En marzo de 2024, la alianza entre el Grupo Renault y el Grupo Nissan cumplirá 25 años. Cuando se firmó el acuerdo, nació el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo, con unas ventas combinadas de 4,82 millones de vehículos. Poco a poco, este nuevo actor fue adquiriendo relevancia tras grandes éxitos en los segmentos de los SUV y los coches eléctricos. Pero hoy en día, esta asociación se enfrenta a importantes retos que son tan grandes como los que tenía cuando nació.
Rápido crecimiento
El crecimiento acelerado experimentado por la Alianza es probablemente uno de sus logros más importantes. En 1999, las operaciones combinadas de Renault y Nissan supusieron 4,82 millones de unidades vendidas. En aquel momento, Renault acababa de adquirir la rumana Dacia y la coreana Samsung. Las ventas siguieron creciendo ininterrumpidamente hasta 2005, cuando el volumen total alcanzó los 6,13 millones de vehículos.

Las cosas iban a mejorar más con el lanzamiento de la primera generación del Nissan Qashqai, en 2007. Este modelo sacudió el mercado como uno de los primeros todocaminos de verdad, precursor del inminente boom de los SUV en Europa. En 2010, la Alianza vendió 7,28 millones de unidades. Las ventas seguirían creciendo durante ocho años consecutivos, hasta alcanzar el récord de 10,76 millones de vehículos en 2018 y convertirse en el mayor fabricante de coches del mundo ese año.
Sin embargo, parte de este rápido crecimiento también se explica por la adquisición de nuevas marcas durante esos años. En 2009, el Grupo Renault pasó a controlar Avto VAZ, el fabricante de coches Lada. Esto le ayudó a acceder y dominar el mercado ruso, entre los 10 mayores del mundo por entonces. Después, en 2016, Nissan hizo lo mismo con Mitsubishi.

Pionero en coches eléctricos, pero...
Otro hito importante de la Alianza durante estos años fue su apuesta por la transición a los coches eléctricos. Tanto Renault como Nissan fueron de los primeros grandes fabricantes de automóviles en introducir vehículos totalmente eléctricos, de corte 'asequible'. En 2010, Nissan lanzó el LEAF, mientras que Renault anunció la versión de producción del ZOE en 2012. Ese año, Tesla apenas vendió 3.000 unidades de su Model S.
Aun así, el impulso inicial pronto se vio contrarrestado por la falta de nuevos coches eléctricos a lo largo de los años. Esto fue especialmente evidente cuando los consumidores de Europa y Estados Unidos empezaron a pasar de los coches de gasolina y diésel a los eléctricos, entre 2017 y 2019. Excluyendo actualizaciones y mejoras de rendimiento, la oferta de eléctricos de la Alianza era prácticamente la misma que siete años antes. Nissan presentó la segunda generación del LEAF en 2017, y Renault dotó al ZOE de unas especificaciones mucho mejores.
Pero a diferencia de lo que ocurrió con sus modelos SUV con motor de combustión, que permitieron a la Alianza crecer rápidamente a lo largo de los años, no había SUV eléctricos disponibles ni de Renault ni de Nissan.

Más sinergias y presencia en los mercados emergentes
Los retos futuros no son desdeñables. Las tres empresas, Renault, Nissan y Mitsubishi, buscan mejores formas de trabajar juntas. Esto incluye compartir más plataformas, especialmente en el escenario de una industria automovilística más electrificado. Y aún queda mucho por hacer: 6 de los 10 superventas de la Alianza en 2022 compartían su plataforma con otros productos de la misma.
Además, la retirada del mercado ruso también representa un gran reto. En 2021, cuando Lada todavía estaba bajo el control de Renault, Rusia era el tercer mayor mercado.
Y por último, pero no menos importante, el impulso a más modelos eléctricos es una necesidad en los próximos años. El atractivo Nissan Ariya y el Renault Mégane E-TECH son sólo dos ejemplos de lo que pueden hacer.
El autor de este artículo, Felipe Munoz, es especialista en la industria del automóvil en JATO Dynamics.