El mítico piloto alemán de rallies Walter Röhrl, dos veces campeón del mundo de esta disciplina y leyenda del automovilismo, ha hecho este año una interesante adquisición, en forma de un Porsche clásico restaurado. Y ya sabemos que Röhrl está muy vinculado al fabricante de Stuttgart, pues actualmente lleva a cabo funciones de piloto de prueba o de embajador de la marca, por ejemplo.
Se trata de un Porsche 356 muy especial, apodado '3000 RR', que prescinde del motor original de cuatro cilindros, a favor de un nuevo bloque turboalimentado, que es en realidad el motor bóxer de seis cilindros del Porsche 911 Turbo original. De hecho, el 3000 del nombre hace alusión a la cilindrada del propulsor, mientras que la doble R es por Röhrl Roadster.
El proyecto original, 356/930, nació en Australia, de la mano de un mecánico de aviación llamado Viktor Grahser, que fue además uno de los miembros fundadores del registro australiano de Porsche 356. No obstante, Grahser volvió tres décadas después a su tierra natal, Austria, y se trajo consigo los tres 356 que poseía, incluida esta unidad.
Estos tres coches, pendientes de ser restaurados para cumplir el sueño de Grahser de inaugurar un museo Porsche en su Austria natal, fueron transportados en un contenedor marítimo y, de hecho, dos de ellos se quedaron guardados en el mismo, mientras que un 356 Speedster (uno de los pocos fabricados con volante a la derecha) terminó decorando el salón Grahser.

Para su propietario, el más especial era el que él mismo denominaba Porsche 356/930. Un Porsche 356 B Roadster de 1959 con el motor 3,0 litros de un Porsche 911 (930) de 1977. Aunque el coche se mantuvo en el contenedor, Grahser abría a menudo las puertas y se sentaba junto al coche para contemplarlo.
Tristemente, Viktor Grahser falleció de manera inesperada en 2008 y, unos años después, ya en 2012, los tres coches terminaron en manos de Rafael Díez, de Diez Classic, quien logró terminar el proyecto de restauración del 356/930.



El coche ya contaba con pasos de rueda ensanchados, un capó con dos tomas de aire adicionales o con un labio en el paragolpes delantero, al estilo del Porsche 911 S. Díez cambió el volante de lado, hizo modificaciones de chapa y pintura, soldó la carrocería, e instaló el motor y la caja de cambios, por ejemplo.
Fue en 2018 cuando Díez le habló del 356 B Roadster a Walter Röhrl, quien pudo probarlo y quedó bastante sorprendido por "la sensación de perfecto equilibrio que transmite el coche". Tanto, que acabó comprando este clásico de motor turbo trasero, con 260 CV, carrocería gris pizarra y un interior de color rojo, para añadirlo a su propio garaje.