Lo bueno de nuestro trabajo es que, en algunas ocasiones, los coches que sueles ver en tu colección de miniaturas, conservados dentro de una vitrina, un día crecen y aparecen aparcados ante ti. Y lo mejor de todo, ¡es que incluso te los dejan conducir!

Algo así me pasó, hace unos días, en la celebración de los 120 años de historia de Opel. Un evento muy especial, organizado en el circuito del Jarama, en el que pude subir a alguno de los clásicos de competición más icónicos de la firma alemana.

Y lo mejor de todo, es que la lista de coches anunciada era de escándalo: pilotaje de los Kadett C GT/E, Commodore B GS/E, Kadett B y Ascona B 400 y copilotaje del Opel Racecar de 1903 y del Rekord 'Viuda Negra'.

Empezando por los copilotajes, subirse al Opel Racecar de 1903 es toda una experiencia. Porque, a fin de cuentas, se trata de un coche de carreras... aunque tenga 116 años. De ahí que recurriera a un propulsor bicilíndrico de 1.885 cm3, capaz de entregar 12 CV de potencia y 'empujarlo' hasta más allá de los 70 km/h.

Respecto al Rekord 'Viuda Negra', es la segunda vez que me cruzaba con él. La primera, fue hace algún tiempo, para celebrar el 50 aniversario de Opel Design. Sin embargo, este 'siniestro' modelo ha vuelto a impresionarme. En parte, porque fue pilotado a finales de los 60 por Niki Lauda. En parte, porque el motor de 175 CV es capaz de mover sus apenas 935 kilos de peso más allá de los 200 km/h.

Clásicos de competición Opel 120 Aniversario
Clásicos de competición Opel 120 Aniversario

Los modelos de Walter Rörhl, grandes protagonistas

La experiencia de conducción se reduce a una vuelta con cada modelo, a un ritmo tirando a lento (algo lógico, teniendo en cuenta que han llegado directos del museo de la marca). De ahí que las sensaciones al volante con los cuatro modelos sean más bien reducidas.

Empezando por el Kadett B de 1972, de Kulläng y Berglund, y el Kadett C GT/E Grupo 1, de 1978, las sensaciones son las propias de conducir modelos de hace muuuuchos años. Por supuesto, salta a la vista que ni corren ni frenan como, por ejemplo, un coche actual de la categoría R5.

Sin embargo, las sensaciones de carreras 'añejas' que transmiten son indescriptibles. No debemos olvidar que son modelos con un importante 'pedigrí'. Por ejemplo, en el caso del Kadett C, debemos indicar que ganó el Rallye Monte-Carlo, del año 1978, en su categoría.

Clásicos de competición Opel 120 Aniversario
Clásicos de competición Opel 120 Aniversario

Los otros dos modelos, pilotados por una leyenda de los rallies como Walter Röhrl, también resultan dignos de mención. Por un lado, tenemos el Commodore GS/E con el que el piloto alemán disputó el Monte-Carlo de 1973. Un coche divertido, pero no comparable a la auténtica joya de la corona de la jornada. 

En efecto, estamos hablando del Ascona B 400, un auténtico Grupo B, con 240 CV y cambio manual de cinco velocidades, con el que Rörhl se proclamó Campeón del Mundo en 1982. Aquí, todo es distinto: el tacto de los frenos y la dirección, el sonido, la fuerza con la que acelera...

Lástima no haber tenido más tiempo para tratar de extraerle parte de su potencial. Tendremos que esperar al siguiente 'cumpleaños'...

Clásicos de competición Opel 120 Aniversario
Clásicos de competición Opel 120 Aniversario