La crisis mundial de chips que llevamos sufriendo desde hace ya meses y que está afectando a muchísimos sectores industriales, especialmente a los fabricantes de automóviles, ha obligado a muchas marcas a detener su producción y está teniendo serias consecuencias.

Algunas firmas han afirmado que los coletazos de esta escasez de semiconductores durarán hasta el año 2023. Además, sabemos que Europa está moviendo ficha para intentar fomentar la producción de semiconductores dentro de nuestras fronteras y reducir la dependencia de Asia.

Responsables de grupos alemanes como Daimler, Volkswagen o BMW aseguraron en el pasado salón de Múnich que los problemas con los chips continuarán en 2022, aunque creen que el próximo año será más fácil que 2021.

Galería: Mercedes-AMG EQS 2022

Uno de los últimos grandes fabricantes que ha anunciado problemas de suministro es Mercedes-Benz, quien ha declarado al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung que las entregas de algunos de sus modelos se están retrasando de manera importante.

Al menos hace unos días el responsable de Mercedes-AMG, Philipp Scheimer, afirmaba que al bloque V8 biturbo de la casa, que sigue teniendo gran demanda por parte de los clientes, le queda al menos una década por delante, así que no son todo malas noticias para los amantes de la marca.

El propio CEO de Daimler, Ola Kallenius, comentaba lo siguiente al citado diario: "La demanda es enorme en Mercedes-Benz y al mismo tiempo hay desafortunadas limitaciones. Los tiempos de espera para algunos modelos son más largos de lo que nos gustaría, en algunos casos más de un año".

Mercedes-Benz EQE 350 2022
Mercedes-Benz EQE 350 2022

El mandamás del fabricante alemán ha insistido en que el impacto de la escasez de chips en la producción de Daimler debería ser menor el próximo año 2022, por lo que entendemos que lo peor de esta crisis se está viviendo en este 2021.

De hecho, durante lo que llevamos de año, tanto Toyota como Ford, General Motors, Jaguar Land Rover, Stellantis o Renault, entre otros fabricantes, se han visto obligados a detener o ralentizar la producción en sus factorías por la falta de chips, procedentes en su mayoría de Asia.