No podemos negar que el nombre de nuestro concept car protagonista, Volkswagen Auto 2000, suena como un salón del automóvil. De hecho, nos gustaría pensar que, en 1981, fecha en la que se presentó, los diseñadores del proyecto imaginaron cómo podría ser un coche expuesto en el estand de Volkswagen, en cualquier evento, al comenzar el siglo XXI.

En realidad, la verdadera razón de su existencia es que este prototipo se creó en respuesta a un concurso real organizado por el gobierno federal alemán, que invitaba a los fabricantes a presentar modelos que prefigurasen el coche del futuro.

Aparte del estilo, esta propuesta del fabricante de Wolfsburgo tiene su importancia, porque muchas de las soluciones técnicas que incorporó se llevaron a la producción.

Galería: Volkswagen Auto 2000

El Auto 2000 se diseñó en colaboración con Audi y Mercedes-Benz y también con un equipo de investigación universitario con un nombre impronunciable, pero con un papel muy valioso. El objetivo principal era el estudio de soluciones no solo estéticas, sino también destinadas a reducir el consumo de combustible, que ya se consideraba un objetivo importante en aquel momento.

La forma era la de un compacto de tres puertas con una luneta panorámica, pero se caracterizó por los elementos que pronto se transfirieron a los modelos de producción. Un diseño que reapareció casi idéntico siete años más tarde, en la tercera generación del Passat, con una línea fuertemente modernizada.

Volkswagen Auto 2000

El coeficiente aerodinámico (Cx) de solo 0,25, alcanzado gracias al estudio de la aerodinámica, no fue la única innovación. Además, el coche era bastante ligero y recibió tecnologías referentes a los motores y a la transmisión para reducir el consumo. 

Decimos 'motores' porque el Volkswagen Auto 2000 fue un coche de laboratorio en el que se experimentaron diversas soluciones en los años siguientes a su presentación. Así, el coche recibió varios propulsores turbodiésel y de gasolina. En resumen, fue el antepasado de los prototipos 1L y XL1, con la misma filosofía, pero llevada aún más lejos.

Sin embargo, lo más interesante fue la aplicación de dos tecnologías que han llegado hasta nuestros días. Hablamos del primer sistema de parada y arranque automáticos del propulsor y de una transmisión automática con 'navegación a vela'.

Como sabemos, el primero es ahora un elemento de serie en prácticamente todos los modelos del mercado, no solo en Volkswagen, mientras que la segunda anticipó esa función en las cajas de última generación, como la DSG.