Motor monocilíndrico
Considerado el primer automóvil de la historia, el Benz Patent-Motorwagen fabricado por Carl Benz en 1885 recurría a un motor monocilíndrico (de un único cilindro), de cuatro tiempos y 994 cm3, montado justo debajo del asiento para los ocupantes. Casi una década después, en 1894, Benz había producido 25 unidades de su automóvil, con potencias de entre 1,5 y 3 CV. También hubo versiones de mayor cilindrada (Type II, Type III...).
A lo largo de los años se han utilizado motores de un único cilindro en coches pequeños y urbanos, pero no es un propulsor demasiado habitual, en cualquier caso. Es bastante más común en el mundo de las dos ruedas, ya que muchas motocicletas utilizan propulsores con este tipo de arquitectura.
Motor rotativo
El motor rotativo o Wankel, conocido sobre todo por sus aplicaciones por parte de la firma japonesa Mazda, lo inventó Felix Wankel a finales de los años 20. Lo utilizó NSU y algún otro fabricante, además de motocicletas de Norton o Suzuki, pero fue Mazda quien lo ofreció en muchos de sus modelos, incluidos deportivos como el Mazda RX-3, el RX-7 y el RX-8.
Además, con el Mazda 787B, el fabricante japonés logró la victoria en las 24 Horas de Le Mans de 1991, convirtiéndose en el primer coche con motor rotativo en conseguir tal hazaña (en aquel caso, un R26B de cuatro rotores), aunque también sería el único, ya que al año siguiente este tipo de propulsor fue prohibido en esa competición.
Motor V16
Desplazado por los motores V8 y V12, que con cilindradas equivalentes eran capaces de ofrecer cifras de potencia similares, el motor V16 no se ha utilizado demasiado en la automoción, pero sí han existido algunos ejemplos interesantes.
Empezando por Cadillac, que fue la primera marca en emplearlo, en los años 30 del siglo pasado, y pasando por el Cizeta V16T (el de la imagen) o el rarísimo BMW 767iL, que también contaba con un motor de dieciséis cilindros en V. En competición lo usaron firmas como Alfa Romeo (Tipo 316 y Tipo 162) o Auto Union, por ejemplo.
Motor V-Twin
Los amantes de las motocicletas conocerán muy bien el concepto de V-Twin, que es básicamente un motor V2, biclíndrico en V, y que se utiliza ampliamente en el mundo de las dos ruedas. Desde Harley-Davidson o Indian, hasta Suzuki, Honda, Aprilia, Kawasaki o Yamaha, han utilizado motores V2.
En automóviles se emplearon algunos bloques V2 en los años 20, y después Mazda recuperó esta configuración para su pequeño urbano R360, a principios de los años 60. Actualmente, solo hay un coche moderno que recurra a un propulsor V-Twin, y se trata del espectacular Morgan Threewheeler, que lo lleva montado en la parte delantera, a plena vista.
Turbina a reacción
Hasta ahora hemos hablado de motores de combustión convencionales, de pistón, pero también ha habido en la historia del automóvil algunas creaciones mucho más exóticas, como los coches alimentados por turbinas.
Quizá el más famoso sea el Chrysler Turbine, fabricado por Ghia entre 1963 y 1964, del que existieron 55 ejemplares (5 prototipos y 50 para clientes), con turbinas A-831, capaces de quemar todo tipo de combustibles, desde queroseno, gasolina o diésel, hasta perfume, aceite de cacahuete, de soja, o incluso tequila.
Ofrecía poco más de 130 CV de potencia, y la turbina giraba a un máximo de 60.000 rpm. No fue ningún éxito y, de hecho, años después, el fabricante dejó de investigar sobre turbinas.
Motor V5
En la industria del automóvil, muchos fabricantes, como Audi, Volvo, Mercedes-Benz o Fiat, han utilizado motores de cinco cilindros, aunque normalmente dispuestos en línea. El motor V5 es, por tanto, una rareza, y fue una propuesta de Volkswagen, que en 1997 presentó un bloque de cinco cilindros en V, con 2,3 litros de cilindrada y una potencia inicial de 150 CV (también hubo versiones de 170 CV, con cuatro válvulas por cilindro). Este bloque VR5 no tuvo demasiado éxito, pero si fue utilizado en modelos como el Volkswagen Golf, el Volkswagen Bora o incluso el SEAT Toledo.
Motor 8L
Los motores de ocho cilindros en línea no han sido precisamente poco habituales, ya que hubo muchos vehículos con bloques 8L a principios del siglo XX, pero hoy en día está en desuso, a favor de motores de ocho cilindros pero dispuestos en V, mucho más compactos.
El primero probablemente lo fabricó Daimler, aunque después los usaron marcas como Bugatti, Opel o Buick. En competición también los utilizaron firmas como Duesenberg o Alfa Romeo, y uno de los últimos modelos en equiparlo fue el Mercedes-Benz 300 SLR con el que Stirling Moss (en la imagen) conquistó la Mille Miglia de 1955.
Motor V4
Aunque el motor de cuatro cilindros en V es muy poco común en el mundo del automóvil, lo cierto es que son varios los fabricantes que lo han equipado en sus modelos. El primero fue Mors, para un coche de Gran Prix, y después fue la firma italiana Lancia, quien empezó a utilizarlo en el Lambda, y posteriormente en otros modelos, culminando en el Lancia Fulvia, que es uno de los últimos modelos de producción que han montado este motor. También lo utilizó Ford (en el Taunus y algunos modelos Saab) o AMC.
La marca que más recientemente lo ha utilizado es Porsche, quien recurrió a esta curiosa arquitectura para su último ganador de las 24 Horas de Le Mans, el Porsche 919 Hybrid, cuyo sistema híbrido estaba basado en un motor 2.0 V4 turbo, alimentado por gasolina.
Motor H16
Motores de dieciséis cilindros no los hemos visto solo en V y en W, sino también en H, aunque es algo que se ha utilizado poquísimo. De hecho, el motor H16 para automoción (alguno previo hubo en el mundo de la aviación) lo desarrolló British Racing Motors (BRM) y, a grandes rasgos, es la unión de dos bloques bóxer.
Fue utilizado en Fórmula 1 por el monoplaza BRM P83, pilotado por Graham Hill y Jackie Stewart, y también en el Lotus 43/1 (el de la fotografía, en este caso en el Goodwood Festival of Speed 2015), que Jim Clark llevó hasta la victoria en el Gran Premio de Estados Unidos de 1966.
Motor W8
El diseño de motores con cilindros en W también lo perfeccionó el Grupo Volkswagen, con el lanzamiento del motor 6.0 litros W12, que se instaló en modelos como el Volkswagen Phaeton, el Touareg, el Audi A8 o el Bentley Continental GT, entre otros.
No obstante, hubo un bloque en W mucho menos común, el W8, que en el año 2002 fue equipado en el Volkswagen Passat, como tope de gama del catálogo de esta berlina, y asociado a la tracción total 4Motion. Era un motor de 4,0 litros de cilindrada, con una potencia de 275 CV y un par de 370 Nm. En esencia, era fruto de unir dos bloques VR4, de cuatro cilindros, aunque no tuvo fama de ser demasiado fiable, debido a su complejidad.