Los Juegos Olímpicos de Tokio terminaron hace unos días. Estados Unidos lideró el ranking con 39 medallas de oro ganadas, seguido de China con 38. No sabemos si los atletas norteamericanos tendrán un premio por parte de su país, pero los chinos se van a llevar a su casa un coche, y no uno cualquiera.

No pienses en un humilde utilitario, sino en toda una berlina de representación. Hablamos del Hongqi H9, un modelo producido y comercializado en China, que pretende quitar ventas a las limusinas tradicionales de marcas europeas, como el Audi A8, el BMW Serie 7 y el Mercedes-Benz Clase S

Galería: Hongqi H9 2021

El regalo es bastante importante, si tenemos en cuenta que el coche mide más de 5,0 metros de longitud. Todas las unidades que se entregarán a los deportistas estarán equipadas con un motor de gasolina turboalimentado de 2,0 litros, con 252 CV y 380 Nm de par máximo.

La transmisión asociada es una caja automática de siete velocidades y la fuerza mecánica se canaliza al tren trasero. Para lograr el máximo confort de marcha, el Hongqi H9 viene con suspensión neumática y un abundante equipamiento de serie. 

El coche está valorado en unos 48.000 euros y su carrocería tiene rasgos de Cadillac, Mercedes-Maybach e incluso Rolls-Royce. Queda demostrado que los diseñadores chinos no se han 'cortado' a la hora de coger ideas de marcas rivales.

El interior recuerda al de los modelos Mercedes-Benz, con la ya tradicional pantalla panorámica para la instrumentación y el sistema multimedia. En la parte trasera, se puede optar por una configuración de dos plazas individuales, separadas por un voluminoso túnel central que también incorpora una pantalla táctil para gestionar ciertas funciones del coche.

Hongqi es una de las marcas automovilísticas más exclusivas de China, hasta el punto de que no solo comercializa el H9, sino que también tiene a punto el hiperdeportivo S9, con nada menos que 1.400 CV, extraídos de un tren motriz híbrido enchufable.

Lamentablemente para los atletas españoles medalla de oro, no parece que el Gobierno esté por la labor de hacer un regalo de este tipo. Seguro que todos lo aceptarían encantados, aunque fuese un coche menos lujoso. ¿Un SEAT Tarraco, por ejemplo? Más o menos, como sucedió con el Toledo Podium en Barcelona 92...