Aunque la movilidad eléctrica se ha disparado en los últimos años, y sigue en progresión, muchos fabricantes ya habían considerado la viabilidad de desarrollar modelos de cero emisiones desde el siglo pasado.
Entre ellos, estaba la propia Mercedes-Benz, que construyó un prototipo alimentado únicamente por baterías en un coche que ya era revolucionario en sus versiones de producción, alimentadas por motores térmicos.
Galería: Mercedes-Benz 190e Electro
Hablamos del Mercedes-Benz 190, el coche con el que la firma de la estrella debutó en 1982 en el inexplorado segmento de las berlinas de tamaño medio. Este vehículo, con unas dimensiones más compactas que el resto de la gama en la época y un precio más bajo, abrió la marca al gran público tras algunas reticencias iniciales.
El 190, un modelo revolucionario, era una especie de laboratorio sobre ruedas para Mercedes-Benz. Ofrecía soluciones técnicas como la suspensión trasera multibrazo, por ejemplo, y contaba con un diseño del italiano Bruno Sacco, que daría forma a la apariencia de muchos modelos de la casa alemana a partir de entonces, dando lugar a un nuevo lenguaje estilístico.

El Mercedes-Benz 190 ha pasado a la historia por muchos motivos (por no hablar de las versiones de alto rendimiento y los éxitos deportivos), pero si quieres una razón más, quizá algo menos conocida, fue que sobre un 190, los ingenieros de Stuttgart crearon un coche totalmente eléctrico.
Era el 190e Elektro que estás viendo en las imágenes y que nuestros colegas italianos de InsideEVs Italia han podido contemplar en el salón de coches clásicos de Padua. La unidad estaba expuesta y ellos pudieron verla y tocarla con detenimiento.

El coche, que ahora pertenece al museo de Mercedes-Benz, fue presentado en 1990 y, aunque su aspecto es casi idéntico al del 190 'normal', esconde una mecánica muy diferente bajo su capó.
El coche alberga una moderna batería de cloruro de sodio y níquel en el interior del capó delantero (el plomo era la norma en aquella época), que alimenta dos motores eléctricos, ambos situados en la parte trasera y que accionan cada uno una rueda trasera. Cada uno desarrolla 22 CV, con lo que la potencia total del sistema es de 44 CV.

El Mercedes-Benz 190e Elektro tiene una autonomía de 250 kilómetros y declara una velocidad máxima de 130 km/h. El coche está incluso equipado con un eficiente sistema de recuperación de energía. Utilizado en una serie de pruebas de resistencia, demostró ser extremadamente fiable.
El prototipo permaneció en servicio durante más de cinco años, lo que permitió a los ingenieros de la empresa acumular una gran cantidad de información y conocimientos sobre las cadenas cinemáticas y las baterías eléctricas.

Lógicamente, toda esa información y la experiencia acumulada ha resultado útil unos veinte años después, ya que algunos de los técnicos que siguieron la creación de este prototipo continúan en la empresa y han participado en el programa EQ, del que han surgido los modernos sistemas eléctricos de la marca.
Si te sientes cómodo escuchando hablar en italiano, aquí tenéis el vídeo del 190e Elektro realizado por nuestros compañeros de InsideEVs Italia: