Aprovechando el salón del automóvil de Detroit del año 2001, la firma sueca Volvo presentó el llamado Volvo Safety Concept Car (SCC), un prototipo que ponía el foco en la seguridad y que, además, supuso un adelanto del futuro compacto de la casa, el Volvo C30, fabricado entre finales de 2005 y el verano de 2011.

Para Volvo, durante sus más de 90 años de historia, la seguridad ha sido siempre un pilar fundamental de su negocio. Aquel prototipo SCC de 2001 era precisamente un escaparate de soluciones en este ámbito, igual que lo fue el Volvo ACC presentado un año antes, que en su caso fue el precursor del Volvo XC90.

Este concept car, un extravagente Shooting Brake del segmento C, era algo más que un ejercicio de diseño, aunque inspirara el Volvo C30. A pesar de tratarse de un modelo compacto, iba cargado de tecnología, convirtiéndose en un auténtico 'laboratorio' sobre ruedas. De los diversos sistemas de seguridad que incluía el prototipo, 16 acabaron pasando posteriormente a los vehículos de serie de Volvo.

En apenas un año, muchas de estas soluciones ya habían llegado a los coches de producción. Quizá los sistemas más importantes del SCC eran la alerta de colisión y el airbag exterior, que pasaron a los coches de serie, como asistente de frenada de emergencia con detección de peatones y airbag para peatones.

Volvo Safety Concept Car (2001)
Volvo Safety Concept Car (2001)
Volvo Safety Concept Car (2001)
Volvo Safety Concept Car (2001)

También introdujo, por ejemplo, el Head-up Display (proyectaba información sobre la conducción en el parabrisas), el asistente de ángulo muerto, el control de crucero activo, capaz de mantener tanto la velocidad como la distancia con el coche precedente, y otras soluciones como la alerta por fatiga del conductor, las luces de freno intermitentes en caso de frenada de emergencia o los faros adaptativos.

Aunque fue presentado hace ya dos décadas, el Volvo SCC incorporaba muchos sensores y tecnologías que, por entonces, no estaban demasiado avanzadas, como es el caso de la llave inteligente (manos libres), el Volvo on Call (asistencia en caso de accidente) o las cámaras de vídeo delantera y trasera, que ofrecían una visión panorámica de 180 grados, algo nada habitual en aquella época. La vista de 360 grados sería ya el siguiente paso de Volvo.

Volvo Safety Concept Car (2001)

Por último, en lo que a seguridad pasiva se refiere, el Volvo SCC también integró algunas interesantes novedades, como un marco de seguridad, formado por los asientos y los pilares B (casi invisibles desde el exterior), que resultaba tan eficaz ante un impacto como los pilares convencionales.

El concept también estrenó unos sistemas de retención infantil integrados y ajustables en altura, así como la dirección regulable en altura y profundidad.

A nivel de diseño, destacan las amplias superficies acristaladas, así como unos pilares delanteros con molduras de plexiglás transparente, que permitían al conductor disfrutar de una genial visibilidad en todas direcciones.

Por supuesto, el rasgo de identidad más notable del concept, y también del Volvo C30, era el gran portón trasero de cristal, una estrafalaria característica que Volvo ya había utilizado en el pasado, más concretamente en el legendario Volvo 1800 ES de 1971.