El gigante alemán Mercedes-Benz cuenta en su historia con infinidad de modelos míticos y muy conocidos, como es el caso del Mercedes-Benz 190 (W 201), que ahora cumple 40 años y, con este motivo, hemos querido repasar algunas de las versiones más insólitas.
Apodado 'Baby Benz', es un coche del que se ha escrito mucho, pero las variantes que os queremos mostrarte son quizá más desconocidas. ¿Sabías, por ejemplo, que hubo un 190 Cabrio que nunca llegó a fabricarse, o que existió una versión 100% eléctrica?

Antes de nada, arranquemos por la historia general del modelo, que contaremos de forma muy breve. En diciembre de 1982, Mercedes-Benz presentó el Tipo 190 de la serie W201, una bella berlina compacta que estableció una familia de turismos por debajo de la gama media de la casa de la estrella.
En 1988 y 1991 hubo actualizaciones del modelo, y en 1993 finaliza definitivamente la producción del exitoso vehículo, fabricado en las plantas de Mercedes-Benz de Sindelfingen y Bremen. En mayo de aquel año, Mercedes-Benz presentó la serie 202 del Clase C como sucesor del 190. En total se vendieron 1.879.630 unidades del 190, que solo estuvo disponible como berlina de cuatro puertas.

Los inicios y el desarrollo del 190
Ya en la década de 1950, se planteó la posibilidad de crear un turismo Mercedes-Benz más pequeño a los habituales. Tras la adquisición de Auto Union por parte de Daimler-Benz, se desarrolló una berlina con el código W 118, que recordaba en cierto modo al primer Audi 100. Tras la venta de Auto Union a Volkswagen en 1964, el desarrollador Ludwig Kraus se fue a Audi y se llevó varias ideas.
A raíz de la primera crisis del petróleo, en 1973, la idea de un 'Baby Benz' vuelve a cobrar fuerza. La tendencia llevaba a coches más ligeros y con menor consumo de combustible, dada una legislación medioambiental más estricta en el importante mercado estadounidense. Los clientes también querían un Mercedes asequible y más pequeño como segundo coche.

El llamado 'dash eight' era un vehículo acortado de la Serie W 114/115 que se creó en 1974 pensando en el posterior Serie W 201, para representar el tamaño del nuevo Mercedes-Benz más pequeño. El diseño definitivo del W 201 tomó forma a finales de 1977. La parte trasera alta se convirtió en algo típico.
La sobriedad de los años 80
Cuando se presentó el Mercedes-Benz 190, a finales de 1982, los clientes se mostraron inicialmente poco entusiasmados. El sedán era demasiado sobrio, tanto por dentro como por fuera. El cambio de cromo a plástico en los paragolpes fue particularmente irritante, así como los precios, bastante elevados.

En el 190 D de 1983, nadie se ofendió por tener un cambio de solo cuatro marchas de serie y un gran reloj junto al velocímetro. En aquella época, Mercedes-Benz todavía cobraba un extra por casi todo. Los indicadores de la presión del aceite, la temperatura del refrigerante y el depósito de la izquierda, eran siempre de serie.
Estrictamente hablando, el nombre 190 no es exactamente adecuado para el pequeño Benz, porque el motor básico tiene una capacidad de 2,0 litros. Pero, por un lado, el número pretende dejar claro que la serie de modelos se sitúa por debajo del 200 y, por otro, el 190 tiene cierta tradición en la empresa, gracias al Mercedes-Benz 190 SL de 1954.
Estreno en Ginebra

El W 201 se estrenó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1983. Se desveló en el stand junto al W 123, que entonces tenía siete años. La diferencia era evidente: por un lado estaba el viejo esplendor cromado de los años 70, y junto a él la alternativa práctica y avanzada de los años 80.
Récord mundial de larga distancia
En esta foto de noviembre de 2013 vemos un Mercedes-Benz 190 E 2.3-16 (W 201) en la pista de alta velocidad de Nardò, en Italia. Se trata de uno de los tres vehículos originales que participó en este récord mundial, entre el 11 y el 21 de agosto de 1983. El 190 E 2.3-16 recorrió 50.000 kilómetros y estableció un total de tres récords mundiales y nueve récords de clase.

Mucho antes de que AMG se convirtiera en parte de Mercedes-Benz, la marca se aventuró con un modelo deportivo con motores de 16 válvulas desarrollados con la ayuda de Cosworth. En una carrera con las estrellas de la Fórmula 1, en la apertura del GP de Nürburgring de 1984, todos con idénticos 190 E 2.3-16, ganó un tal Ayrton Senna.
El 190 como taxi
Durante toda su vida el 190 recibió la misma crítica: el espacio en la parte trasera era bastante limitado. Por ello, se le negó una gran carrera como taxi. La industria prefería el W 123, de mayor tamaño, o su sucesor, el W 124.

Los 190 para EE.UU.
Como comentamos al principio, el W 201 también se diseñó pensando en los clientes estadounidenses. Allí era popular el turbodiésel y, más tarde, el 190 E 2.6, cuyo motor de seis cilindros se metía bajo el capó con calzador.

Entre otras cosas se crearon versiones de exportación como el 190 D 2.2 y el 190 E 2.3, específicos para el mercado norteamericano. Típicos de los Mercedes-Benz estadounidenses eran los faros modificados, que, sin embargo, tenían un diseño más armonioso en los años 80.
El rey de los turismos y la debacle olímpica
Casi todo el mundo conoce las salvajes versiones Evo del 190, con agresivos alerones traseros. A principios de los años 90, cuando el W 201 estaba a punto de retirarse, se hizo un nombre en el DTM, por ejemplo con Klaus Ludwig en el 190 Clase E 1, en 1993.


La publicidad del coche era interesante: en aquel momento, Berlín presentaba su candidatura a los Juegos Olímpicos de verano de 2000. Las disputas y los disturbios ensombrecieron el intento, que fracasó estrepitosamente en la segunda ronda de votaciones.
Menos conocidos son los inicios del Mercedes 190 en el DTM. A la derecha, una imagen de la carrera del DTM en el Hungaroring, cerca de Budapest, el 18 de septiembre de 1988. Roland Asch pilotó el Mercedes 190 E 2.3-16 de carreras (W 201) hasta el séptimo puesto y fue subcampeón del DTM al final de la temporada.

Hablando de Klaus Ludwig, cuando el 17 de mayo de 1993 salió de la línea de producción de la fábrica de Bremen el último Mercedes-Benz 190 E 2.5-16, el entonces actual campeón del DTM, Klaus Ludwig, ayudó simbólicamente durante la inspección final. Al fin y al cabo, la berlina de alto rendimiento era el coche en el que se basó el DTM con el que Ludwig ganó su título en 1992.

El desconocido descapotable y el eléctrico
En 1990 se creó el prototipo de un Mercedes-Benz 190 E 2.6 Cabriolet. El diseño del modelo fue un éxito rotundo, pero finalmente no pasó a la producción en serie, en parte porque la serie 201 se acercaba a su fin. En cambio, Mercedes prefirió el W 124, que también ofrecía más espacio en la parte trasera.
En la recta final, el 190 se convirtió incluso en un coche eléctrico. Mercedes-Benz aportó diez 190 y diez furgonetas MB 100 D a una prueba eléctrica a gran escala realizada en la isla de Rügen en el año 1992.

Cada rueda trasera del vehículo era accionada por su propio motor eléctrico de imanes permanentes, con una potencia máxima de 16 kW o 22 CV cada una, para una potencia total de 32 kW o 44 CV. La batería, de cloruro de sodio y níquel, se podía también recargar sobre la marcha mediante un sistema de recuperación de energía.
Un moderno motor diésel en un viejo 'Baby Benz'
¿Qué es lo que se está instalando en el compartimiento del motor en esta imagen? En 2009, Mercedes-Benz equipó un 190 E 2.6 Sportline de 1992 con un moderno motor diésel del C 250 CDI BlueEFFICIENCY.

El 'nuevo' 190 D BlueEFFICIENCY pretendía demostrar el progreso de la tecnología diésel en los últimos 20 años y contaba con un motor diésel OM 651 'common rail' con 204 CV y 500 Nm de par motor máximo. Con respecto al 190 D de 1983, que tardaba 18,1 segundos en acelerar de 0 a 100 km/h, este lo hacía en 6,2 segundos.