En el año 1992, los aficionados de Alfa Romeo se vieron sorprendidos por la llegada del Alfa Romeo 155, un modelo que sustituyó a la berlina Alfa Romeo 75, pero que trajo consigo un elemento muy controvertido, ya que compartía base con los Fiat Tempra y Lancia Dedra: la tracción delantera. Algo que resultó todo un sacrilegio para los verdaderos 'alfistas'.
Al año siguiente, en 1993, el Alfa Romeo 155 se convirtió en un auténtico coche de carreras y comenzó a competir en el DTM, el campeonato alemán de turismos. A partir de este punto, la historia del modelo cambió para siempre, ya que cosechó muchos éxitos.
Galería: Alfa Romeo 155 V6 TI ITC, a subasta
Con este coche, la marca italiana se convirtió en el último fabricante no alemán en llevarse el título de constructores del Deutsche Tourenwagen Masters, y además el piloto Nicola Larini consiguió también el título de pilotos. A estas alturas, el Alfa Romeo 155 es toda una leyenda de la marca.
El más potente de todos, a subasta
Ahora, casi tres décadas después del nacimiento del modelo, un ejemplar muy especial va a ponerse a la venta a través de la casa de subastas RM Sotheby's, el próximo día 15 de junio. Fue el más potente de todos, aunque no el más exitoso, y de momento no se sabe qué precio podría alcanzar en dicha puja.



Se trata de la última evolución del Alfa Romeo 155 V6 TI ITC de carreras, con un motor 2,5 litros V6 de 490 CV bajo el capó, capaz de alcanzar las 11.900 rpm. Aquel bloque permitía una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y una velocidad máxima superior a los 300 km/h.
Este modelo, basado en un chasis tubular, recurre a una caja de cambios secuencial de seis velocidades, que desde 1995 incorporó levas en el volante. Además, se equipó un sistema de tracción total, en este caso derivado del Lancia Delta, y también desde 1995 contaba con ABS y control de tracción.



El ejemplar en cuestión, chasis #005 del Alfa Romeo 155 V6 TI ITC, fue pilotado por Nicola Larini y ganó carreras en Mugello e Interlagos, consiguiendo además la pole position tanto en el circuito italiano como en Magny-Cours, en Francia.
Al final de la temporada de 1996, el coche volvió a Alfa Corse y después acabó en manos de dos propietarios italianos, aunque finalmente fue a parar al garaje de un último propietario alemán, en 2018, que lo restauró y preparó para participar en el DTM Classics, gastando más de 350.000 euros en los últimos cinco años.