Actualmente, el Mercedes-Benz Clase G es conocido por ser uno de los todoterrenos puros más ostentosos y exclusivos del mercado, cuya versión firmada por Mercedes-AMG, el famoso G 63, alcanza los 585 CV de potencia, aunque cabe recordar que, hasta hace bien poco, también hubo un G 65 con motor V12 y hasta 630 CV.

En el pasado, no obstante, igualmente hubo una época en la que el Clase G no era un objeto de deseo sino un vehículo enfocado a su uso todoterreno original, aunque siempre con un aire lujoso. Tuvieron que pasar 14 años desde el lanzamiento del modelo para que la marca lanzara una variante tope de gama.

Galería: Mercedes-Benz 500 GE V8 (1993)

Fue en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1993 cuando los de Stuttgart se lanzaron a la conquista de los clientes más pudientes, con una nueva versión tope de gama para el G. Así nació el Mercedes-Benz 500 GE V8, una variante con motor de ocho cilindros que cumple ahora 30 años.

Versión V8

La iniciativa de fabricar el 500 GE V8 partió de la división de vehículos todoterreno de Mercedes-Benz. Los primeros automóviles de prueba se construyeron en AMG, en Affalterbach, y el modelo equipaba el probado motor 5,0 litros V8 de los turismos de la marca, el M117 de 240 CV de potencia y 375 Nm de par motor máximo.

Mercedes-Benz 500 GE V8 (1993)

Gracias al V8 y a la tracción total, el todoterreno lograba acelerar de 0 a 100 km/h en 11,4 segundos y podía alcanzar una velocidad de 180 km/h, cifras para nada sorprendentes hoy en día, pero bastante mejores que las que declaraba el Clase G convencional de la época.

Además del nuevo motor y la mayor potencia, el 500 GE V8 también recibió un equipo de frenos con discos delanteros ventilados y ABS, o llantas de aluminio con nuevos neumáticos Bridgestone en medida 265/70 R16, que eran las únicas gomas todoterreno homologadas para altas velocidades, de hasta 210 km/h en este caso.

Mercedes-Benz 500 GE V8 (1993)

Si bien se mantuvo la tracción permanente a las cuatro ruedas, se eliminó el bloqueo del diferencial delantero y se redujo ligeramente la capacidad de vadeo del coche, con lo que mermaron un poco sus capacidades todoterreno. El modelo, además, se ofreció sólo en versión de batalla larga, de 2,85 metros.

De serie, además de un interior rediseñado para la ocasión, el 500 GE V8 de Mercedes-Benz contaba con una tapicería de cuero negro con elementos en contraste, ya que tanto los acolchados de los asientos como los paneles de las puertas lucían un color gris.

Mercedes-Benz 500 GE V8 (1993)
Mercedes-Benz 500 GE V8 (1993)
Mercedes-Benz 500 GE V8 (1993)

Tampoco faltaban molduras decorativas de madera de nogal, presentes en el salpicadero, la palanca del freno de mano o el pomo del cambio, por ejemplo. Entre el equipamiento destacaban el aire acondicionado, el cambio automático, el control de crucero, el techo solar eléctrico, el volante forrado en cuero o los asientos calefactados.

Ahora bien, la exclusividad del modelo tenía su precio, ya que en Alemania costaba 178.250 marcos de la época, frente a los 88.500 marcos que valía un G 320 con motor de seis cilindros y muy por encima incluso de los 129.030 que había que abonar por un Clase S 500 SE (W140).

Mercedes-Benz 500 GE V8 (1993)

Una de las razones para limitar la producción del 500 GE V8 a 446 vehículos era el número de motores M117 disponibles, ya que en otros modelos de la gama, como el 500 E, este bloque ya había sido sustituido por el M119 de cuatro válvulas por cilindro, si bien el nuevo motor no cabía en el vano motor del Clase G.

Aquel mismo año de 1993, Mercedes-AMG lanzó el AMG 500 GE 6.0, aumentando la cilindrada del M117 de 5,0 a 6,0 litros y logrando una potencia de 300 CV. A partir de 1998, además, el G 500 con motor V8 (M113 de 296 CV) entró a formar parte del catálogo convencional del Clase G, disponible para las versiones corta, larga e incluso la descapotable. Un año después, AMG presentó el G 55 AMG para celebrar el 20 aniversario del modelo, con un motor 5,5 litros V8 que ofrecía 354 CV y alcanzaba 210 km/h.