Cuando Porsche lanzó el Panamera, en 2009, muchos de los puristas de la marca expresaron su disgusto al ver este gran turismo, muy alejado de la historia del fabricante alemán. Sin embargo, no fue el primer intento de crear un vehículo de estas características por parte de la firma de Stuttgart. Hace 31 años, en 1988, mostró el 989.

Después de diversificar su gama con el 928, que alcanzó un notable éxito desde su lanzamiento en 1978, Porsche decidió desarrollar una berlina de cuatro puertas con rasgos de coupé. El proyecto fue asignado al Dr. Ulrich Bez, padre del 911 Turbo, el 968 y el 993.

El objetivo que le habían marcado fue crear un automóvil más cómodo y espacioso que deportivo, así que se atrevió a romper las tradiciones de Porsche, incluso más de lo esperado.

Decidió que este concept car estuviese impulsado por un bloque V8, como el 928, ubicado en la parte delantera, si bien el eje motriz era el trasero. A pesar de las enormes diferencias con el 911, el equipo de diseño dirigido por Harm Lagaay, responsable de la estética del deportivo en aquel momento, propuso para el 989 la fisonomía de un 911 alargado.

Varias tecnologías, incluidos los brazos de suspensión, se estrenaron en este vehículo y luego se ajustaron a otros modelos icónicos de la marca, como el 993.

El modelo se desarrolló sobre esta base durante casi tres años, pero en aquel momento, Bez abandonó Porsche y empezaron a caer las ventas del 928. El proyecto se vio tan afectado que estuvo detenido durante un año y, finalmente, se canceló por completo a principios de 1992.

Porsche afirmó haber destruido el único prototipo creado, pero luego reveló que se mantuvo en los almacenes de la marca. Ahora, se encuentra en el Museo Porsche de Stuttgart. El legado del 989 fue muy importante, ya que muchas ideas estilísticas se plasmaron en el 996. Además, 22 años más tarde nació el Panamera, con un propulsor V8 colocado en la parte delantera...