El segmento de los compactos deportivos vive un momento apasionante, con una competencia feroz entre representantes cada vez más potentes. Modelos que, en gran medida, y salvo honrosas excepciones como los Honda Civic Type R y Ford Focus RS, forman parte del catálogo de marcas europeas.
Sin embargo, Hyundai no tiene miedo a todos esos lobos que dominan la categoría. De hecho, podría decirse que ve una nueva oportunidad de negocio en ella. Ese es el motivo por el que estamos a punto de ponernos al volante del primer producto de la nueva familia deportiva de la marca, el Hyundai i30 N 2018.
La gama N, como así se llama, todavía está echando a andar. Para que os hagáis idea de su juventud, diremos que la primera vez que tuvimos noticia de ella fue durante la presentación del Hyundai i20 WRC del Campeonato del Mundo de Rallies (WRC), allá durante 2014. Pero cuidado, no hay que subestimarla. A fin de cuentas, integra en sus filas algunos grandes 'fichajes', procedentes de BMW M.

Hyundai i30 N 2018: con dos niveles de potencia
Para su llegada a los mercados europeos, a finales de este año o principios del próximo, el Hyundai i30 N 2018 desembarcará con dos opciones mecánicas, de 250 y 275 CV de potencia. Ambas toman como base un motor turbolimentado de gasolina, con cuatro cilindros y 2,0 litros, que se asocia a la tracción delantera y a una caja de cambios manual, de seis marchas.
Eso sí, hay diferencias de matices entre ellas. La más potente, conocida como Performance Package, cuenta con algunas ventajas, como unas llantas de aleación mayores, un equipo de frenos específico o un diferencial autoblocante con control electrónico. De ahí que, con total certeza, acabe convirtiéndose en la favorita del público.

¿Cómo es su diseño?
A estas alturas, hay algo que ya tenemos claro: no se trata de un Hyundai i30 convencional, pintado con el exclusivo color Performance Blue. A fin de cuentas, su fase de desarrollo ha sido de unos dos años y medio, en la que se ha trabajado en el aspecto mecánico, pero también en el aerodinámico y estético.
Comparado con el modelo del que deriva, con carrocería de cinco puertas, el Hyundai i30 N 2018 se asienta, 8 milímetros más bajo, sobre unas llantas de aleación de 19 pulgadas, en las que se montan unos neumáticos Pirelli P-Zero. A simple vista, también se distinguen los discos más grandes, así como la tercera luz de freno, de diseño triangular, el difusor trasero o la doble salida de escape.
Bajo la carrocería, se ha reforzado el subchasis delantero, así como los soportes del motor y la caja de cambios manual.



Equipado también para el confort y la seguridad
Por supuesto, no deja de ser un Hyundai, con lo que eso supone últimamente, en lo referido al equipamiento. De este modo, en términos de infoentretenimiento, cuenta con un sistema multimedia con radio digital, navegación, conectividad para smartphones (Apple CarPlay y Android Auto), pantalla táctil de 8,0 pulgadas...
Tampoco se queda atrás al hablar de ayudas electrónicas a la conducción, al incluir anclajes ISOFIX, sistemas de frenada de emergencia automática y de alerta por cambio involuntario de carril... Además, como es habitual en la marca, ofrece cinco años de garantía sin límite de kilómetros.


Más emoción que potencia
Si hay algo que Hyundai nos ha querido recalcar durante la presentación, es que han buscado primar más la dinámica de conducción que ofrecer una cifra de potencia desmesurada. Tal vez, por eso nos ha invitado a probar el Hyundai i30 N 2018 en el Autódromo de Vallelunga, a las afueras de Roma, así como en algunas de las reviradas carreteras comarcases de los alrededores.
En ese escenario, lo primero que llama la atención es lo rápido, y a la vez civilizado, que puede llegar a resultar. De hecho, creo que se puede disfrutar con él casi igual en un circuito que yendo a trabajar a diario. Y es esa versatilidad la que le permite poner en el punto de mira a los Volkswagen Golf GTI, Peugeot 308 GTi y Ford Focus RS.
Con un par máximo de 352 Nm (y función overboost), la recuperación desde bajas revoluciones es fuerte y está libre de lag, mientras que el efecto de las fuertes aceleraciones no se hace especialmente patente sobre la dirección, como sucede en otros modelos.

Hyundai i30 N 2018: así va en marcha
Como ya hemos dado a entender, lo más impresionante de este compacto deportivo es cómo consigue que la carrocería apenas balancee en las curvas... sin que el confort de marcha se resienta. ¿El secreto? La suspensión adaptativa que incluye de serie.
Al igual que la asistencia de la dirección, el sonido del escape o la respuesta del acelerador, se puede modificar su funcionamiento, gracias a un control dinámico de la conducción, en cinco modos: Eco, Normal, Sport, N y N Custom. Otro aspecto que es posible gestionar es el control de estabilidad ESC, que se puede llegar a desconectar por completo.
¿Y el cambio manual? Pues ofrece un tacto realmente preciso y certero; de lo mejor que hayamos probado en la marca. Por eso, su adopción nos parece un acierto. Además, según los responsables de la marca, la transmisión automática de doble embrague 7DCT, que usan otros Hyundai, no sería capaz de gestionar todo el potencial de este modelo.
Dicho esto, hay una cosa que nos ha dejado un poco fríos. Y es el sonido artificial del motor que llega a través de los altavoces. Un aspecto que resulta demasiado ficticio.

Hyundai i30 N 2018, ¿por qué deberías comprarlo?
Los rivales que ignoren a este nuevo modelo tienen un problema. Es cierto, puede que la insignia N no tenga (todavía) el pedigrí de otras siglas, como las que lucen los GTI, RS o Type R. Sin embargo, es un comienzo muy serio, teniendo en cuenta su rendimiento, equipamiento... Solo nos queda conocer el dato definitivo, el precio.
Hyundai i30 N 2018 Perfomance Pack