La marca smart nació en 1994 de una 'joint venture' entre Daimler-Benz y el fabricante suizo de relojes Swatch. El nombre, para los no iniciados, deriva de hecho de la unión de Swatch, Mercedes-Benz y ART. En 1998, el fabricante de automóviles fue absorbido completamente por Daimler-Benz y, en 2006, smart se convirtió en una marca dentro de Mercedes-Benz Cars.
El primer modelo llegó a las carreteras en 1998 y la marca se posicionó inmediatamente como una solución 'inteligente' para la movilidad urbana. El smart city coupé fue, de hecho, el coche (que no cuadriciclo) más pequeño disponible en Europa, con sólo 2.540 mm de largo.
Al city coupé le siguieron otras versiones igualmente pequeñas: el cabrio se presentó en 2000; el crossblade y el roadster, en 2003. Más tarde, en 2004, la familia se amplió con el smart forfour, producido en colaboración con Mitsubishi. A finales de los años 2000 se habían vendido más de 1,3 millones de vehículos smart en todo el mundo.
Aterrizaje en América
Como el público europeo respondió positivamente a este concepto de movilidad, smart empezó a expandir sus actividades a otros continentes. Tras un buen comienzo en Japón, cuna de los kei-car, la marca empezó a vender sus coches pequeños en Estados Unidos, donde los consumidores siempre han preferido los coches grandes. Sin embargo, funcionó.
Durante su primer año en este mercado (2008), smart vendió casi 25.000 unidades del fortwo. El país se convirtió en el tercer mayor mercado para la marca, sólo por detrás de Italia y Alemania.
Ventas mundiales del smart city coupé/fortwo por generación
Sin embargo, como ocurrió con el Fiat 500, la fiesta americana pronto llegó a su fin. Dos años después, el fortwo vendió solo 6.000 unidades, que se elevaron a 10.500 en 2014 con la introducción de la tercera generación. Sin embargo, la fiebre de los SUV y los pick-up en Estados Unidos nunca permitió que este coche despegara. En 2017, la marca vendió apenas 3.000 unidades, que bajaron a 1.300 en 2018 y a 626 en 2019.
Las nuevas reglas en Europa
La salida de smart del mercado estadounidense fue el inicio de una serie de retos a los que se enfrentó la marca. Con solo dos modelos, el fortwo y el forfour, las ventas empezaron a descender. Tras alcanzar un máximo de 144.500 unidades en 2016, cayeron drásticamente. En 2019, smart vendió 107.100 unidades, casi el 90% en Europa.
Ventas mundiales de la marca smart
La normativa de emisiones y los objetivos de electrificación fijados por la Unión Europea han puesto las cosas aún más difíciles, ya que se trata de coches pequeños. Mientras tanto, la cúpula directiva insistía en que nunca producirían SUV y el debut en China siguió el mismo patrón que en Estados Unidos.
Las ventas tuvieron un buen comienzo, con un máximo de 23.000 unidades en 2017, que llegó a su abrupto final en 2020. La falta de atractivo fuera de Europa y la urgencia por electrificar la gama obligaron a Mercedes-Benz a buscar un nuevo socio para mantener viva la marca.
El giro chino
La china Geely acudió al rescate, comprando una participación del 50% en Mercedes y aquí es donde la marca se tambaleó por completo. La primera acción de Geely fue abandonar la idea de que smart no podía producir SUV.
Además, al producir todos sus coches en China, la marca podía permitirse fácilmente ampliar su gama con la introducción de modelos totalmente eléctricos.
Ventas de la última generación en China, Alemania y Francia en 2023 y el primer semestre de 2024.
El smart #1, un B-SUV eléctrico, llegó en 2022 y un año después fue el turno del #3, de línea coupé. La semana pasada, la marca presentó el #5, un SUV de tamaño medio que abandona por completo el ADN al que el público estaba acostumbrado desde 1998.
smart #1
smart #3
smart #5
¿Es un movimiento inteligente cambiar el posicionamiento de la marca y entrar en segmentos ya saturados? Por otro lado, ¿podría sobrevivir la marca sin China? Lo sabremos en los próximos años.
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El autor del artículo, Felipe Muñoz, es Especialista en Industria de Automoción en JATO Dynamics.