Las andanzas de nuestro protagonista en el mercado automovilístico se remontan al año 1964. Con su edad, unas 53 primaveras, se puso a la venta, por primera vez en Europa, en el mes de abril de 2015, y las primeras unidades llegaron ese mismo año, en los meses veraniegos. Hasta ese momento, más de nueve millones de unidades han recorrido el mundo… convirtiendo al Ford Mustang 2017 en uno de los deportivos más famosos del globo terráqueo.
He de reconocer que no me considero un acérrimo seguidor de los coches americanos. No sé si se debe a mi desconocimiento o a que, cada vez que he conducido un modelo fabricado al otro lado del charco, las sensaciones que me ha transmitido no han sido muy satisfactorias.

Ford Mustang 2017, al gusto europeo
He llevado anteriores generaciones de Corvette, algún Camaro y poco más... o, mejor dicho, ninguno más. Las especificaciones de los chasis distan bastante de la de los automóviles que acostumbramos a conducir por estas tierras. Los tarados de la suspensión son mucho más confortables y nunca han sido de mi agrado. Por eso, hoy en día, hasta las firmas más consagradas en el mercado estadounidense deciden adaptarse a los gustos europeos… si quieren vender coches en nuestro continente. Precisamente, eso es lo que ha hecho Ford con la idea de comercializar el Mustang en Europa.
Prueba Ford Mustang 2017, ¿por qué es diferente?
Las primeras modificaciones reseñables se han llevado a cabo, principalmente, en las suspensiones de ambos trenes. En la parte delantera, se recurre a un sistema McPherson y se incorporan discos de freno ventilados, con 380 milímetros de diámetro y pinzas monobloque de seis pistones, firmadas por los especialistas de Brembo. En el eje trasero, la principal novedad es el abandono del tradicional esquema de eje rígido, por un sistema independiente multibrazo.



La incorporación de una arquitectura de paralelogramo deformable, detrás, aporta una mayor estabilidad y unas reacciones mucho más progresivas. En curvas lentas, y a pesar de contar con un morro de dimensiones considerables que demanda cierta adaptación, el tren delantero obedece con precisión las órdenes que el conductor ejecuta sobre el volante. Sin embargo, se echa en falta una mayor capacidad de giro, únicamente, cuando se maniobra o se pretende aparcar. La trasera, por su parte, apoya con nobleza y transmite confianza.

Corre, pero también frena
Cuando abres gas indiscriminadamente a la salida de la curva, el diferencial autoblocante mecánico juega un papel fundamental para transmitir la potencia al firme o, en su defecto, y si hemos desconectado totalmente las ayudas electrónicas a la conducción, para que el coche avance de costado, mientras nos deleitamos con derrapadas impresionantes.



En la prueba que realizamos en el circuito del Jarama, los frenos cumplieron con nota, a pesar de un uso más exhaustivo como el que se realiza en una instalación de estas características. El tacto del pedal conservó su consistencia y no percibimos signos de desfallecimiento, en ningún momento.

Mecánica “made in USA”
Además del motor V8 atmosférico, de 5,0 litros de cilindrada, 418 CV y 524 Nm de par, de nuestra unidad, también está a la venta otro turboalimentado y tetracilíndrico, denominado 2.3 EcoBoost, con 316 CV, muy del gusto europeo, pero carente de emoción.
Volviendo al propulsor 5.0 Ti-VCT, hablamos de una mecánica de características opuestas a lo que se estila en Europa. Aquí, priman las cilindradas más pequeñas y la incorporación de turbocompresor. Sin embargo, en el Ford Mustang 2017 se mantiene viva la esencia de los motores que ofrecen par a cualquier régimen. Da gusto acelerar y sentir cómo empuja desde poco más allá de las 2.000 vueltas, para que en las 3.500 estire con fuerza y se plante en las 7.000, sin decaer.


Alcanza una velocidad máxima de 250 km/h (autolimitada) y acelera de 0 a 100 en solo 4,8 segundos, cifras que dejan claro las pretensiones de nuestro Mustang. Los consumos… ¿a quién le importa cuánto gasta un icono como este?
Puedes decantarte por una transmisión automática con convertidor de par, de seis relaciones, o por la manual con el mismo número de relaciones como la que incorporaba nuestro compañero de fatigas. Si buscas rendimiento y sensaciones sin filtros, te recomendamos el cambio manual, porque aporta ese plus en la conducción que te permitirá exprimir el conjunto al máximo.

Más detalles…
Otro de los elementos que diferencian al Ford Mustang 2017 es la inclusión de un control dinámico de la conducción, que permite variar distintos parámetros del automóvil, para adaptarlos a las preferencias del conductor. Con solo accionar un interruptor, se pueden seleccionar cuatro programas predeterminados, Normal, Sport +, Circuito y Nieve/Mojado, que modifican el tacto de la dirección, la respuesta del propulsor y elevan el umbral de actuación del control electrónico de estabilidad, por si decides darte una vuelta en un circuito cerrado. Otro mando, ofrece la posibilidad de configurar la asistencia de la dirección en tres modos, de forma independiente.



Me gusta
Conforme paso tiempo con el Ford Mustang 2017, crece mi admiración y respeto, exponencialmente. Su filosofía me ha ganado poco a poco. Tiene carácter y ofrece potencia de manera diferente a lo que hay en el mercado. No hay tirones bruscos ni bajones acusados en la entrega de potencia. Si manejas el cambio con rapidez, disfrutarás de cada aceleración, acompañada por el bramido de un motor que “engancha”.

Para finalizar, solo me queda hablar de una de las bazas más importantes, por no decir la que más: “el precio”. El Ford Mustang Fastback GT 5.0 V8 está a la venta en nuestro país por solo 46.950 euros, con una dotación de serie bastante completa. Si quieres personalizarlo, tienes disponibles varias opciones, entre las que destacaría, por ejemplo, los asientos deportivos, firmados por Recaro.


El precio de adquisición puede parecerte una cantidad considerable, pero si echas un vistazo a rivales europeos que ofrezcan un glamour parecido y unas cifras similares de potencia, puedes encontrarte con montantes económicos que lo duplican. Seguro que ahora ya no te parece tan sangrienta o, por lo menos, no te asustará tanto. Si aún no lo has probado, te recomiendo que lo hagas y… disfrutes.



Equipamiento de serie: Airbags frontales, laterales y de cabeza para conductor y acompañante, airbag de rodilla para el conductor, airbags de cabeza traseros, sistema antibloqueo de frenos ABS, control de estabilidad ESP, equipo de frenos Brembo, diferencial autoblocante mecánico en el eje trasero, control de velocidad de crucero, cámara trasera de asistencia al aparcamiento, climatizador automático bizona, acceso y arranque sin llave, faros bixenón, sensores de lluvia e iluminación, tapicería de cuero, sistema multimedia con lector de CD, MP3, puerto USB, 9 altavoces y pantalla táctil de 8,0 pulgadas, pintura Rojo Race y llantas de aleación de 19 pulgadas.
Opciones: Pintura metalizada (800 euros), tapicería de cuero color ébano y asientos Recaro (1.900 euros), paquete Premium —incluye asientos delanteros ventilados y calefactados, sensores de aparcamiento traseros, tapicería de cuero Premium, sistema de sonido Shaker Pro y llantas de aleación de 19 pulgadas en acabado níquel brillante— (2.700 euros).
Galería: Prueba Ford Mustang 2017
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