El Skoda Octavia RS no es el coche más emocionante para llevarlo al límite en un circuito, pero atrae a compradores que buscan una mayor versatilidad que la ofrecida, por ejemplo, por el Volkswagen Golf GTI.

En el año 2011, el centro técnico de Skoda en Reino Unido se embarcó en un proyecto con el modelo de segunda generación. ¿El objetivo? Establecer un nuevo récord para un automóvil de producción con un motor turboalimentado de 2,0 litros.

Galería: Skoda Octavia RS Bonneville

De esta forma nació el Octavia RS de 608 CV de potencia, con casi dos veces y media más de fuerza que la actual unidad de gasolina. El motor 2.0 TSI recibió un gran turbocompresor Garrett y un sistema de inyección de agua, por no hablar del intercooler de mayores dimensiones, gasolina con un octanaje superior y un nuevo software de la centralita ECU (Engine Control Unit).

El motor turbo de cuatro cilindros fue equipado con un radiador más grande, nuevos soportes e inyectores mejorados. A esto se le sumó una jaula de seguridad, asientos especiales, extintores y un paracaídas en el paragolpes trasero. En la modificación de este vehículo participó la empresa REVO Technik, especialista en reprogramación de centralitas.

Skoda Octavia RS Bonneville

El motor estaba conectado a una caja de cambios derivada del Superb GreenLine, combinada con un diferencial autoblocante. También se rebajó la suspensión en 80 milímetros para circular con unas llantas de acero de 15 pulgadas, con cubiertas aerodinámicas y unos neumáticos Goodyear Eagle Dragway Special.

Skoda Octavia RS Bonneville

Así pues, el 19 de agosto de 2011, en el lago salado de Bonneville (Utah, Estados Unidos), el Octavia RS alcanzó 367,97 km/h, lo que significó el récord de velocidad punta en su categoría. Hacer que una berlina con tracción delantera llegara a tal cifra no fue tarea fácil, pero los checos lo lograron.

Skoda Octavia RS Bonneville

Para conseguirlo, realizaron un primer intento unas semanas antes, en el Festival de Velocidad de Bonneville, donde superaron la barrera de las 200 mph (325 km/h). Después trataron de batir el récord de motores de 2,0 litros, que estaba en 342,8 km/h desde 1998. Un día antes de la gesta, ya lo hicieron, pero no se conformaron hasta llegar a los citados 367,97 km/h.

Skoda Octavia RS Bonneville

No obstante, aún quedan otras marcas de velocidad punta por superar, como la del motor de pistones más veloz del mundo, en posesión del Speed Demon de George Poteet, que con 3.200 CV de potencia promedió unos espectaculares 756,415 km/h, pero no se quedó ahí. Su velocidad máxima fue de 775, 021 km/h, algo más parecido a un avión comercial que a un coche.