Hace unas semanas, asistíamos a la presentación de la octava generación del compacto alemán más famoso del mundo, el Volkswagen Golf 2020. Sin embargo, el modelo precedente, también conocido como Golf 7, aún está disponible, en algunas versiones.
A modo de despedida, hemos preparado una prueba muy especial, con el Volkswagen Golf GTD como protagonista. Un modelo siempre a la sombra del hiperfamoso y mediático GTI, pero no por ello menos interesante.
Otro aspecto interesante de este modelo, es que nos permite echar la vista unos años atrás, hasta 2013, y descubrir el cambio tan brusco que ha experimentado el mundo del motor. Por aquel entonces, antes del estallido del 'Dieselgate' en 2015, eran muchos los que aplaudían al nuevo motor 2.0 TDI, que estrenaba un sistema de distribución variable, ganaba 14 CV de potencia y declaraba un consumo de 4,2 litros cada 100 kilómetros.
Ahora, con los motores de gasóleo en tela de juicio, serán muchos los que lo miren con otros ojos. Pero para sus partidarios, tenemos una buena noticia: cuando quede completa, la gama del Golf 8 seguirá contemplando la variante GTD, que llegará dentro de unos meses.
Desde el punto de vista del diseño, el GTD reproduce los códigos estéticos del GTI, aunque con su propia naturaleza: la franja roja de la parrilla se convierte en plateada, las dos salidas de escape en los extremos del difusor se convierten en una salida doble, la clásica tapicería de tela Clark opta por un esquema de color específico... Todo, envuelto en una práctica carrocería de cinco puertas.
Por dentro, todo se mantiene acorde a las novedades introducidas por el restyling que comenzó a venderse a principios de 2017: cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas, pantalla de 9,2 pulgadas para el equipo multimedia...
Otro aspecto positivo es que se trata de un coche razonablemente espacioso en todas sus plazas, por lo que no hay ningún impedimento para utilizarlo como coche de diario. Aspecto que queda reforzado con un maletero que declara 380 litros de capacidad.

Volkswagen Golf GTD: con 184 CV de potencia
El encargado de mover esta variante es el propulsor 2.0 TDI, en su variante de 184 CV de potencia, que entrega 380 Nm de par máximo y homologa un consumo medio de 4,3 litros cada 100 kilómetros (en ciclo NEDC).
Es cierto, su melodía no es tan armoniosa como la que emite el 2.0 TSI de gasolina (aunque el sonido que llega a través de los altavoces trata de agradar), pero su rendimiento es bastante buenos, sobre todo, en lo que a la respuesta a bajo y medio régimen se refiere.
Además, una ventaja clara de esta variante de gasóleo es que las visitas a las estaciones de servicio, cuando se viaja por autovía, son bastante menos frecuentes. Todo, acompañado por unas prestaciones que no desentonan: alcanza los 230 km/h y acelera de 0 a 100 en 7,4 segundos.

Dicho esto, desde el punto de vista dinámico, el GTD es una opción plenamente satisfactoria: en vías rápidas, permite viajar con total confort, a cruceros elevados; en ciudad, es un coche que no tiene problemas para satisfacer a conductor y acompañantes en los trayectos diarios; y en tramos de curvas, presume de unas buenas cualidades dinámicas, gracias a una dirección bastante precisa y a una acertada puesta a punto del chasis. En este sentido, el conjunto mejora, todavía más, si se opta por la suspensión adaptativa DDC.
También nos ha gustado el funcionamiento de la transmisión automática de doble embrague DSG, con siete relaciones, que cumple con solvencia y obedece con precisión las órdenes del conductor, cuando se lleva a cabo un manejo manual-secuencial.
Llegados a este punto, solo nos queda indicar que el precio a pagar por este modelo, sin contar opciones, es de 37.280 euros. Aunque es cierto que, con el cambio de año, ya no se puede configurar en la web de la marca. Así que, si estás interesado en él, lo mejor que puedes hacer es pasarte por un concesionario.