Los radares de ruido vuelven a la actualidad, ya que comenzarán a funcionar en las próximas semanas, a modo de prueba, en siete comunidades francesas, con multas de 135 euros dentro de unos tres meses para los vehículos más ruidosos, según afirma un comunicado del Ministerio de Transición Ecológica.
Tres radares equipados con tres tecnologías diferentes se pondrán en funcionamiento el próximo martes o miércoles, en cuanto se publique un decreto en el Journal Officiel (el BOE francés), en la carretera que atraviesa Saint-Forget (Yvelines), en el valle de Chevreuse, uno de los favoritos de los motoristas, al suroeste de París. Allí ya se había probado otro 'radar medusa', equipado con una cámara y micrófonos.
Otras seis autoridades locales probarán estos radares en las próximas semanas: París, las ciudades de Niza y Toulouse, Bron, en el área metropolitana de Lyon, y los municipios de Rueil-Malmaison (Hauts-de-Seine) y Villeneuve-le-Roi (Val-de-Marne).
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Los radares se probarán primero sin que se registre ninguna infracción. El objetivo es determinar el nivel máximo de ruido, fijado inicialmente en 90 decibelios. Hasta ahora, el nivel máximo de ruido era específico de cada vehículo y se registraba en su documento de matriculación. Y solo los controles en parado permitían a la policía verificar el cumplimiento.
Los radares sonoros deberían permitir "aumentar el número de controles y mejorar su eficacia", según el ministerio. Después de tres meses, una segunda fase de experimentación podría dar lugar a multas concretas, acorde al código francés; es decir, una multa fija de 135 euros, reducida a 90 euros si se paga en 15 días.
"El ruido tiene un impacto muy real para nuestros conciudadanos", subrayó Barbara Pompili, Ministra de Transición Ecológica, citada en el comunicado de prensa. "La normativa ya existe, pero la generalización de los controles es un aspecto esencial para combatir eficazmente esta fuente de contaminación, sobre todo en la vía pública", añadió.
La exposición al ruido, principalmente del transporte, tiene un "coste social" de más de 147.000 millones de euros al año en Francia, sobre todo en términos de consecuencias sanitarias indirectas, según un informe publicado en julio de 2021 por el Consejo Nacional del Ruido y la Ademe (Agencia para la Transición Ecológica).
Según la OMS, el ruido es el segundo factor medioambiental más perjudicial en Europa, solo por detrás de la contaminación atmosférica, responsable de 40.000 muertes prematuras al año en Francia. El sistema de radares de ruido se "extenderá a toda Francia", según el ministerio, mediante la adopción de un sistema legislativo permanente.