaba una tonelada.
La participación de este Golf en Pikes Peak parecía prometedora, pero el piloto Jochi Kleint tuvo que retirarse tras un fallo mecánico, justo antes de llegar a la ansiada meta. El coche, no obstante, no se destruyó, como era habitual muchas veces, sino que fue preservado y, recientemente, restaurado.