Letras en lugar de números
La denominación Clio fue tomada de la antigua mitología griega. Era el nombre de la musa de la historia, hija de Zeus y de Mnemosina, diosa de la memoria. La idea original del modelo hay que agradecérsela al por entonces director de relaciones públicas de la planta de Renault en Normandía, Pierre Dosa.
Poca gente sabe que el Clio, además, supuso un cambio de rumbo en las nomenclaturas de los productos modernos de Renault. Al fin y al cabo, la compañía comenzó en los años noventa a dejar atrás las denominaciones numéricas (Renault 4, 5, 19, 21...), a favor de nombres como Twingo, Mégane, Safrane y Laguna, entre otros tantos.
Coche del Año en dos ocasiones
El Renault Clio es uno de los pocos automóviles que ha recibido el galardón al Coche del Año en Europa (ECOTY) en dos ocasiones. En 1991, el premio fue para la primera generación del utilitario, que en la final superó al Nissan Primera y al Opel Calibra, y ya en 2006, la tercera generación del Clio volvió a batir a la competencia, el Volkswagen Passat y el Alfa Romeo 159. Otro doble ganador de este premio es el exitoso Volkswagen Golf, por ejemplo.
Con nombre de asentamiento romano
El Clio llegó al mercado japonés a principios de la década de los noventa, pero no se podía comercializar bajo su nombre original, ya que al parecer la denominación estaba registrada por Honda. Así pues, el utilitario se denominó Renault Lutecia, en honor a la ciudad de Lutecia, fundada por los celtas y conquistada por los romanos, ubicada en el lugar que hoy ocupa París (Francia).
El Clio eléctrico
Renault comenzó a producir coches eléctricos 20 años antes de la llegada del ZOE. El modelo se llamaba Elektro-Clio y debutó en el salón de Frankfurt de 1991. Este utilitario silencioso, desarrollado junto a Siemens, no impresionó demasiado al público. Por tanto, solo se produjo en una tirada muy reducida, a partir de 1995, para agencias y servicios gubernamentales. En total, se fabricaron alrededor de 250 unidades de este eléctrico, capaz de alcanzar 95 km/h y cuya autonomía rondaba los 64 kilometros.
Especialmente interesante fueron los 50 Elektro-Clio que participaron en un experimento en 1998, en el que la batería de níquel-cadmio (de 300 kilogramos) se recargaba por inducción, sin necesidad de cables.
Aletas de plástico
La segunda generación del Clio, lanzada en 1998, creció en tamaño y cambió la forma general de su carrocería, pero además fue notoria por la utilización de materiales poco convencionales. Uno de ellos era el plástico, usado en las aletas delanteras, para evitar la corrosión (que afectaba al modelo previo). El uso de este material redujo el peso del conjunto y también facilitó el proceso de reparación, en caso de accidente. Además, algunas versiones también tuvieron capó de aluminio.
Con motor V6 central
En el año 2000, apareció el que probablemente sea el Clio más salvaje, el Clio V6. Un modelo de segunda generación, totalmente modificado, que fue un homenaje al Renault 5 Turbo. Equipaba un motor de gasolina 3.0 V6, atmosférico, heredado del Renault Laguna, que además estaba colocado en posición central, tras los asientos delanteros. Era un coche de propulsión trasera, con el propulsor asociado a una caja de cambios manual, de seis relaciones.
Hasta la actualización del modelo (el llamado Fase 2), en 2003, el Clio V6 ofrecía una potencia de 230 CV y un par motor máximo de 306 Nm. Datos suficientes como para acelerar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos. Después, el V6 pasó a ofrecer 255 CV, 300 Nm y una aceleración hasta 100 km/h en apenas 5,8 segundos.
El modelo original fue desvelado en el salón de París de 1998, en principio solo como un homenaje al centenario de la compañía, pero la positiva recepción del público y el enorme interés generado, hicieron que el prototipo se convirtiera finalmente en un modelo de producción, del que se fabricaron algo menos de 3.000 ejemplares, en total.
Un modelo longevo
La segunda generación del modelo tuvo tanta demanda que, tras el lanzamiento de la tercera generación, en 2005, su predecesor siguió en producción, aunque para evitar confusión, se le añadió el apellido Campus al nombre. Como resultado, el Clio II estuvo en la línea de producción durante 14 años.
A lo largo de todo este tiempo, el Renault Clio II vendió nada menos que 5.631.000 unidades, una cifra superior a la del Clio I, con 4.016.013, y también a la del Clio IV, con alrededor de 4,0 millones.
Récords en Nürburgring
Las versiones deportivas del Renault Clio, demostraron a lo largo de los años su excelencia frente a los competidores. Por ejemplo, el radical Clio RS 220 Trophy, de 220 CV, logró un tiempo en el famoso Nürburgring Nordschleife de 8 minutos y 23 segundos, a una velocidad media de 147 km/h. El más rápido del segmento B, y 3 segundos más veloz que el Ford Focus RS, por ejemplo. El récord anterior perteneció al Clio RS, con un tiempo de 8 minutos y 59 segundos.
Plusmarcas de Top Gear
En la famosa pista de pruebas del programa de televisión británico Top Gear, los Clio más deportivos marcaron un total de cuatro tiempos de vuelta.
El primero, en 2003, fue el más potente de todos, el Renault Clio V6 de 255 CV y 1.419 kilos, que rodó sobre mojado en 1'36"20, dejando atrás al Honda Civic Type R (200 CV y 1.246 kilos), al Porsche Boxster 986 (228 CV y 1.275 kilos) y al Alfa Romeo 8C Competizione (450 CV y 1.400 kilos).
Ya en 2004, el Renault Clio Sport (182 CV y 1.090 kilos) logró un tiempo de 1'33"8, y unos años después, en 2011, Stig marcó con el Renault Clio RS III Cup (200 CV y 1.240 kilos) una vuelta de 1'34"0, a la altura de un Abarth 500 EsseEsse (160 CV y 1.117 kilos), un Mercedes-Benz E 55 AMG (476 CV y 1.953 kilos) o un Lotus Elise S2 (136 CV y 877 kilos).
No obstante, el Clio más rápido en el programa de televisión de Clarkson, Hammond y May, fue el R.S. 200 EDC (200 CV y 1.204 kilos), que rodó en 1'32"0.
Versión lujosa
Desde su llegada al mercado, el Clio se posicionó como un utilitario generalista, sin atisbos de modelo Premium. No obstante, en 1991, el coche recibió una edición especial 'Baccara', más lujosa y equipada con un motor de gasolina más potente (un 1,7 litros, que pasó a ser un 1,8 litros tras el restyling). De hecho, por entonces fue considerado el utilitario más lujoso del mercado.
No hay más que echar un vistazo al interior: los asientos, el volante y los paneles de las puertas tapizados en cuero de color gris, o molduras decorativas de madera de nogal auténtica en el salpicadero. Tampoco faltaban llantas de aleación de 14 pulgadas, o una paleta de colores de carrocería con cinco opciones metalizadas.