Conducir un Ferrari como coche de empresa, y no uno cualquiera, sino un monoplaza que compite en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1, tiene indudables e infinitas ventajas.
Una de ellas es que, después del trabajo, puedes darte una vuelta por el circuito de Imola, al volante del Ferrari SF90, el coche rojo más potente jamás creado. A fin de cuentas, hablamos de un superdeportivo de 1.000 CV, extraídos de un flamante sistema híbrido enchufable.
Y este hipercoche, al que podríamos calificar como un tanto extremo, es el protagonista del vídeo que encabeza esta noticia. Una grabación en la que podemos ver a los dos pilotos de la 'Scuderia', Charles Leclerc y Carlos Sainz, disfrutando de lo lindo sobre el asfalto del circuito italiano.
Galería: Ferrari SF90 Stradale prueba
El piloto español, recién aterrizado en Maranello, se pone al volante del Ferrari SF90 Assetto Fiorano, la versión más extrema del modelo, mientras que el monegasco hace lo propio con el SF90 Spider, por lo que puede disfrutar de la conducción a cielo abierto.
Diferentes carrocerías para idéntica mecánica: el V8 biturbo de Ferrari, que genera 780 CV y 800 Nm, al tiempo que cuenta con el apoyo de nada menos que tres unidades eléctricas.
Sin duda, todo lo necesario para que ambos pilotos nos deleiten a base de aceleraciones fulgurantes, curvas al límite, derrapes y adelantamientos. Desde luego, morimos de envidia...
Echando un vistazo a la ficha técnica, descubriremos que estamos ante un modelo que acelera de 0 a 200 km/h en apenas 7,0 segundos, que alcanza los 340 km/h y que, por primera vez en un 'Cavallino', es capaz de circular en modo 100% eléctrico hasta 135 km/h.
Números que van de la mano de una puesta a punto realmente afinada, pero todavía mejor en el caso de la versión Assetto Fiorano, con amortiguadores Multimatic, mayor uso de la fibra de carbono, escape de titanio o un alerón trasero específico (de carbono, por supuesto), que aporta 390 kilos de carga a 250 km/h.