El segmento de las berlinas Premium ha sido un coto vedado para los fabricantes occidentales, principalmente los alemanes, durante décadas. Sin embargo, otras marcas generalistas no cejan en su empeño por comercializar productos de gran calidad, a la altura de los mejores. Ese es el caso de KIA Stinger 2020, una berlina Premium poco convencional.
Con un aspecto muy llamativo, fundamentado en su carrocería con rasgos de coupé, similar a la del Audi A5 Sportback o el BMW Serie 4 Gran Coupé, el vehículo coreano esboza una silueta sumamente atractiva. Así, luce un frontal con la parrilla partida, los grupos ópticos perfilados o los pilotos unidos entre sí, además de las cuatro colas de escape que presiden la zaga. En la vista lateral, destacan las líneas fluidas de la carrocería, así como las impresionantes llantas de 19 pulgadas, de diseño deportivo.
En cuanto a las dimensiones, el KIA Stinger anuncia una longitud de 4,83 metros, por 1,87 metros de anchura y 1,40 de altura. Unos valores que lo sitúan en una posición intermedia respecto a otros rivales: el Audi A5 Sportback mide 4,75 metros de largo, mientras que un Volkswagen Arteon llega a los 4,86 metros, por poner dos simples ejemplos.
Respecto a la habitabilidad, el Stinger no destaca positivamente. Si bien es cierto que puede transportar a cinco ocupantes en su interior, no lo es menos que, en las plazas traseras, los pasajeros de mayor altura notarán la acusada caída del techo.
Asimismo, el acceso a los asientos posteriores no ofrece las máximas comodidades, debido a que las puertas no son muy grandes. Otro aspecto a mejorar es la capacidad del maletero que, con 406 litros, no es de los mejores de la categoría, aunque cumple su función ofreciendo un espacio proporcionado o funcionalidades como la apertura eléctrica del portón, incluida de serie.
Pasamos al capítulo mecánico y nos encontramos con un motor turboalimentado de gasolina T-GDI, con 2,0 litros de cilindrada y arquitectura tetracilíndrica. Desarrolla una potencia máxima de 245 CV a 6.200 rpm y 353 Nm de par motor, entre 1.400 y 4.000 vueltas. La caja de cambios que acompaña a este propulsor es automática con convertidor de par y ocho velocidades.
Su funcionamiento no es tan rápido como una de doble embrague, es cierto, pero en líneas generales ofrece mucha suavidad de manejo y permite exprimir todo el potencial del motor, cuando decidimos explorar los límites de esta mecánica. El sistema de propulsión trasera completa el conjunto.

Respecto a las prestaciones del modelo coreano, debes saber que están a la altura de lo esperado, con una velocidad máxima de 233 km/h y una aceleración, de 0 a 100, en solo 6,3 segundos.
Lógicamente, un motor de gasolina turboalimentado con esta potencia no es el más indicado para recorrer grandes distancias a cambio de una cantidad reducida de combustible. Algo que refrendan los 9,3 litros cada 100 kilómetros que homologa, oficialmente, como consumo medio según el ciclo WLTP.

Durante nuestros días de pruebas, tenemos que decirte que, siendo muy delicados con el pedal del acelerador, conseguimos reproducir la cifra oficial anunciada por el fabricante, aunque también es verdad que, en condiciones normales de uso, lo habitual será rondar la barrera de los 10,0 litros cada 100 kilómetros.

Hablamos del motor menos potente de la gama de gasolina del Stinger, pero eso no es un problema en absoluto. Se trata de una mecánica plena de fuerza a bajo y medio régimen, que solo echa en falta un 'pelín' de mordiente cuando giramos cerca del máximo de revoluciones.
Además, en cada uno de los cinco modos del control dinámico de la conducción Drive Mode, el propulsor es capaz de adaptarse, de forma camaleónica, a los requerimientos del conductor.


En los programas Smart y Eco se consiguen las cifras de consumo medio más austeras, mientras que con los modos Sport y Sport+, podemos dar rienda suelta a esos 245 CV... siempre teniendo en cuenta que llevamos un vehículo que se aproxima a los 5,0 metros de longitud, con 1.655 kilos de peso.

No obstante, no pretendo confundirte. El KIA Stinger es un vehículo ágil, que se mueve con igual soltura en el tráfico urbano, que perdido por carreteras de montaña. Es verdad que el sonido del motor no enamora tanto como la versión superior, con un propulsor 3.3 V6 de 366 CV, pero tampoco lo pretende.
Es la variante de acceso a la gama de gasolina y este motor cumple, de sobra, con lo que cualquier conductor podría exigir. Además, la precisión del tren delantero, la buena puesta a punto de la suspensión, que mitiga ejemplarmente los balanceos de la carrocería, así como el excelente tacto de los frenos, aseguran muchas horas de diversión al volante del Stinger.

Respecto al interior, debemos afirmar que el diseño del salpicadero o la elección de los materiales no son tan vanguardistas como en algunos de sus rivales alemanes. El cuadro de instrumentos luce una configuración clásica, compuesta por relojes analógicos, mientras que la pantalla flotante del sistema de infoentretenimiento, de 8,0 pulgadas, tiene una calidad percibida inferior a la esperada.
En este sentido, los mandos del sistema de climatización son los mismos que nos encontramos en otros modelos de la gama del fabricante coreano y eso le resta algo de exclusividad. Salvo por ese detalles, el puesto de conducción es muy cómodo y ergonómico, mientras que los asientos, a pesar de su diseño deportivo, recogen el cuerpo a la perfección y lo miman ante los trayectos de largo recorrido.

Si pasamos a la dotación incluida de serie junto al acabado GT-Line, el más completo disponible para este motor, podrás suponer que es amplio y muy variado. Es verdad que la berlina coreana no dispone de las últimas ayudas electrónicas a la conducción, de las que pueden presumir sus rivales alemanes, fundamentalmente. Pero eso no impide que el Stinger alcance una magnífica valoración.

Por los 48.750 euros que cuesta el KIA Stinger 2.0 T-GDI 245 CV GT-Line, sin aplicarle ningún descuento oficial, disfrutarás de elementos de confort tales como el sistema de proyección de información Head-up Display, el climatizador automático bizona, la cámara de visión periférica 360º, los asientos delanteros con ajuste eléctrico, ventilados y calefactados, el sistema de acceso y arranque sin llave o la tapicería de piel, por citar algunos de los más destacados.

Además, en materia de seguridad, también dispondrás de faros de LED, sistemas de alerta por cambio involuntario de carril y de control del ángulo muerto o el control de velocidad de crucero adaptativo, entre otros. Por resumirlo rápidamente, solo podrás añadir la pintura metalizada (468 euros), a esta berlina Premium que huye de los convencionalismos.
KIA Stinger 2.0 T-GDI 245 CV GT-Line 2020