¿Un coche híbrido con tres modos de conducción? Volvo ya pensó en esto en los años 90. Uno de los dos 850 híbridos que se construyeron, con solo 4.000 kilómetros en el marcador, ha acabado en una subasta de Bonhams. Y por supuesto, tiene una historia muy especial.
Presentado en 1993 (cuatro años antes del lanzamiento mundial del Toyota Prius), nunca llegó a producirse en serie, debido a distintos problemas derivados de un tren motriz bastante inusual para la época. Sin embargo, aunque la casa de subastas no menciona su estado mecánico, el mencionado Volvo se ha vendido por más de 60.000 euros.
¡Con un motor de avión!
Lo que hace especial a lo que parece ser un Volvo 850 normal y corriente es todo lo que se esconde bajo la carrocería. De hecho, cuando se abre el capó, no se encuentra un motor normal, sino una turbina de avión.
Los ingenieros confiaron en la división Flygmotor de Volvo para instalar la turbina, que funcionaba con gasolina y servía para alimentar el generador conectado a la batería, que iba montada en el maletero.

La propia batería estaba hecho de cadmio y níquel y su labor era suministrar energía a un motor eléctrico, que proporcionaba tracción. Además del motor térmico, la electricidad también se obtenía directamente de la frenada regenerativa, como en los coches híbridos modernos.

Así las cosas, este Volvo tan especial podía utilizarse en los modos Eléctrico, Híbrido y Turbina, que se podían activar directamente desde los mandos situados en el habitáculo.
Un proyecto fallido
Sin embargo, la solución futurista del motor de turbina y batería tenía algunas deficiencias importantes. En primer lugar, aunque era más ligero y menos complejo que su homólogo de pistón, el motor resultó ser demasiado 'sediento'... incluso en uso híbrido.
Luego estaba el problema de la autonomía: anteriormente, el Volvo Environmental Concept (con una cadena cinemática muy similar) había registrado una cifra de 145 km. Por lo que las expectativas no eran muy altas.
Sobre todo, porque el mencionado prototipo de 1992 tenía un coeficiente aerodinámico (Cx) de 0,23, mientras que el del 850 era mucho mayor, con consecuencias directas en el consumo de combustible y la autonomía disponible.

Por último, estaba la cuestión del precio. Volvo nunca ha revelado la inversión que llevó a cabo en el proyecto, pero lo lógico es pensar que, si se hubiera lanzado al mercado, el 850 híbrido habría tenido una tarifa bastante poco atractiva.
Lo cierto es que este primitivo híbrido está destinado a convertirse en una curiosa pieza de coleccionista, hasta el punto de que la persona que lo compró tuvo que desembolsar 62.100 euros. El mismo precio que cuesta, hoy en día, un Volvo V60 híbrido enchufable.
Galería: Volvo 850 Hybrid Concept 1993
Fuente: Bonhams