Para muchos aficionados, el 959 es el mejor Porsche de todos los tiempos. Surgió en 1986, una época gloriosa en el mundo del automóvil, y rivalizó contra modelos de la talla del Ferrari F40.
Gracias a su motor bóxer, biturbo, de 2.849 cm3 y 450 CV, el deportivo alemán estaba entre los coches de producción más potentes y se convirtió en el vehículo de serie más veloz del mundo, al alcanzar los 315 km/h.
Aunque se produjeron series especiales, como el 959S, con 515 CV, o el vehículo que tomó parte en el Rally París-Dakar, ninguna de ellas fue lo suficientemente exclusiva para algunos clientes multimillonarios.
Un ejemplo es el que te mostramos a continuación. Un príncipe árabe contactó con el departamento de personalización Porsche Exclusive Manufaktur, para ordenar siete unidades del 959 totalmente únicas, destinadas a su colección privada.
Varias décadas después, el Museo Porsche nos permite conocer dos de estos ejemplares. Del primero solo tenemos una foto de la carrocería, pintada en color oro, mientras que del segundo, hay varias imágenes del habitáculo rosa, con inserciones de madera. Que alguien posea mucho dinero, no significa que también tenga buen gusto...
Centrándonos en las instantáneas del interior, puedes observar un logotipo especial en el volante y en el pomo de la palanca de cambios. ¿Será de la dinastía del príncipe? Ahí queda la duda.
Desconocemos si el propulsor bóxer se potenció para estas unidades especiales, pero estamos convencidos de que el jeque y su familia los disfrutaron al máximo. Como solemos decir, el dinero no hace la felicidad, pero puede ayudar a conseguirla...
Fuente: Museo Porsche (1) y Museo Porsche (2)