Muchas veces nos preguntamos, tras el lanzamiento de un nuevo modelo, si el mercado realmente lo necesitaba. A principios de los años 2000, esta pregunta fue muy frecuente, ya que hablamos de un periodo en el que las gamas crecieron y se diversificaron más que en ningún otro momento de la historia, copando segmentos y categorías, y creando otros antes inexistentes.

En el año 2002, aprovechando el salón de Detroit, Mercedes-Benz presentó un prototipo denominado Vision GST (Grand Sport Tourer), cuya intención era precisamente esa: inventar un nuevo tipo de coche que aún no existía.

Galería: Mercedes-Benz Vision GST (2002)

Como saben los más conocedores del fabricante alemán, cuando un prototipo lleva el prefijo Vision en su nombre no es un ejercicio de diseño cualquiera, sino un adelanto de algo que está por llegar a su gama de vehículos en los próximos años. Así ocurrió con el SLR McLaren, con el CLS o con el GLK, y también con el coche que hoy nos ocupa.

Tras su curioso aspecto, con llamativas puertas de apertura tipo armario (traseras suicidas), el Vision GST escondía un proyecto que la marca ya tenía muy bien definido. Básicamente, era una alternativa para clientes que querían utilizar el coche para un uso familiar, con más de cinco plazas, pero que no querían un monovolumen al uso ni una furgoneta con tres filas de asientos.

Mercedes-Benz Vision GST (2002)
Mercedes-Benz Vision GST (2002)
Mercedes-Benz Vision GST (2002)

Este Grand Sport Tourer, a medio camino entre un turismo convencional y un SUV, cubría dicha necesidad gracias a un versátil y espacioso habitáculo de 6 plazas, repartidas en 3 filas, o un espacioso maletero en caso de no necesitar los dos últimos asientos.

Antes de que el modelo de producción llegara al mercado, Mercedes-Benz presentó en el mismo salón de Detroit, pero de 2004, una segunda interpretación del Vision GST, que estrenó una renovada carrocería, ya muy cerca a la definitiva, esta vez con puertas convencionales, un interior menos futurista, pilotos horizontales o un pilar trasero menos atrevido.

Mercedes-Benz Vision GST (2002)
Mercedes-Benz Vision GST de 2004

Además, esta segunda versión del GST incorporaba un sistema de propulsión híbrido, compuesto por el bloque V8 turbodiésel 400 CDI de 250 CV, junto a un módulo eléctrico de 50 kW u 68 CV, con baterías detrás de la tercera fila de asientos. Este sistema nunca llegó a producción, al igual que el del GST original, que montaba un 5,5 litros V8 de 360 CV.

El último prototipo, presentado en el salón de París de aquel año 2004 y bautizado como Vision R, fue ya el definitivo, anticipando el nombre del modelo de producción, que llegó alrededor de un año después como Mercedes-Benz Clase R, con unos faros y un interior muy similares a los del ML de la época, con el que compartía plataforma y mecánicas.

Mercedes-Benz Vision GST (2002)
Mercedes-Benz Vision GST de 2004

El Clase R se ofreció en dos versiones diferentes: una de 4,92 metros de largo, con 2,95 metros de batalla, y otra más larga, de 5,17 metros, con motores de seis (gasolina y diésel) y ocho cilindros (gasolina), incluido el 6,2 litros atmosférico de AMG, con 475 CV.

Según la versión, contaba con propulsión trasera o total, y se podía pedir con cinco, seis o siete plazas (con una segunda fila más tradicional, de tres asientos). El modelo estuvo disponible durante una única generación, hasta el año 2013, y no tuvo sucesor, aunque posteriormente la familia creció con un sinfín de SUV.