Aprovechando la reciente presentación del nuevo Lotus Emira, el último modelo de combustión del fabricante británico, hemos querido rescatar un interesante prototipo de la casa, el Lotus Etna, que fue presentado en el salón del automóvil de Birmingham del año 1984.
Diseñado por Giorgetto Giugiaro para la compañía Italdesign, este modelo iba a ser el primer superdeportivo de motor central de Lotus, que serviría además como escaparate tecnológico de la marca, ya que gozaba de un sinfín de soluciones heredadas de la Fórmula 1, como el control de tracción, el ABS o una suspensión pilotada con control activo del balanceo de carrocería.
Galería: Lotus Etna (1984)
El motor planeado para este Lotus Etna, cuyo nombre suponemos que hace referencia al famoso volcán siciliano, era un 4,0 litros V8 (Tipo 909) de desarrollo completamente nuevo, con una potencia de 320 CV, aunque finalmente alcanzó los 335 CV.
El diseño del motor fue encargado por Lotus en 1978 a Tony Rudd, un conocido ingeniero británico dedicado al diseño de motores de competición, con el requisito de que compartiera el máximo de componentes posibles con el motor de cuatro cilindros del Lotus Esprit.



Todo parecía estar listo para la producción del Etna, que incluso tuvo una buena acogida por parte del público y de la prensa especializada, pero Lotus no pasaba por su mejor momento como compañía (problemas financieros, muerte de Colin Chapman, elevado precio de la gasolina...) y, desgraciadamente, el proyecto quedó aparcado.
El fabricante inglés decidió que lo correcto era centrarse en coches deportivos más asequibles, y que no había espacio para superdeportivos en su gama, y a raíz de esta idea nació el Lotus Elan M100 de 1989, la segunda generación del mítico deportivo de la casa.



El prototipo Lotus Etna fue conservado por la marca de Hethel durante años, pero en 2001 lo vendió en una subasta, y fue comprado por Olav Glasius, que quería restaurarlo a toda costa, ya que el coche estaba en un estado bastante malo.
Si bien el prototipo nunca fue funcional, Lotus sí equipó el motor V8 (uno de los dos que utilizó la marca) y la caja de cambios, de cara al envío del chasis del Esprit a Italia, al estudio de Italdesign, para que Giugiaro trabajara sobre aquella base.
Galería: Lotus Etna (1984)
Fuente: Bonhams